viernes. 26.04.2024
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Arqueólogo denuncia expolios desde 2011 y ve clave el vallado del recinto

Carlos Vera afirma que los movimientos de tierra han dejado destrozadas estructuras arqueológicas que tienen sus orígenes del 3.500 antes de Cristo a la Época Contemporánea. El arqueólogo Diego González Batanero narra en una conferencia el “poco cuidado” dado al patrimonio arqueológico de Huelva en las últimas dos décadas y plantea una necesaria reflexión
Arqueólogo denuncia expolios desde 2011 y ve clave el vallado del recinto

Carlos Vera afirma que los movimientos de tierra han dejado destrozadas estructuras arqueológicas que tienen sus orígenes del 3.500 antes de Cristo a la Época Contemporánea. El arqueólogo Diego González Batanero narra en una conferencia el “poco cuidado” dado al patrimonio arqueológico de Huelva en las últimas dos décadas y plantea una necesaria reflexión

Tras el segundo expolio ocurrido en el yacimiento arqueológico del Seminario-La Orden de la capital onubense, zona protegida como Bien de Interés Cultural, e inscrita en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz, se pone sobre la mesa una exigencia que vienen realizando los arqueólogos onubenses desde hace años, en un principio sobre la protección de la zona arqueológica de Huelva, y desde hace menos tiempo, desde 2011, por el traslado del mercadillo a las inmediaciones y sus consecuencias en los restos encontrados. El arqueólogo y profesor de Prehistoria de la Universidad de Huelva (UHU) Carlos Vera ha criticado en declaraciones a diariodehuelva.es que estos “no son los dos primeros expolios en la zona”, sino que “ocurren desde el traslado del mercadillo” y ya lo han denunciado a las administraciones en reiteradas ocasiones desde el año 2011, motivo por el que ve clave el vallado de todo el recinto, y no sólo de la zonas ya afectadas, pese a que la delegada de Cultura de la Junta de Andalucía en Huelva, Carmen Solana, ya ha dejado claro esta misma semana que “no se pueden vallar todos los yacimientos ni toda la zona arqueológica de Huelva” y ha achacado el expolio a “una cuestión de educación” de la ciudadanía.

Vera lamenta que tanto el expolio de enero como el acontecido ahora han supuesto la pérdida de un patrimonio arqueológico de gran valor en Huelva, y más teniendo en cuenta “que en la parcela de Bekinsa, con miles de estructuras en el subsuelo, sólo hubo una primera intervención arqueológica y estaba pendiente de otra excavación, y ni la parcela de Altamira ni la expoliada ahora habían sido objeto todavía de intervenciones arqueológicas”, perdiéndose todo ese documento de la historia de la provincia. De hecho, Vera afirma que “se nota claramente el corte de las máquinas, y por esos perfiles se aprecia que había estructuras excavadas en el subsuelo” y precisamente en esa zona, justo al lado de la parcela expoliada “se encuentra una de las tumbas más interesantes y mejor conservadas de la Edad del Cobre, y frente a ella también hay tumbas de la Edad del Bronce”.

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Cabe recordar que en toda la zona arqueológica del Seminario-La Orden hay restos arqueológicos “desde finales del Neolítico, unos 3.500 años antes de Cristo, hasta la Época Contemporánea, con estructuras de la Edad del Cobre, de la Edad del Bronce, y de las Épocas Tartésica, Turdetana, Romana, Visigoda e Islámica”, con “varios miles de estructuras arqueológicas, desde habitaciones y zonas anexas –silos subterráneos para almacenamiento- hasta tumbas y estructuras del establecimiento agrícola en la zona”, cuenta Vera. En relación con las tumbas, el arqueólogo explica que hay “tumbas individuales con sus ajuares ya metálicos, que en el caso de los hombres solían ser armas, y en el de las mujeres punzones relacionados con actividades textiles, y también tumbas colectivas con corredores donde hay hasta 12 individuos enterrados”. Asimismo, también se han encontrado huellas de los orígenes de la viticultura, algunas de ellas “de las más antiguas del Mediterráneo, gracias a las posibilidades de observación que ofrece la zona del Seminario”. En la zona se asentaba precisamente la población que explotaba los alrededores de la ciudad y, según Vera, la zona del Seminario es de gran importancia “porque permite documentar la ocupación permanente en la zona de Huelva entre el Tinto y el Odiel desde hace 5.500 años”, lo que hace que Huelva sea una de las ocupaciones más antiguas de Occidente.

Sin embargo, el arqueólogo y profesor de Prehistoria de la UHU denuncia que hay “un problema de protección real y física de los yacimientos” y el caso del expolio “no es nada nuevo, y ocurre desde el traslado del mercadillo. Vera ha recordado que los arqueólogos “pedimos protección desde hace años”, pero no ha sido hasta lo ocurrido en enero cuando “se ha notado mayor responsabilidad al respecto por parte de las administraciones y la opinión pública”. De hecho, Vera achaca esto al hecho de que un arqueólogo denunciara lo ocurrido ante el Seprona y actuara la Fiscalía, así como al hecho de que la plataforma ‘Huelva te mira’ convocara una movilización y moviera a alrededor de un millar de personas: “La ciudadanía de Huelva ha sentido que le han robado algo de su pasado y de su patrimonio y ha salido a la calle, y esto ha hecho que las administraciones se muevan”. Sin embargo, Vera plantea que aún hace falta “una reflexión real por parte de las administraciones y que se reconozca que lo que se hace está mal” y, sobre todo, “una protección física real en la zona y que estén pendientes las administraciones pertinentes, ya que se dijo que se vallara, y sólo se valló lo destruido, nada de lo que queda por excavar, ni siquiera la zona de parcelas públicas, y ha vuelto a pasar lo mismo”.

