La Universidad de Huelva transforma la paja de trigo en aditivos sostenibles que refuerzan el asfalto de las carreteras

El equipo de investigación del Centro en Tecnología de Productos y Procesos Químicos (Pro2TecS) de la Universidad de Huelva que lleva a cabo el proyecto.
El proyecto “GreenAsphalt” desarrolla un material biodegradable que mejora la resistencia al calor y al desgaste de los pavimentos, aprovechando residuos agrícolas

Un equipo del Centro en Tecnología de Productos y Procesos Químicos (Pro2TecS) de la Universidad de Huelva ha logrado convertir la paja de trigo en un aditivo innovador que refuerza las propiedades del asfalto utilizado en carreteras, aumentando su resistencia al calor y al desgaste.

El proyecto, financiado a través de la iniciativa “GreenAsphalt” de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y apoyado por el Programa Europeo FEDER, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación, contribuye a la economía circular al aprovechar residuos agrícolas para crear materiales con mejores prestaciones que los derivados del petróleo, mucho más contaminantes.

Los investigadores transformaron la pasta de celulosa de la paja mediante un proceso químico llamado sililación, que modifica la estructura de la molécula y la hace compatible con aceites y asfaltos. Combinada con aceite de ricino, la sustancia obtenida actúa como lubricante industrial, y al integrarse en el asfalto proporciona mayor elasticidad y durabilidad, lo que reduce la deformación por el paso de vehículos y el deterioro por altas temperaturas.

“Este aditivo no solo es biodegradable y renovable, sino que también convierte un residuo que normalmente se quema tras la cosecha en un material útil para la industria y las infraestructuras”, explica José Enrique Martín Alfonso, profesor de Ciencias de los Materiales de la Universidad de Huelva y autor del estudio publicado en la revista Carbohydrate Polymers.

Los ensayos realizados con microscopía electrónica, análisis térmico y pruebas de fricción confirmaron que el asfalto modificado soporta mejor el calor y mantiene su elasticidad bajo presión, superando a las mezclas tradicionales. El equipo de la UHU continúa probando el material en condiciones reales de carretera y estudia la aplicación de otros residuos agrícolas, como el bagazo de caña o restos de maíz, con el objetivo de reducir contaminantes y maximizar la utilidad de subproductos agrícolas.

Este avance sitúa a la provincia de Huelva a la vanguardia de la innovación sostenible en la construcción y mantenimiento de carreteras, ofreciendo soluciones más ecológicas y duraderas para la movilidad y la infraestructura vial.