Una estudiante isleña, premiada en el certamen literario andaluz 'Ángel Carrillo'

Gema Yaque ha recibido el premio en la localidad cordobesa de Priego. 

Por tercer año consecutivo, una alumna de Isla Cristina ha sido elegida entre las tres primeras en del concurso literario 'Ángel Carrillo', de la ciudad cordobesa de Priego y en el que han participado casi 1.000 escolares de tercer curso de primaria.

En esta 31 edición ha sido la isleña Gema Yaque Carrasco, con su poema 'Elogio al Puchero y Oda a la Tortilla', con los que pretendía hacer un homenaje a la gastronomía onubense, sorprendiendo a un selecto jurado que evaluó "la expresión literaria y resaltó la cultura andaluza a través del medio ambiente, monumentos, gastronomía y tradiciones".

Por tal motivo, la concejala de Educación del ayuntamiento isleño, María del Carmen Beltrán, ha querido mostrar su satisfacción y alegría "por volver a poner el nombre de Isla Cristina en lo más alto en este tipo de certámenes" y felicitar, tanto a la alumna, como al colegio público Ángel Pérez "por su interés en involucrar a sus alumnos en certámenes literarios que les incentivan a la lectura y escritura".

El premio fue recogido por la propia Gema Yaque que, acompañada de sus padres, se desplazaron recientemente hasta Priego de Còrdoba.

Como han apuntado desde el propio centro escolar, "su obra, llena de naturalidad, está basada en ese amor y ese cariño con que todas las madres hacen de comer a sus hijos y en especial resalta ese sabor y ese mimo que su madre pone en sus dos platos preferidos, el puchero andaluz y la tortilla, frente a esas recetas de fantasía y diseño que hoy tan de moda están en algunos programas de televisión".

Recordar que en los dos años anteriores y de forma consecutiva, dos alumnos del mismo centro isleño se alzaron con sendos primeros premios, lo que pone en evidencia las altas capacidades para la escritura y sensibilidad para expresar de los niños y niñas de este centro y en general de Isla Cristina.

ELOGIO AL PUCHERO Y ODA A LA TORTILLA

Ahora que está de moda
los programas de cocina,
de esos platos complicados
de diseño y fantasía
quiero rendirle homenaje
a dos comidas sencillas:
¡al puchero de mi madre:
y sus sabrosas tortillas.!

¡Ese puchero andaluz!,
¡Ese de toda la vida,
con garbanzos remojados
de noche hasta mediodía!
Hecho con carne de cerdo,
de ternera o de gallina,
con un trozo de tocino,
y unos hueso de costilla.

Al que después de cocer
hace esa sopa tan rica,
con arroz o con fideo
con lluvias o estrellitas.
Y también, esa pringá
con la carne picadita,
que al mojarlo en el pan
¡me sabe a gloria bendita!.

¡Y qué decir de esa reina,
la reina de la cocina!
de esa tortilla española
que ella con gusto guisa
con esas patatas frescas
de Huelva, Cádiz y Sevilla,
y de Córdoba y Jaén
pone su aceite de oliva!

¡Tortillas de camarones,
de mariscos y gambitas!
¡Esas tortillas paisanas
con chorizo y hortalizas!
¡Y esas de setas y jamón
de guisantes y de habitas!
¡Qué delicioso manjar!
¡Qué cosa más exquisita!

¡Por eso aunque en la tele
los chef hacen maravillas,
yo me quedo con mi madre
y su arte en la cocina
¡Haciéndome su puchero
y esas tortillas tan ricas!

Madre chef