Manuel Muñoz: "El sistema servil de los partidos políticos hacia Sevilla es vergonzoso"

Se acerca hoy por esta tribuna pública una de las personas que más inquietudes he visto tener por defender Huelva. Te trata de Manuel Muñoz Sánchez

Se acerca hoy por esta tribuna pública una de las personas que más inquietudes he visto tener por defender Huelva. Te trata de Manuel Muñoz Sánchez, al que conozco hace 4 décadas y con el que he tenido muy buena relación siempre.

Nuestro invitado de hoy es Abogado y Diplomado en Derecho Comunitario, fue Ejecutivo de la Caja de Ahorros de Huelva y director de la Fundación El Monte para la provincia de Huelva.

Tiene una gran vocación por la música, la pintura y la literatura.

Se inició en la política con el Partido Socialista Popular del profesor Tierno Galván. Después de muchos años en la actividad política la abandonó al constatar entre otras cosas, que a los políticos la ciudad de Huelva no les interesaba, dejándola fuera de los programas de desarrollo.

Ha pertenecido a grupos civiles y asociaciones en defensa de la carretera Huelva-Cádiz, Mesa de la Descontaminación, Mesa para la Salvación del R.C. Recreativo de Huelva, secretario de la Comisión del Quinto Centenario de la UGT de Huelva, candidato a la Presidencia del Decano del fútbol español, miembro fundador de la Mesa de la Ría, y miembro colaborador con el Patronato de Turismo, Festival de Cine Iberoamericano y Festival Internacional de Danzas de Villablanca.

Fue coordinador en el encuentro Comunidad Europea-Mercosur de 1994 a través de las Universidad Hispanoamericana de la Rábida junto con las Universidades de América Latina.

Ha contribuido desde la legislación europea, a la modernización de las flotas pesqueras de la costa de Huelva, gestionando nuevas construcciones de buques y sistemas de pesca, así como a la creación de asociaciones de armadores y pescadores de la provincia.

En definitiva, un auténtico enamorado de todo lo que huele a Huelva, luchador, comprometido, solidario, de ideas claras, buen amigo, desengañado…, que cuando me pongo en contacto con él para charlar un rato y confeccionar esta entrevista, no lo duda, me pide unos días y este es el resultado de una amena, enriquecedora y al mismo tiempo agradable conversación donde a Manolo lo he visto con ganas de contar cosas.

P.- ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

R. - Que es de una enorme complejidad con cambios vertiginosos que sólo digerimos en una medida ínfima. Las nuevas tecnologías, el descubrimiento inabarcable del espacio exterior, los avances meteóricos en el campo de la medicina y la salud…El desborde de las fronteras y el traspaso humano del hemisferio Sur al Norte, la degradación de la vida política en general, el sentimiento generalizado de que el bienestar es algo que solo hay que tomarlo y disfrutarlo, y en general, el minimalismo de los valores que han definido siempre al género humano, son factores inquietantes. Necesitamos filósofos que definan, resuman y concreten, los elementos de la decadencia social que padecemos, y plantar las bases del papel del hombre y la sociedad en estos tiempos vertiginosos para un futuro impreciso.

P.- ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia, especialmente en Huelva?

R. - Huelva es una de las ciudades más contaminadas de Europa, por razones que todos conocemos. Teniendo en cuenta su degradación medioambiental en todos los sentidos, tierra, agua, aire, desconocemos que plus de gravedad ha incidido en la pandemia teniendo en cuenta que es una enfermedad que afecta al aparato respiratorio. Sería bueno conocer estudios, teniendo en cuenta además que el aislamiento de la ciudad respecto al resto del país ha podido aportar un elemento liviano en el marco de los contagios. Pero la Junta de Andalucía no destinará ni un euro para Huelva en nada, ni siquiera para esto.

Que tengamos a cien metros de la ciudad en las marismas del Tinto 120 millones de toneladas de fosfoyesos y materiales radiactivos, sin que, a pesar de la Sentencia condenatoria sobre Fertiberia a dejar la marisma en su estadio primitivo, y que además sea consentido por todas las administraciones públicas, nacionales, regionales y locales, denota el grado de desprecio de todos hacia nuestra ciudad, pero también de nuestra gente, que parece no darse cuenta del peligro y el daño de esos vertidos.

P.- ¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante la pandemia?

