Almonte alerta de un “colapso inminente” en el litoral de Matalascañas y exige actuar por vía de emergencia

Litoral de Matalascañas

El Ayuntamiento advierte de hundimientos, riesgo para vecinos y un posible impacto ambiental “irreversible” en Doñana

El Ayuntamiento de Almonte ha encendido todas las alarmas ante el estado “crítico y totalmente insostenible” del paseo marítimo de Caño Guerrero, en Matalascañas. El alcalde, Francisco Bella, ha remitido un escrito al presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno —en su papel de primer vicepresidente del Comité Europeo de las Regiones— trasladando una preocupación que ya se ha convertido, según el Consistorio, en “una situación límite”.

Los últimos temporales han dejado al descubierto un escenario que el Ayuntamiento califica de “desgaste acelerado y fuera de control”. Más de un kilómetro de paseo marítimo presenta roturas, hundimientos, pérdida de firme y tramos que, directamente, “podrían venirse abajo en cualquier momento”. En algunas zonas, aseguran, el colapso estructural es inminente.

El Consistorio exige la declaración de emergencia, la ejecución inmediata del proyecto estatal de aportación de arena —“aprobado desde hace años y eternamente retrasado”— y la reparación urgente del paseo. Reclaman además medidas de seguridad inmediatas para evitar accidentes, así como una intervención directa y coordinada de la Dirección General de la Costa y el Mar.

Pero el problema va más allá del paseo. La erosión continua ha dejado expuesta la red de saneamiento y la estación depuradora de Matalascañas. El Ayuntamiento advierte de que su deterioro podría desencadenar vertidos sin depurar, con consecuencias sanitarias, ambientales y un impacto directo sobre el entorno protegido de Doñana, uno de los espacios naturales más vulnerables de Europa.

El Gobierno local pide también retomar los proyectos comprometidos desde 2018, integrarlos en una estrategia global y elaborar un estudio técnico integral que permita diseñar una solución estable y resistente. Incluso reclama la declaración de emergencia ambiental, dada la gravedad del escenario.

El alcalde subraya que la petición es una obligación para proteger a la población, garantizar la actividad económica de un núcleo profundamente dependiente del turismo y preservar un patrimonio natural de relevancia internacional. El escrito cuenta con el respaldo del Pleno municipal y del tejido empresarial y social de Almonte.

La solicitud va acompañada de informes técnicos, documentos gráficos y el acuerdo plenario aprobado. El Ayuntamiento recalca que está dispuesto a colaborar con todas las administraciones, pero advierte: “El tiempo se ha agotado; la respuesta debe ser inmediata y coordinada”.