El aroma de la Navidad: las castañas asadas que siguen conquistando Huelva
Un clásico que no pasa de moda, las castañas asadas llenan plazas y calles de Huelva con su calor, sabor y tradición en estas fechas.
El invierno y la Navidad traen consigo un aroma inconfundible: el de las castañas asadas, un clásico que sigue llenando de vida las calles y plazas de Huelva. Más que un alimento, representan un ritual que marca el inicio de las festividades y la llegada del frío.
Durante estos días, puestos ambulantes y mercados navideños se llenan de humo y calor mientras las castañas se tuestan lentamente, desprendiendo ese aroma característico que atrae tanto a jóvenes como a mayores. Comprar unas castañas calientes para pasear por la ciudad se ha convertido en una costumbre que ha perdurado a lo largo de décadas y que sigue formando parte de la magia navideña local.
Aunque las castañas son un producto sencillo, su preparación exige cuidado y experiencia. El tostado perfecto mantiene la piel intacta, permite pelarlas con facilidad y conserva su sabor dulce y ligeramente ahumado, un contraste que reconforta en las frías jornadas de diciembre. Este proceso artesanal ha permitido que la tradición sobreviva frente a otras ofertas modernas de la temporada.
Para los onubenses, las castañas asadas son más que un tentempié: son un símbolo de convivencia, nostalgia y encuentro familiar. Su presencia en las calles y mercados permite que la Navidad se viva de manera sensorial, con olores y sabores que conectan generaciones y evocan recuerdos de infancia.
Así, año tras año, las castañas asadas siguen siendo un clásico que no pasa de moda, un pequeño placer que mantiene viva la esencia de la Navidad en Huelva y que invita a detenerse, respirar el aroma del invierno y disfrutar de la ciudad en estas fechas tan especiales.