R. - Teniendo en cuenta que China, por ahora, es el origen de la pandemia, y de la ocultación intencionada de su aparición y desarrollo, y por tanto de su carácter sorpresivo para el resto del mundo, los políticos, tras su aparición, debieron dar un paso atrás y dejar que grupos de expertos multidisciplinares en todos los campos sanitarios, económicos y sociales, se hubieran puesto al frente de la gestión de la pandemia. Los políticos deberían haberse limitado a seguir los consejos y tomar las medidas determinadas por los expertos, y no al revés. La Unión Europea tenía capacidad para ello y la gestión de la pandemia, entregada a los políticos agravó aún más sus efectos. Un ejemplo lo tenemos en España, con una verdadera borrachera de contradicciones, y errores garrafales, tanto políticos como sanitarios, que han dado una pésima imagen del nivel de nuestra clase política, empezando por el Gobierno, que se quitó el problema de encima trasladándolo a las Autonomías. Nadie duda que muchísimas muertes podrían haberse evitado si hubiera existido una gestión especializada y no política de la pandemia.

P.- ¿Has pasado miedo en algún momento?

R. - Sí, mucho. Al principio del confinamiento con calles desiertas, y con un silencio sepulcral, nos tocó a mi mujer y a mí, acudir a diario al hospital para aplicarle a ella un tratamiento médico ineludible. Nos fabricamos mascarillas, chubasqueros y hasta usamos guantes de cocina (porque no había en el mercado) para cubrirnos totalmente antes de entrar en el hospital. Incluso hicimos un pedido de guantes a Irlanda. Caminábamos por los pasillos de rincón en rincón para no cruzarnos con nadie. Sin embargo, ese miedo te da otras fortalezas que te ayudan a afrontar los problemas con más claridad y determinación.

P.- ¿Qué crees que necesita Huelva para despegar de una vez?

R. - ¡Uf! Huelva lo necesita todo, porque no se le ha dado nada y no hemos reclamado nada. Con la autonomía de Andalucía, creímos que íbamos a entrar en el Eldorado. En mi ensayo “Huelva Término” publicado en 2007, pergeñaba un esbozo de nuestros problemas como ciudad, repito, como ciudad, pues desde que se crea un nuevo centralismo egocéntrico más cruel que el de Madrid, Huelva ha sido apartada no solo de Andalucía sino del resto de España. El sistema servil de los partidos políticos hacia Sevilla es vergonzoso, salvo honrosas excepciones. Ni PP ni PSOE tienen un diseño ni un proyecto de futuro para la ciudad de Huelva, como sí lo tienen los partidos centralizados y la propia Junta para Sevilla. Ahí están los datos.

Yo resumo las necesidades de esta ciudad en una sola: Comunicaciones. Y hay que empezar por la carretera directa Huelva-Cádiz, contemplada en el Plan Nacional de Carreteras de 1877; en el Plan Nacional de Carreteras de finales de octubre de 1939. Después en Decreto de 2 de abril de 1943 (BOE de 16-4-43); se vuelve a aprobar su construcción, con una curiosa Exposición de Motivos que recogía el sentir de onubenses y gaditanos; en Decreto 363/1973 (BOE 56 de 6-3-73); (ahí está el hito kilométrico de esa carretera que parte desde el actual hotel Luz; y luego en 1982, y en 1989 cuando se decreta la protección del Norte de Doñana y el nuevo trazado a la carretera Huelva-Cádiz por esa parte…, y tratada en más de ¡¡ 52 ocasiones en el Parlamento de Sevilla!!. Podría llevarme tres días escribiendo acerca de las razones por las que esta carretera no se ha construido (el Coto de Doñana como espacio jurídico-político se creó para impedirlo, cuando, ambas cosas son compatibles), y puedo afirmar sin errores que quien se opone a que Huelva se comunique directamente con Cádiz, es Sevilla.

En los mismos términos se puede hablar del no desdoble de la N.435 a Extremadura, directa, como así fue construida. ¿Por qué? No se permite que Huelva se comunique con otra Comunidad Autónoma directamente como no sea a través de Sevilla, o la ruta de la plata. Y así todo. La muerte del tren a Zafra, obedece a la misma intención de aislar a Huelva, y se está permitiendo que los productos de Extremadura salgan por el puerto de Lisboa, cuyo proyecto está avanzado, siendo Huelva su puerto natural y además la playa de Extremadura.

