Huelva, tercera provincia andaluza en crecimiento de pisos turísticos en los últimos cinco años

Aunque ocupa el puesto 25 a nivel nacional y el séptimo en Andalucía en número total de viviendas turísticas, el fuerte aumento porcentual en Huelva enciende las luces de alerta.

 

Huelva, tierra de contrastes naturales, historia viva y cultura profunda, ha experimentado en silencio un fenómeno que no pasa desapercibido: el crecimiento de las viviendas turísticas. En los últimos cinco años, la provincia ha registrado un aumento del 20,8% en este tipo de alojamientos, lo que la convierte en la tercera provincia andaluza con mayor crecimiento porcentual, solo por detrás de Almería y Málaga.

Pese a ello, en números absolutos, Huelva ocupa el puesto 25 entre las 50 provincias españolas y el séptimo lugar entre las ocho provincias andaluzas, por delante únicamente de Jaén. Es decir, sigue estando lejos de las cifras que presentan provincias como Málaga, Cádiz o Sevilla.

Esta situación, paradójicamente, puede considerarse una fortuna. Huelva sigue siendo “la gran desconocida” del turismo andaluz y nacional, algo que se debe en parte a su escasa infraestructura de comunicaciones: ni aeropuerto ni línea de alta velocidad. Esta “desventaja” ha protegido su identidad frente a la presión del turismo masivo que sí ha transformado otros rincones del sur peninsular.

No obstante, el crecimiento acelerado de viviendas turísticas empieza a generar preocupación. Mientras provincias como Sevilla, Córdoba o Granada han logrado frenar o reducir su número de alojamientos turísticos mediante regulación y control, en Huelva el aumento ha sido constante, lo que exige una mirada más atenta por parte de las administraciones locales.

Además, parte de esta actividad se mueve en la economía sumergida, lo que dificulta la gestión pública y genera competencia desleal en sectores como la hostelería tradicional. También se empieza a notar el impacto en el mercado del alquiler, especialmente en zonas costeras donde el turismo se concentra.

El litoral onubense, con destinos como Punta Umbría, Matalascañas, Islantilla o El Rompido, sí empieza a mostrar signos de masificación turística, especialmente en los meses estivales. Sin embargo, amplias zonas del interior como la Sierra de Aracena, la Cuenca Minera o enclaves históricos como Palos de la Frontera y los Lugares Colombinos, aún se mantienen al margen de esa presión, conservando su esencia y su ritmo propio.

Huelva sigue siendo, por suerte, la gran desconocida. Y ojalá lo siga siendo muchos años más.