¿Cuándo es el momento perfecto para poner el árbol de Navidad?

Centro de Huelva iluminado por Navidad

Entre los que lo montan en noviembre y los que esperan al 24, España se divide en bandos festivos

Cada año, cuando el calendario empieza a oler a turrón y a villancico, surge la misma pregunta: ¿cuándo toca poner el árbol de Navidad? No hay respuesta universal, pero sí bandos. Desde los que lo hacen coincidir con el encendido oficial de su pueblo hasta los que aguantan hasta la mismísima Nochebuena, el debate es ya una tradición más que el propio abeto.

🎄 Los “tempraneros” (a partir del 1 de noviembre)

Son los que no pueden esperar. Apenas han retirado las calabazas de Halloween y ya están desenredando las luces. Su argumento es sólido: “Cuanto antes lo ponga, más tiempo lo disfruto.”
En este grupo hay auténticos récords: familias que montan el árbol el 1 de noviembre, cuando aún quedan restos de boniato en la mesa, o incluso los que lo dejan todo el año porque “quita tristeza y da luz”.

Los “metódicos” (a partir del 8 de diciembre)

Los más tradicionales esperan al Día de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), fecha que marca el inicio oficioso de la Navidad en España. Muchos hogares —y casi todos los colegios— siguen este calendario. Es el punto medio entre la impaciencia y la prudencia.
Este grupo suele tener su propio ritual: villancicos de fondo, chocolatada, algún niño colocando la estrella al revés… y foto obligada para el grupo familiar.

🎅 Los “resistentes” (a partir del 22 o 24 de diciembre)

Y luego están los del último minuto, los que aseguran que “la Navidad empieza cuando suena el Gordo”. El 22 de diciembre es su fecha sagrada: el sonido de los niños de San Ildefonso marca el pistoletazo de salida para colocar el árbol.
Algunos casos extremos esperan incluso a la Nochebuena, montando el árbol y el belén a contrarreloj, con las gambas ya en la plancha. Su lema: “En casa no se pone hasta que haya olor a langostino.”

🎁 Y los que… nunca lo quitan

Sí, existen. Gente que mantiene el árbol todo el año, cambiando la decoración según la estación: corazones en San Valentín, flores en primavera, banderitas en verano y calabazas en otoño. Su argumento es impecable: “Para qué desmontar algo que da alegría.”

🧩 El juego de cada casa

Lo divertido, al final, es que cada hogar tiene sus propias reglas. Hay familias que lo deciden con una encuesta, otras que tiran de calendario sentimental (“cuando cae el primer chaparrón serio”) o incluso quienes hacen un pequeño “sorteo” para ver qué día toca.

Sea el 1 de noviembre o el 24 de diciembre, el árbol de Navidad no solo marca el inicio de las fiestas, sino también el comienzo del espíritu navideño, ese que convierte cualquier salón en un rincón de luces, promesas y olor a mazapán.

Y tú, ¿de qué equipo eres? ¿Tempranero, metódico o resistente?