domingo. 04.06.2023
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Opinión

Señas de identidad

Pedro Jiménez, ex coordinador provincial de Izquierda Unida, aborda las señas de identidad de Huelva y el papel que han jugado los dirigentes políticos en la puesta en valor de los ríos y los cabezos, unos asfixiados por los residuos y otros por la avaricia urbanística.

Que la ciudad de Huelva se encuentre enclavada en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel es un hecho singular que no se da en ninguna otra capital andaluza.

De la misma forma, que Huelva tenga cabezos la hace aún más diferente al resto.

Estas dos peculiaridades hacen de Huelva una ciudad única.

Sin embargo, la realidad de hoy es que en la margen izquierda del Río Odiel se asentó durante la dictadura franquista el Polo Químico.

De igual manera años más tarde, ya durante la democracia, el PP y el PSOE, desde ambas administraciones, destinaron la margen derecha del río Tinto a vertedero industrial de algunas de esas mismas industrias.

Lo depositado en ella supera las 120 millones de toneladas, en su mayoría FOSFOYESOS, que ocupan una extensión de 1.200 hectáreas y que si nada lo cambia permanecerán ahí por los siglos de los siglos.

Si la suerte que corrieron nuestros ríos fue la peor de las posibles, no fue mucho mejor la de nuestros cabezos.

Ninguno de los gobernantes que hemos tenido hasta ahora en nuestra ciudad ha entendido el valor y el hecho diferenciador de nuestros ríos y nuestros cabezos. Consecuentemente no han movido ni un solo dedo para recuperarlos y ponerlos en valor.

Perico Rodri, con su populismo, convirtió al Recreativo de Huelva en seña de identidad de esta ciudad salvándolo de la desaparición. Llevando a cabo para ello una operación urbanística y la construcción de un nuevo estadio, destinando a tal fin una cantidad muy importante de recursos municipales.

De todos es conocido que aquella operación resultó ser muy rentable electoralmente y pasados los años fue un discípulo suyo muy aventajado, Gabriel Cruz, quien volvió a destinar una enorme cantidad de millones de euros al Recreativo, en esta ocasión directamente mediante la declaración del Recreativo como BIC ( Bien de Interés Cultural ) y la posterior compra del Club por la vía de la expropiación de sus acciones.

Esta operación económica ha impedido que desde el actual gobierno municipal que preside Gabriel Cruz se hayan hecho políticas de ciudad que sirvieran para recuperar las rías y los cabezos, auténticas señas de identidad de Huelva.

En estos días vemos cómo las máquinas trabajan en el Cabezo Mondaca, que al igual que el Cabezo de la Joya se encuentran ambos en la Zona Arqueológica de Huelva (Zona BIC) y ambos están amenazados con ambiciosos proyectos de construcción que sus propietarios tienen previsto llevar a cabo, si alguna administración con voluntad política no lo impide.

El artículo 18 de la Ley 14/2007 del Patronio Histórico de Andalucía permitiría la expropiación de los terrenos a sus actuales propietarios, en una operación igual a la que se llevó a cabo por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Huelva con las acciones del Recreativo.

Los dos cabezos son, como antes señalé, Bien de Interés Cultural y tanto la Junta como el Ayuntamiento podrían expropiar para posteriormente poner en valor y conservar esos espacios únicos. No en vano estamos hablando, en el caso del Cabezo de la Joya, del lugar en el que se han encontrado más de 25 tumbas Tartésicas, en su mayoría con ajuar funerario.

Es evidente que ni para el PP ni para el PSOE las rías y los cabezos de Huelva  tienen la relevancia y el valor suficientes como para considerarlos señas de identidad de Huelva, equiparándolos así al Real Club Recreativo de Huelva.

Es palpable y manifiesto que ambos partidos han buscado siempre el rédito electoral por encima de otra cuestión y que ambos carecen de un modelo de ciudad.

Por eso conviene tener memoria y castigar electoralmente el próximo 28 de mayo a quienes han dado la espalda a sus rías y sus cabezos, auténticas señas de identidad de Huelva, olvidadas y maltratadas.

Por eso y porque todavía estamos a tiempo, Que la esperanza Huelva.

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