jueves. 02.05.2024
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Perfil de Marta Garrido, así es la reina del mar

Perfil de Marta Garrido, así es la reina del mar

Nacida en el seno de una familia amante de la vela, lleva navegando desde los 7 años. Siempre dejó ver su talento, pero ha tenido que superar un camino lleno de obstáculos. Estudiante de Farmacia, tendrá que cambiar de barco si quiere competir en los Juegos.

Campeona de España, Campeona de Europa y del Mundo por Equipos, y ahora Campeona del Mundo con tan sólo 19 años, que por cierto cumplió en el transcurso del Mundial de Japón. Esa es Marta, la nueva estrella del deporte onubense, a la que se empieza a conocer con todo merecimiento como 'la Carolina Marín del mar'.

De alguna manera, Marta Garrido Peña (Huelva, 22 de julio de 1996) estaba destinada a navegar. A sus padres y a su hermano siempre les gustó el mundo de la vela, un deporte que ella comenzó a practicar a los 7 años, iniciándose en los cursillos de verano en Punta Umbría.

Criada al amparo del Real Club Marítimo y Tenis de Punta Umbría, bajo la atención y la exigencia de Nacho Zalvide, su entrenador, la futura reina mundial fue creciendo poco a poco, entre regata y regata, y siempre dando muestras de su talento.

Como todos los navegantes, se inició en la clase Optimist, el barco de los principiantes. Pronto llegaron las participaciones y los puestos de honor en los Campeonatos de Andalucía y España. Incluso se clasificó para un Europeo. Definitivamente, la chica tenía madera de campeona.

El cambio a la clase 420, un velero de dos tripulantes (Marta es la caña y María la proel), trajo nuevos retos y también nuevos éxitos. Otra vez entre las mejores de Andalucía y España. Otra vez al Europeo. Y, como novedad, la presencia en el Mundial. El 12º puesto en Valencia ayer. Hoy, el título en Japón.

Estudiante de Farmacia, Marta trata de compaginar su formación con un deporte que al más alto nivel exige varias sesiones semanales de entrenamiento -desde principios de la mañana hasta avanzada la tarde-, un material de primera y una preparación meticulosa. Todo sin los apoyos y el reconocimiento de otros deportes.

Porque más allá de la repercusión mundial que tiene el título de Marta Garrido, es la reivindicación de lo humano, de lo auténtico, de la forja de una campeona que se lo ha ganado nudo a nudo, de creer sin desmayo, de aprovechar las condiciones sin quejarse, de la intensidad para repetir lo mejorable.

En la cima de su especialidad -la clase 420 no es olímpica, por lo que el Mundial es el mayor título que se puede ganar-, Marta Garrido sigue siendo natural como su sonrisa. Desde la humildad, desde el trabajo constante se puede conseguir metas como estas. Y ella es un claro ejemplo.

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