La ciudad basura: Cómo convertir una chabola en mezquita o en ducha
Fotos: Asnuci y Asociación Periferias
Junto al cementerio de Lepe persiste el que se podría considerar un pueblo más de la provincia de Huelva, ya que su población supera al de algunos municipios de este entorno, un pueblo de chabolas, que también sería el más pobre y el que cuenta con menos servicios, un rincón del tercer mundo a espaldas de un municipio de más de 25.000 habitantes y una renta per cápita de 16.500 euros.
En este mundo aparte sin apenas conexión con sus vecinos del otro lado, conviven más de 500 personas en la temporada agrícola (entre febrero y junio). Solo en el municipio de Lepe se han detectado un total de 15 asentamientos de inmigrantes con una población que puede alcanzar las 2.600 personas. El arraigo que alcanzan estas bolsas de pobreza ha hecho que con el tiempo estas ciudades de basura hayan alcanzado cierto grado de 'sofisticación'. Hoy día en un asentamiento con tradición como el del cementerio de Lepe, podemos encontrar desde chabolas-mezquita a chabolas-ducha, cocinas comunitarias y hasta pivotes para los aparcamientos.
Según un reciente estudio elaborado por la asociación Periferias, plataforma de cultura y sociedad y la Asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad (ASNUCI) y denominado 'Estudio sobre el hábitat: el asentamiento del cementerio de Lepe' la población de este asentamiento se las ingenia para sobrevivir a duras penas . Para el estudio, se ha contado con la colaboración de los propios habitantes del asentamiento que proceden de 18 nacionalidades diferentes, aunque el 40% de ellos son marroquíes seguidos de los naturales de los naturales de Mali y Senegal.
En el estudio se destaca la "absoluta precariedad de las construcciones" y la "gran falta de servicios, condiciones higiénicas y salubridad". Pero pese a todo, y el riesgo que conlleva los habitantes de los asentamientos han establecido sus propias rutinas sociales y sus servicios en precario para hacer más llevadero el día a día.
Para la construcción de todas las habitaciones, se utilizan los mismos elementos o bien cañas que se cogen en arroyos cercanos, o bien palés de madera, estos últimos por su dureza para las estructuras son los más utilizados. Para el recubrimiento se suele utilizar cartón para el interior y plástico de invernadero para el exterior por ser impermeable.
Entre los servicios que podemos encontrar en estos asentamientos exiten chabolas-cocina, chabolas-letrina y chabolas-ducha, decreciendo el tamaño y la durabilidad en el mismo orden.
Según el estudio, a través de análisis de la chabola se explican dos conceptos: el de privacidad y el de la esencia de lo doméstico en condiciones de precariedad. Coexisten chabolas que desarrollan su programa en un único espacio, por tanto con carácter multifuncional, y otras más complejas con un principio de división de actividades (estar, dormir, almacenar). Se trata pues, y en cualquier caso, espacios simples con funciones complejas.
La cocina se puede encontrar fundamentalmente de dos formas: bien como un espacio integrando a la chabola-habitación, con uso privativo o bien como un espacio individualizado, separado del resto y con un uso comunitario. Esta segunda opción muestra una notable racionalidad en prevención, en lo posible, del alto riesgo de incendio en el que viven sus habitantes. Este mismo asentamiento ya ha sido víctima de varios incendios ya que la necesidad de crear hogueras para muchas de las actividades combinado con el material altamente inflamable con el que están construidas las chabolas, convierten a éstas en un polvorín.
Las duchas y las letrinas siempre se encuentran en chabolas específicas y separadas de la chabola-habitación, si bien hay que distinguir entre su utilización comunitaria o privativa. En el primer caso las encontramos como unidades autónomas cercanas a las chabolas, mientras que en el segundo, aún conservando su autonomía, se sitúan dentro de los cercados o corrales que disponen los habitantes alrededor o junto a sus chabolas habitación.
Por su lado, las letrinas se resuelven mediante la construcción de pozos negros sobre los que se montan unas chabolas de formalización similar a las de las duchas. El número de chabolas-letrina es menor que el de duchas debido a que su utilización es más habitual por parte de los habitantes de origen magrebí (que son los que suelen construirlas) mientras que entre la población de origen subsahariano es habitual que, para evacuar, sus miembros se internen en las parcelas agrícolas situadas alrededor del asentamiento.
Por otro lado, y ello ocurre también con las duchas, las chabolas que disponen de cercados con un cierto desarrollo (habituales en la población de origen magrebí), suelen incorporan las letrinas en el interior de sus vallados, consiguiendo de esta forma una unidad de habitación preservadora de la intimidad y fuertemente autónoma.
La chabola-mezquita de Lepe
Otra función es la de oración. Un grupo de Senegal construyó hace dos o tres años una chabola-mezquita, aunque parece que es poco usada, y un residente senegalés es quien la cuida. Tiene la canónica estructura espacial interna conseguida mediante naves definidas mediante postes de madera, y cuenta con un espacio de reserva exterior tras el mihrab, con el objetivo de que no pueda levantarse allí ninguna chabola.
Es notable el cuidado con el que este elemento ha sido construido pues, si bien, y como es una constante, todo los materiales son reciclados, se ha tenido especial cuidado en que todo el cartón que reviste los paramentos interiores sea del mismo color blanco, y el techo se reviste con otro de color uniformemente marrón.
Para lograr un adecuado desarrollo de la oración, se han dispuesto una serie de esteras y moquetas a modo de alfombras (sayyada), de diverso color y procedencia, para evitar la posible suciedad del suelo sobre el que, no obstante, se ha dispuesto una capa de cemento para evitar el polvo y asegurar la mayor limpieza posible del conjunto. El espacio cuenta con ventanas para ventilación e iluminación del interior protegidas con postigos abisagrados, único caso que hemos observado entre todas las construcciones.
Por último, se reseña en el estudio, la existencia de algunos espacios utilizados para el estacionamiento del vehículo del que dispone el dueño de la chabola a la cual se adosa. La existencia de automóviles origina una cierta intensidad de tráfico rodado en el interior del asentamiento, si bien es de escasa entidad, apreciándose la disposición de algunos medios defensivos de las frágiles chabolas ante este tráfico (hoyos excavados en el terreno), o disuasorios a la invasión de ciertos espacios por parte de los vehículos (pivotes hincados).
Puede ver el estudio completo en este enlace.