Saray Acosta: "Esta pandemia nos ha enseñado a vivir pensando más en el presente" 

La periodista onubense nos cuenta cómo está viviendo este complicado momento de pandemia

Saray Acosta Soriano, nuestra entrevistada de hoy es una periodista a la que conocí en sus inicios en el mundo de los medios, donde fuimos compañeros. Desde ese mismo momento conectamos muy bien, lo que hizo que se fuera fraguando unos lazos de amistad que seguimos manteniendo a través de los años. Estuve presente en uno de los días más importante de su vida, como es la boda con su marido Juanma Garrido, con el que hace una pareja encantadora que tienen dos hijos preciosos y muy recreativistas.

Saray es persona muy tenaz, trabajadora, intuitiva, cordial, empática, con alto sentido de la amistad, fiable, risueña, optimista, solidaria, recreativista, humanitaria, con valores...

Cuando la llamo para charlar un ratito y que diera a conocer a los lectores de diariodehuelva.es su opinión sobre la situación que estamos viviendo en la actualidad debido al coronavirus, se alegra, pues hacía tiempo que no coincidíamos, y como no podía ser de otra manera, nos interesamos por la salud y por nuestras respectivas familias, pero rápidamente entramos en faena y Saray comienza de esta manera:

"La Covid-19 ha puesto nuestro mundo patas arriba y nos ha descubierto iguales ante una realidad que todavía nos domina. Una mal llamada nueva normalidad,  (siempre digo que para mí no es ya ni nueva ni normal), a la que nadie escapa: no importa el dinero que tengas o lo guapo que seas, todos somos vulnerables.

Creo que la solidaridad ahora mismo es la única que puede aliviar esto hasta  que tengamos vacuna. Solidaridad física, cuando cumples con las medidas sanitarias no solo para salvarte tú, sino para proteger también a los demás;  solidaridad emocional, cuando te interesas por el otro y haces lo posible para que se sienta bien; y solidaridad material hacia quienes más han perdido con esta pandemia, porque todos hemos perdido en algún momento... y lo que nos queda. El prospecto nos da una sola pauta de momento: cuidar y cuidarnos".

-¿Qué hiciste en en tu día a día, durante el confinamiento, dónde y con quién lo pasaste?

-Lo pasé en casa con mi marido y con mis dos hijos pequeños. No tuvimos tiempo de aburrirnos entre el gran volumen de trabajo que teníamos, yo diría que más que de forma habitual, y la atención a los niños, con las tareas del cole, juegos, etc. De todas formas, a pesar del estrés, buscamos diferentes maneras de pasar el tiempo en casa y a eso también se le coge gusto. Sin duda, todo eso es inolvidable y son recuerdos que nos echamos a la mochila. La sensación es que apareció otra manera de concebir el tiempo libre en el que la prioridad era que el otro se sintiera bien e incluso las llamadas con otros familiares y amigos eran diferentes porque ya no te centrabas en cómo había sido el día, sino en un simple “cómo estás” o “cómo te sientes”. En algún momento he hablado con otras  personas de esto y coincidimos en que tanto las risas como las lágrimas eran fáciles porque las emociones estaban a flor de piel.

-¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y sobre todo el mundo de la comunicación?

-¿Te acuerdas de cuando se repetía mucho que de esto saldríamos mejores y más fuertes? Bueno, creo que el paso de los meses está haciendo visible que todo lo que estamos viviendo no nos hace mejores, peores, más fuertes o más débiles porque sí. Quien haya querido aprender algo lo ha hecho y quien no, habrá hecho borrón y cuenta nueva. Cada uno es cada uno... Por otro lado, el cansancio es ya notable y se palpa en el ambiente y en el estado de ánimo general. En muchos aspectos hemos avanzado y crecido y en otros no tanto. No me atrevo a predecir cómo será la vida después, porque en realidad mi sensación es que todos queremos que sea como antes: con besos y abrazos, con el estrés de la rutina o con una sobremesa tranquila y compartida con amigos. En el caso del mundo de la comunicación creo que seguirá la tónica de antes de la pandemia, aunque esta situación lo ha hecho aún más imprescindible y así diría que seguirá siendo.

-¿Qué proyectos tienes para el futuro?

-No te sé decir exactamente, porque si a algo nos ha enseñado esta pandemia es a vivir pensando más en el presente. Aún así, en el plano profesional, me gustaría seguir creciendo y disfrutando de los nuevos proyectos que me ha traído este último año, sobre todo, en el mundo de la radio. Y lo que tenga que venir en todos los aspectos, si bueno es…, bienvenido será.

