jueves. 28.03.2024
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Inseguridad, vulnerabilidad social y delincuencia

Paula García Sánchez,  criminóloga y mediadora analiza en este artículo las circunstancias que rodean los ambientes de inseguridad y delincuencia en las ciudades.
Paula García Sánchez.
Paula García Sánchez.
Inseguridad, vulnerabilidad social y delincuencia

Inseguridad y delincuencia son dos palabras que suelen ir de la mano; dos hechos que se rodean de diversas circunstancias o factores que los posibilitan.

Las ciudades se organizan tal y como lo hacen las comunidades humanas, en ella las zonas se dividen según factores y características, generando así zonas más vulnerables socialmente que otras. La degradación del entorno, la inseguridad de sus habitantes, el miedo ha salir a la calle, son factores que poco a poco van mermando la vida en comunidad, provocando desconfianza en el sistema y permitiendo poco a poco que la criminalidad acabe ocupando el hueco que las instituciones dejan de lado.

Antes de llegar a este punto, las comunidades locales experimentan primero cierta inestabilidad, esta, suele ser ignorada y a la larga acaba generando aún más problemas.

Aquí es donde debe entrar en juego la prevención, buscando la creación de entornos seguros, que generen posibilidades de desarrollo y fortalezcan las relaciones entre sus miembros. Con ello se busca reducir aquellos factores de riesgo que pueden llegar a aumentar la criminalidad.

Y es que, lo que empieza como un sentimiento de inseguridad y escalada de violencia puede acabar generando, en las zonas en las que se da, una estigmatización que puede llegar a transformarlas en zonas de exclusión.

Paula García Sánchez,  criminóloga y mediadora

No se puede vivir con miedo y permitir que esto se vuelva algo normal genera que la red comunitaria acabe destruyéndose y la confianza en las instituciones desaparezca, generando un sentimiento de abandono que acaba provocando la perdida de la identidad social.

Es imperativo que dejemos de preguntarnos sobre lo que va a pasar y empecemos a responder al qué vamos a hacer.

Las instituciones deben generar planes de acción que eviten la estigmatización y la exclusión de estas zonas, atacando de raíz aquellos factores que hacen que la delincuencia sea más elevada.

Una de las opciones sería crear una acción organizativa que trabaje en las zonas locales, actuando en conjunto con la comunidad para dar respuesta a la naturaleza de los problemas que los invade.

Estudiar en profundidad el delito y sus causas, entender la delincuencia no solo como hechos aislados sino como una respuesta social y estructural dada en los lugares donde el sistema se ve debilitado y las relaciones sociales se recienten ante la carencia que estos padecen.

Es necesario enfocar medidas que eviten que estos lugares acaben transformándose en zonas marginales donde la delincuencia acabaría tomando el control para ocupar el espacio público abandonado por las redes sociales organizadas que a la larga acabará generando lugares peligrosos con redes ilegales y delictivas.