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Por su parte, el arqueólogo y licenciado en Geografía e Historia Diego González Batanero, que denunció el expolio de enero en el yacimiento arqueológico de Huelva ante el Seprona, ha dado una conferencia este miércoles en el marco de la graduación de los alumnos de la UNED donde ha tratado el tema bajo el nombre de ‘La zona arqueológica de Huelva: relato de un expolio’. González Batanero ha aprovechado la ocasión para tratar los casos de los dos expolios, pero también los hechos acontecidos en Huelva en las últimas dos décadas y que han tapado parte del patrimonio arqueológico de la ciudad. Ante esta situación, González Batanero ve necesaria la revisión de varias cuestiones, entre ellas la delimitación de la zona arqueológica y su protección y la divulgación del patrimonio entre la población.

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Durante su conferencia, González Batanero ha recordado los orígenes del Plan General de Ordenación Urbana  (PGOU) de Huelva, allá por los años 1998 y 1999, cuando se planteaba “el futuro urbanístico de la ciudad y había que hacer énfasis en el urbanismo, pero también en el patrimonio”. Para ello, “había por entonces un documento llamado Carta Arqueológica de Huelva, donde se recogía todo el patrimonio de la ciudad para que el Ayuntamiento tuviera constancia y lo gestionase, adquiriendo las competencias en materia de patrimonio”. De esta forma, “se analizó todo el patrimonio de la ciudad y estaba prevista la incorporación de esta Carta Arqueológica en el PGOU”. Sin embargo, el arqueólogo lamenta que “eso nunca se produjo, el Ayuntamiento no adquirió las competencias y el documento se quedó en un cajón”.

De acuerdo con ese estudio, se comprobó que hay yacimientos arqueológicos en muchas zonas de la ciudad, como el casco antiguo, los cabezos del Conquero hasta más allá de La Orden, el Parque Moret, el Polígono del Rincón, el Seminario, también al final de la carretera de La Ribera y en la isla Saltés. Se vio necesaria entonces una declaración de la zona arqueológica de la ciudad, ya que, de acuerdo con lo que recoge el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) y ha recordado González Batanero, Huelva está “entre las ciudades andaluzas que con mayor generosidad ha entregado restos de su pasado a la investigación arqueológica”, a lo que se suma “la riqueza de su estrato arqueológico”. Pero en el BOJA, ya por aquella época, también se recogía lo siguiente: “Se hace necesaria la mejora de las relaciones entre las Administraciones implicadas, de forma que se garantice el conocimiento de los mismos por parte de los ciudadanos y cuya participación es imprescindible en el proceso. Tal es la finalidad de la catalogación específica de la zona arqueológica de Huelva”. González Batanero lo achaca a que no se incorporase esa Carta Arqueológica en el PGOU.

El arqueólogo también hace referencia a las bases legales para proteger el patrimonio y detalla que “se necesita la autorización previa de la Consejería cada vez que se haga algo en sitios delimitados, con objeto de evitar la pérdida de carácter arqueológico, y será excepcional el aprovechamiento del subsuelo, ya que deberá ser compatible con la valorización de restos arqueológicos”. Sin embargo, González Batanero también remite al PGOU, donde aparece recogido que “los aparcamientos subterráneos no se computaran como superficie ocupada, lo que le dice al constructor que si lo hacen debajo es mejor”.

Con esta contextualización, el arqueólogo se pregunta cuál ha sido la praxis de la aplicación de la zona arqueológica en estos 17 años y, pese a que se obligaba a conservar los restos en los sótanos de los edificios, detalla caso tras caso de construcciones de edificios sobre el patrimonio arqueológico de la ciudad. Pone así ejemplos de yacimientos de la Plaza de las Monjas, San Pedro, Vázquez López o la calle Concepción, con restos de diferentes épocas, y “todos ellos tapados con edificios encima”. De hecho, en el último caso, el de la calle Concepción, se encontraron “las colecciones de cerámicas griegas posiblemente más importantes de Europa”. Ante esto, González Batanero se plantea que “si esto ha pasado por la vía legal, con la firma de las instituciones responsables, por qué nos extrañamos de que un señor vaya a un solar, coja un poco de tierra y se lleve un yacimiento por delante”. Pese a esto, no se olvida de elogiar las cosas buenas que también se han hecho en este tiempo, como es por ejemplo el trabajo de las administraciones por recuperar y poner en valor la Fuente Vieja.

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Ante esta situación, y después de 17 años desde que se declarará la zona arqueológica de Huelva, el arqueólogo considera oportuno que se reflexione sobre cuestiones como “la necesidad de revisión de la delimitación de esa zona arqueológica, la actualización del procedimiento, la necesidad de acompasar la norma urbanística con la norma patrimonial, de sistematizar la investigación y, sobre todo, de divulgación, concienciación y conocimiento de la ciudadanía de su patrimonio”. González Batanero cierra su conferencia con algo que también incluía el BOJA hace casi dos décadas y que también vale para hoy: “Actualmente, es oportuno inaugurar una nueva etapa que asuma la experiencia acumulada y cuyo fin sea la consolidación de todos aquellos aspectos relacionados con la protección, investigación y difusión”.