Y en ese afán de aislar a la ciudad de Huelva, y dejarla bien encerradita con su industria química como único recurso, vertiendo a sus dos ríos materiales contaminantes durante más de 50 años, se hace lo imposible por desconectar a la capital de la provincia de todo el occidente costero, territorio con más de 150.000 personas, impidiendo una comunicación fluida desde los puentes del Odiel, (que la Junta de Sevilla deja incluso sin luz), a causa del no desdoble de la A-492 pasando través de Aljaraque, de forma que es una incitación a que esa zona de la provincia desista de su relación con la capital.

Y el manido aeropuerto. La propia Diputación de Huelva, presentó una alternativa de “distracción” al aeropuerto que un grupo privado gestionaba para nuestra ciudad. Las constantes parálisis administrativas, y las malas intenciones políticas para con Huelva, contribuyen a que siga siendo un sueño de progreso paralizado. Un aeropuerto de nivel turístico y comercial no es ningún lujo, todo lo contrario, y hay cientos de ejemplos repartidos por todo el mundo. Lo que es incomprensible es el silencio de los empresarios ante esta enorme oportunidad de progreso y riqueza.

Y para ir a Madrid, ni AVE ni Alvia. ¿Cuántas veces nos han parado en mitad de descampados esperando que pase el Madrid-Sevilla, sin dar explicaciones, con horas y horas de retraso? Lo de Renfe es para hacérselo ver. En varias reclamaciones interpuestas tanto en Madrid como en Huelva, por los despectivos retrasos, me daban como alivio el que me devolvían el dinero del billete. (Pagado con nuestros impuestos). Y así todo.

Si a eso añadimos que el jefe del apeadero de Huelva (no creerán ustedes que eso es una estación con visiones de futuro), va y viene todos los días desde Sevilla, queda todo dicho.

P.- ¿Qué significa para ti Huelva?

R. - Huelva es la tierra donde vi por primera vez la luz. Si a eso añades que tu vida se desarrolla en sus espacios, con la ría acariciándote y los cabezos mirándote, que respiras su aire y te fundes con el carácter onubense, entonces forma parte ineludible de tu conciencia, de tu forma de ser, de tus sentimientos. Es lo normal. Amo a Huelva porque soy su hijo.

P.- ¿Qué recuerdos guardas de tu paso por la política?

R. - El amor a Huelva me indujo a participar en política. Creí que por ese cauce podría hacer mucho por esta ciudad en la que está casi todo por hacer. La vía socialista me pareció, por afinidad, idónea para conseguirlo. Pero descubrí, acaso tarde, que por esta ciudad muy poca gente (que, por cierto, presume de lo contrario) estaba dispuesta a romper barreras frente a lo que de antemano estaba establecido y aceptado. Es decir, languidecer y renunciar al progreso y a la cultura, como hoy es palpable. Huelva no camina a ningún sitio. Y descubrí que, a la superestructura económica, social y política de esta ciudad, Huelva les importa un bledo. Si además carecemos de una burguesía culta e impulsora, amante de lo propio, el fracaso está asegurado. Una ciudad abandonada por su población todos los fines semana, denota una grave enfermedad económica social y cultural. Lo malo es que los nietos de las generaciones que vinieron de la provincia a trabajar en el Polo, también han desertado de su ciudad.

Siendo el centro geográfico de 120 kilómetros de playa y espacios maravillosos entre cinco ríos, cinco, esta ciudad se muere. Es trágico que una ciudad costera pierda población, que ostente un 20 por ciento de paro, que tenga la peor renta per cápita del país, la mayor tasa de abandono escolar… ¿No es suficiente esto para despertar? He tenido ocasión de viajar por muchos países. Jamás he visto ninguna ciudad bañada por un rio, que no se haya extendido a ambas orillas del mismo y estén llenas de vida. En Huelva tenemos dos ríos, y es posiblemente, la ciudad ribereña más triste de todo el mundo. Sólo basta darse cuenta de la ausencia de navegación y vida marítima, comercial y deportiva y pesquera por nuestros ríos. Mirar a nuestra ría es mirar a la impotencia y la desolación. Y todos sabemos por qué.

Traté de buscar otros cauces para poder gritar a los cuatro vientos las injusticias que se siguen cometiendo con nuestra ciudad. Sería prolijo hablar ahora de cuantas acciones pude realizar por Huelva, aquí, en Madrid, en Bruselas, en Portugal, y que indefectiblemente encontraba siempre opositores entre sus tuétanos.

P.- ¿Qué pasó para que dejaras la militancia?

