Investigadores de onubenses y sevillanos usan nanotubos de carbono para potenciar la eficacia de antibióticos contra bacterias resistentes

Investigadores onubenses y sevillanos / Fotografía: Junta de Andalucía.

El nuevo sistema de liberación prolonga la acción de fármacos como Cefepime y Meropenem hasta 24 horas, reduciendo la frecuencia de administración y el riesgo de resistencia

Un equipo multidisciplinar de las universidades de Huelva y Sevilla, junto al Hospital Universitario Virgen Macarena, ha desarrollado un innovador método para administrar antibióticos mediante nanotubos de carbono, unas estructuras un millón de veces más finas que un cabello humano capaces de transportar el medicamento de forma directa y sostenida hasta el foco de la infección.

Este avance, publicado en la revista Journal of Drug Delivery Science and Technology, se ha centrado en dos antibióticos de uso hospitalario —Cefepime y Meropenem— que habitualmente se administran por vía intravenosa y cuya acción en sangre dura apenas entre una y dos horas. Gracias al uso de nanotubos, la liberación del fármaco se prolonga hasta 24 horas, lo que supone una notable reducción en la frecuencia de las dosis y una menor probabilidad de que las bacterias desarrollen resistencia.

El proceso se basa en la adsorción física, un mecanismo que permite que el antibiótico se adhiera a la superficie de los nanotubos sin alterar su estructura química. Estas diminutas cápsulas, formadas por átomos de carbono dispuestos en forma hexagonal y enrollados en un cilindro, actúan como “pequeños taxis” que llevan el medicamento directamente hasta el lugar de la infección.

Los ensayos, realizados con líneas celulares animales y humanas, han demostrado que al incorporar los antibióticos en nanotubos de carbono se reduce la concentración mínima necesaria para frenar el crecimiento bacteriano y se mantiene un nivel constante del fármaco durante más tiempo. En pruebas de laboratorio, más del 90 % del medicamento quedó “cargado” en los nanotubos, evidenciando su alta capacidad como vehículo.

Además, los investigadores han comparado diferentes tipos de nanotubos: los de pared simple y los de pared múltiple, siendo estos últimos más eficaces con el antibiótico Cefepime.

Aunque los resultados son prometedores, los científicos subrayan que el siguiente paso será evaluar la seguridad del sistema más allá del laboratorio, midiendo la citotoxicidad y afinando el tamaño de los nanotubos para minimizar el riesgo de acumulación en el organismo. También trabajan en ampliar el uso de este método a otros tipos de medicamentos, con el objetivo de abrir nuevas vías para tratar infecciones y otras patologías de forma más eficaz y segura.