-¿En qué ha podido influir la religión en estos meses de pandemia?

Si te refieres a la fe, quienes creemos en Dios lo sentimos como consuelo y fortaleza en los momentos difíciles y así pienso que ha sido y continúa siendo.

La Semana Santa, por ejemplo, pilló en pleno confinamiento y esto hizo que todos la viviéramos de forma más íntima y con un sentido muy profundo. Por otro  lado, el acompañamiento de la Iglesia ha sido brutal, basta con recordar todo lo que Cáritas ha venido realizando en toda la provincia, intensificando el trabajo que hace durante todo el año con los colectivos más vulnerables, así como con otras realidades que el coronavirus ha dejado al descubierto y que continúan necesitando ayuda.

Todo eso ha requerido mucha creatividad y un gran esfuerzo para seguir ayudando con las garantías de todas las medidas de seguridad por la pandemia. También congregaciones religiosas mediante la elaboración de mascarillas, entre otras iniciativas, sacerdotes cerca de los fieles con la emisión de las celebraciones a través de televisión y de redes sociales y, junto a voluntarios de las parroquias y la labor de movimientos, hermandades, etc., ayudando a familias y a quienes no tenían nada o a nadie. Son muchas las  acciones que se han desarrollado, como el acompañamiento a mayores que viven solos a través de charlas por teléfono o haciéndoles la compra, entre otras... Te podría poner tantos ejemplos… Ahí estuvo la Iglesia y ahí sigue.

- ¿Qué papel han jugado los medios de comunicación en estos meses?

-El papel crucial que tienen y justifican su existencia. Gracias a los medios hemos podido sentirnos en el mundo mientras permanecíamos confinados en nuestras casas. Eran nuestra ventana al exterior para hacernos una composición de las dimensiones del problema, aunque el esfuerzo para separar muchas veces el  grano de la paja tuviera que ser titánico, porque muchos mensajes eran para desviar la atención hacia otras cosas mucho menos importantes. También me consta que para muchos mayores y personas que viven solas han sido una gran compañía. Tampoco me quiero olvidar de los periodistas y de otros profesionales técnicos de la comunicación. La profesión ha tenido que seguir ahí, al pie del cañón, contando a través de la palabra y de la imagen todo lo trágico que estaba  ocurriendo, sí, pero también alimentando la esperanza con historias muy de verdad, muy humanas.

-¿Y las redes sociales?

-Las redes son la selva. Mucha información al minuto que las han convertido en las reinas de la inmediatez, que antes era algo más propio de la radio, aunque ni de lejos las redes lleguen a este medio en calidez y cercanía. Lo que tienen es que es un sitio para todos y en la selva uno se puede sentir también libre.

-¿Qué echaste de menos en el confinamiento?

Pues si me pongo a pensar son todas pequeñas cosas, pero muy importantes para mí. Un paseo por cualquier sitio con mi marido y mis hijos, jugar con los niños a la pelota, la visita con ellos a sus abuelos –¡qué duro ha sido esto!-, un café en mi sitio preferido, un ratito con mis amigas cara a cara, un domingo de partido en el Nuevo Colombino, el aire de la calle en la cara…

¿Cómo venderías Huelva para atraer inversiones que creen empleo?

Me haces esta pregunta y lo primero que pienso es que a Huelva le sobran los motivos, pero necesita infraestructuras para terminar de despegar y generar así más empleo y riqueza en toda la provincia, eso no es nada nuevo. El patrimonio británico en la Cuenca Minera -y en otras localidades, como en la capital-, la riqueza natural de la Sierra,nuestras magníficas y envidiadas playas o la riqueza gastronómica del Condado, todo lo colombino, la cercanía a Portugal… Tenemos todo, pero eso es más difícil potenciarlo sin una apuesta firme por las necesarias infraestructuras y sin unas buenas conexiones que hagan que Huelva pueda atraer más inversiones y deje de estar arrinconada, que para algunos aspectos es una ventaja, pero para esto no.

¿Te gustaría ser de las primeras en vacunarte? 

No necesariamente. Creo que mi sitio estará en la cola tras toda esa gente de más riesgo que la necesitará antes que yo.

Saray, que es todo un lujazo charlar contigo y tenerte como amiga