R. - Ningún hecho concreto. Pero sí la convicción de que participar activamente en política, sin buscar ninguna ventaja personal no valía la pena. Mi vida profesional estaba resuelta de antemano, y solo pretendía trabajar, muchas veces hasta la extenuación, por esta tierra. Pero otros muchos, bastantes más de los que creemos, apoyaban su acción exclusivamente en la búsqueda no de los intereses de la sociedad o de la tierra, sino de los suyos personales. Y claro se declaraban guerras cainitas, compra de voluntades, traiciones entre facciones, y actos indignos.

Pretendieron incluso afectar a mi vida profesional, y ya eso no lo toleré. Pero también había personas que merecían respeto y amistad.

P.- ¿Qué diferencia existe entre los políticos de la transición y los actuales?

R. - Entonces había una gran talla intelectual que pusieron al servicio de España, con renuncias por parte y parte. La Transición fue un modelo que se estudia hoy en las Universidades de todo el mundo. La Ley de Amnistía de 1977, y sucesivos Decretos aprobados para reparar daños e indemnizar a quienes sufrieron las consecuencias de la guerra, como el Decreto Ley 43/1978 y otros, permitió cerrar una etapa que se dio como suficiente. La llegada de Zapatero a la Moncloa a los tres días del atentado del 11-M de Atocha, ha abierto de nuevo la espita del odio alimentada en un sistema educativo, LOGSE envenenado, y el descontrol de las Autonomías, de la mano de un partido socialista desconocido, y un partido conservador acomplejado. La clase política de hoy, es la peor imagen de un país quebrado sin rumbo, sin ilusiones y sin proyectos.

P.- ¿Por qué te presentaste a las elecciones del Recreativo?

R. - El Recreativo forma parte del alma de Huelva. Soy socio desde que tenía 7 años. Colaboré en numerosas ocasiones con distintas directivas del Club.

Martinez Oliva (q.e.p.d). me pidió hacer una auditoría de las cuentas del Club, tras la salida de Martin Berrocal. (Lo hacíamos de noche trasladándose la documentación al Colegio de Corredores que ofreció sus instalaciones); igualmente colaboré en la redacción de los Estatutos del Club cuando ingresó en la Liga de Futbol Profesional, y posteriormente como responsable de la Tesorería de la Campaña por la Salvación del Decano, dirigida por el entonces alcalde Juan Ceada. Prometí que la recaudación se destinaría exclusivamente a la Campaña de Salvación (pago de deudas por casi 1000 millones de pesetas), y dimití por no autorizar un cheque a favor del Club dirigido entonces por Miguel Galardi, para el fichaje de un jugador. Después, me presenté a la presidencia cuando Félix Pérez dirigía el Club en nombre de la Federación. Tenía problemas financieros con mi entidad, y un día a solas, en plena campaña para la presidencia en competencia con Diego de la Villa, me prometió que yo no saldría de presidente. Así fue. Ni siquiera las peñas quisieron escuchar nuestros proyectos para el Club. Formábamos un grupo entusiasta que inició Manuel Carrasco (Patrón), y que continuamos Manuel Tello, Manuel González Molina, Gonzalo López, Manuel Ortega, y otros buenos onubenses que trabajaron denodadamente, porque incluso se nos negaba el censo de socios, y se nos tachaban las firmas de apoyo. Fue muy desagradable.

Hay que decir que el Recreativo no entró en el Plan de Saneamiento de la Ley 10/1990 y sociedades anónimas deportivas, porque el Ayuntamiento no quiso avalar parte de la deuda del Club que no se incluía en el saneamiento, y que le permitía cancelar gratis el resto de sus deudas por 1000 millones de pesetas y sanearse. Eso hubiera cambiado la trayectoria de ruina que se ha venido siguiendo hasta hoy. Me presenté a la presidencia porque consideraba que la filosofía reinante era la de la apariencia, y no la de buscar los cimientos del futuro en la cantera, exclusivamente, en la cantera del club; tipo Sporting de Gijón, Atlético de Bilbao, etc. Y concitar, aunque era difícil, que la provincia estuviera con el Club, y no con el Sevilla y el Betis. Salir todos los días en la portada del periódico y tener votos era muy gratificante para algunos…

P. - ¿Cuáles son tus mejores y peores momentos profesionales?

R. - Comencé a trabajar en la Caja de Ahorros de Huelva con 16 años como botones, después de superar dos oposiciones que me hicieron estudiar duro y sufrir. Pero mereció la pena. Descubrí gracias a la Caja Provincial de Ahorros de Huelva, que se puede ser banquero y ganar dinero para devolvérselo a una sociedad modesta y sana que acudía a depositar sus ahorros, o pedir préstamos para progresar en el pequeño negocio, comprarse una casa, un coche una lavadora, o incluso ir al Rocío.

