Se cumplen dos décadas de la subida de la Virgen del Carmen a la Era Grande de Galaroza

La procesión tuvo lugar en conmemoración de la restauración de la peculiar talla encinta.

Los acontecimientos religiosos y patrimoniales relacionados con la Virgen del Carmen son recordados en Galaroza de una forma especial. La peculiar patrona cachonera protagoniza momentos que pertenecen al imaginario colectivo del pueblo, y ahora se recuerda uno de ellos. Concretamente, la primera vez que subió en procesión a la Era Grande, uno de los lugares más altos de la localidad. Ocurrió el sábado 4 de mayo de 2002, por lo que ahora se cumplen veinte años de aquel hito que no se ha repetido hasta fechas recientes. 

La subida a la antigua Era comunal despertó una gran expectación entre los vecinos, ya que hasta la fecha no había visitado esa zona del pueblo. El motivo fue, también, muy especial. 
 

La respuesta hay que buscarla en la restauración de la imagen, realizada en 2001 por Juan Manuel Miñarro López, prestigioso restaurador y catedrático de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla. La figura salió de Galaroza el 27 de julio de ese año, y el proceso de restauración se extendió durante casi cuatro meses, afectando a la totalidad de la escultura. Con este motivo, la Hermandad planificó una serie de actos conmemorativos entre los que destacaron la exposición de la imagen ya restaurada, una ofrenda floral por parte de todos los vecinos y otros muchos serranos y una misa conmemorativa, así como la subida a la Era, como lugar simbólico que la efigie nunca había visitado. 

La intensa lluvia caída el día 17 de noviembre de 2021, fecha en que la talla volvió a Galaroza tras finalizar su rehabilitación, impidió el cumplimiento de este programaprevisto, por lo que la subida a la Era tuvo que ser aplazada. 

El momento de recuperar este reto no llegó hasta unos meses después, ya entrado el año siguiente. Los preparativos fueron emocionantes, según los entonces rectores de la Hermandad. 

La procesión se inició a las ocho de la tarde, tras la misa oficiada por el párroco Francisco Moreno y el padre Rafael Pozo. Tomó la calle Carmen hasta la Plaza de La Morera, volviendo por el Carril, hoy Avenida de los Carpinteros,hacia la Era, donde se le ofreció un pregón, se cantó la salve y se pudo disfrutar de la actuación de la banda de música local. Ya de noche, retornó a su ermita bajando por la calle San Sebastián.

De aquel momento que ahora cumple dos décadas, se recuerdan las cifras del coste de la restauración de la peculiar talla encinta, que alcanzó los 10.963 euros. La de la peana costó 2.854 y se complementó con la pintura del retablo donde se ubica la patrona cachonera, en la Ermita del Carmen, por un montante de 1.239 euros. 

Pero también se recuerdan las emociones de los vecinos y asistentes al acto, las estampas, únicas hasta la fecha, de la talla procesionando por lugares nuevos del pueblo, y el orgullo de todo el vecindario por tener otra vez a este símbolo entre ellos.