Rodrigo Gálvez: "De mayor soñaba con ser mi padre, pero Pepe Gálvez solo hay uno"
El invitado en el día de hoy a esta sección de entrevistas en tiempo de pandemia es Rodrigo Gálvez, al que hace bastante tiempo que no veo físicamente, pero que sigo manteniendo con él contacto a través de las redes sociales y al que conocí en el mundo de la hostelería. En los inicios de La Tertulia Recreativista, aunque durante poco tiempo, participa en la misma, como imitador mío, y la verdad que me lo pasaba en grande con él y sus ocurrencias, pero tuvo que abandonar la tierra que lo vio nacer para emprender su vida profesional en tierras malacitanas, donde triunfa plenamente como cocinero, aunque con la mente puesta en volver a Huelva cualquier día.
Cuando me pongo en contacto con Rodri para charlar y confeccionar esta entrevista, comienzo pidiéndole que se presente ante los lectores de diariodehuelva.es y él con la amabilidad que le caracteriza empieza así:
"Soy más de Huelva que un cabezo, recreativista y carnavalero, hago mis pinitos como "fotógrafo" aquí: instagram.com/empercufotos
Empecé en la hostelería en varios locales de moda de Huelva, desde 470, Meridiano Cero, Saxo o el Berlín Portil, hasta de encargado de la mítica discoteca Rompeolas, en el recinto Colombino, luego tuve mi propio negocio en la calle La Palma "El Quite" pero decidí dar otro enfoque y en 1999 me fuí a la Escuela de Hostelería de Cádiz a conocer los secretos de la cocina.
En 2001 recalé en la Costa del Sol, atraido por su gran oferta laboral en tema de turismo y hostería y hasta ahora.
Rodri es esas personas que se hacen querer en cuanto lo conoces. Es divertido, ameno, simpático, cordial, ocurrente, alto sentido del humor y de la amistad, servicial, fiable, melomano, solidario... Vamos, muy buena gente.
La entrevista propiamente dicha transcurre así:
P. - ¿Qué opinas de la situación que estamos viviendo?
R. - Preocupante, es algo a lo que no nos habíamos enfrentado hasta ahora y eso ha provocado que tanto gobernantes como ciudadanía demos muchos palos de ciego, pero parece que empezamos a ver la luz al final del túnel... aunque al precio que está, no sé si eso será bueno.
P. - ¿Crees que durará mucho esta pesadilla?
R. - Esa pregunta tiene varias vertientes, dependiendo de en que continente te haya tocado vivir.
Creo que es obligación de los países que antes alcancemos la inmunidad, ayudar para que en los más pobres, pueda haber vacunas para todos... y cuanto antes, mejor.
P. - ¿Cómo piensas que cambiará la vida tras la pandemia?
R. - De momento he observado que el saludo americano, de puño contra puño ha calado hondo.
Pero sin duda lo notaremos, la nueva normalidad nos ha traído nuevas costumbres, ojalá las más saludables hayan llegado para quedarse.
P. - ¿Has pasado miedo en algún momento?
R. - Más que miedo preocupación, todos tenemos familiares y amigos en el tramo de edad que más ha acusado esta pandemia, gracias a Dios se ha pasado sin lamentar ningún mal mayor.
P. - ¿Qué papel está jugando la prensa y redes sociales en este último año y medio?
R. - Pues pienso que la prensa no ha estado a la altura, se ha politizado hasta extremos vergonzantes cada medida, noticia o dato, era momento de unir fuerzas para salir de esta y ni políticos, ni prensa han arrimado el hombro, cosa a la que tristemente estamos acostumbrados.
He leído titulares impactantes que carecían de rigor alguno y que no ha hecho más que alertar a la sociedad.
Con respecto a las RRSS depende mucho el uso que le des, a mi desde luego me han entretenido mucho.
P. - ¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante esta crisis sanitaria y económica?
R. - Pues al hilo de lo comentado anteriormente ya te puedes imaginar, mi padre, el gran Pepe Gálvez, me dijo un día que, si no podía decir algo bueno de alguien, no dijera nada, así que mejor pasapalabra.
P. - ¿Qué proyectos tienes cara al futuro y que haces en la actualidad?
R. - Llevo año y pico de jefe de cocina en Venta García, en Casares un pueblo precioso de la Costa del Sol. Es una vieja venta de carretera, remodelada y convertida en restaurante, tambien tenemos un chill out donde después o antes de comer, puedes tomar un cocktel y oir música en vivo o disfrutar de un DJ, a medida que las normas post covid nos dejen, iremos agregando más actividades.
P. - ¿Qué necesita Huelva para despegar de una vez?
R. - Solo una cosa, potenciar el turismo, tenemos un diamante en bruto que tenemos que pulir, tenemos las condiciones para ser un destino puntero y es una pena que no hayamos sabido aprovechar eso.
P. - ¿Qué significa para ti Huelva?
R. - Es llenárseme la boca cuando hablo de mi tierra, es mi familia, mis amigos... es un sentimiento.
P. - ¿Te gustaría volver a Huelva profesionalmente?
R. - He estado a punto varias veces, estoy seguro que en una de estas cuajará la cosa, ¿a quién no le gustaría ser profeta en su tierra?
P. - ¿Qué es para ti la cocina?
R. - La profesión más bonita del mundo, ojo, que no la hostelería, pero tiene que ir ligada una a la otra... mi abuelo Rodrigo, del que heredo el toque en los fogones, debe estar disfrutando allá donde esté.
P.- ¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas ser de mayor?
R. - Mi niñez fue una maravilla, muchos partidillos en la Plaza de La Merced, veranos en Punta Umbría, cursos en el colegio Francés y helados en la Ibense, en definitiva una etapa dorada.
De mayor soñaba con ser mi padre, pero Pepe Gálvez solo hay uno.
P. - ¿Quiénes son o han sido tus referentes dentro del mundo de la cocina?
R. - Mi abuelo. Aunque no era cocinero tenía una mano impresionante y fue mi primera referencia, a nivel profesional flipo con Quique Dacosta y con el que ha cambiado la historia de la cocina... Ferrán Adriá.
Rodri, ya sabes, que estoy deseando dar la noticia de tu vuelta a Huelva y de tu padre que efectivamente es un auténtico crack, ya hablaremos otro día.