Aparentemente una ley de Felipe González “democratizó” los órganos de gobierno de las Cajas de Ahorro, y a partir de ahí el asalto de los partidos y los sindicatos, fue inmisericorde, laminando y expoliando a las Cajas, depositarias de la confianza de los españoles durante más de dos siglos, y abanderadas del progreso en nuestro país. Como resultado la banca fagocitó el mercado financiero y los recursos monetarios en su totalidad y el resultado lo tenemos a la vista. Tras esa norma, vinieron otras de fusiones y desapariciones por no poder soportar las exigencias de reservas y fondos de garantía del Banco de España tras la intervención de Rumasa por el gobierno socialista. Así llegaron la debacle y la rapiña, y en pocos años partidos políticos y sindicatos fulminaron las Cajas de Ahorro con el politizado Banco de España. Como anécdota recuerdo que el antiguo presidente de Caja Huelva, Francisco Zorrero Bolaños, por ser presidente de la Diputación, no percibía dinero alguno de la entidad, e incluso rechazaba regalos procedentes de la Granja Escuela de Trigueros que junto al Colegio de Subnormales, eran las obras benéficas estrellas de la institución.

La fusión con el Monte de Sevilla, fue el más grave disgusto profesional de mi vida. Lo sevillanos tomaron el mando dirigido por los dos partidos mayoritarios, y ningún empleado, ningún cargo de Cajahuelva, según ellos, ostentaban capacidades suficientes, salvo algún caso aislado. Ellos tenían un 60% en el peso de la fusión. Hubo traslados masivos a Sevilla, infartos, despidos, e incluso alguna muerte a causa de este terremoto. Lo que ocurrió después a la vista está: el hundimiento de las Cajas de Ahorro a manos de los políticos y sindicatos. La persona que con la aquiescencia de los socialistas dirigió la fusión - Fernando Faces-, demostró su incapacidad y su escaso apego a la ciudad de Huelva.

P.- ¿Quiénes han sido tus grandes amigos/amigas en política?

R. - Es complicado determinar quién o quiénes han podido ser tus amigos en política, repito en política, con los requisitos de honestidad, lealtad, comprensión, reciprocidad, desprendimiento, renuncias, etc., que comportan el sentido lato del concepto. La amistad es un contrato gratuito sin cláusulas. Creo que amistad y política son incompatibles y la historia lo ha demostrado. Cuando hoy escucho “compañeras y compañeros”, no puedo por menos que sonreír.

P.- ¿Quiénes han sido o son tus referentes en esta vida?

R. - Naturalmente mi madre, a la que dediqué mi libro “Plaza Niña”, Premio Onuba de Novela de 2019. Pero en general las referencias surgen con el paso del tiempo, y ahora puedo decir que mi niñez y mi juventud estuvieron rodeadas de personas dignas y honestas, y por eso, las perentorias necesidades del día a día, se hacían más soportables con el ejemplo de quienes te rodeaban. Hoy se exige de todo sin dar nada a cambio.

P.- ¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y soñabas ser de mayor?

R. - Mi niñez transcurrió en una familia modesta que como casi todas en aquella época, lo pasaba más mal que bien. Pero había siempre abierta una esperanza, un horizonte que nos decía que los tiempos mejores estaban por venir como así fue. Si estudiabas y trabajabas progresabas. Hoy me doy cuenta de que, si la política estaba ausente en la vida de entonces, tampoco hacía falta. Sólo tenemos que mirarnos ahora. En cuanto a los afanes, quería ser piloto de aviación. Me presenté a los exámenes para ingreso en el Ejército del Aire en León, con 16 años. Pero no pudo ser. No fue un drama pues tenía una vida por delante.

P.- ¿Se han cumplido hasta ahora tus metas en esta vida?

R. - Siempre se puede hacer más y claro, quedan dudas. Pero luché por todo lo que quería hacer en cada momento, y mi guía fue siempre el esfuerzo y la honestidad conmigo mismo, única manera de poder exigir esos valores a los demás. Ahora, ya jubilado, sigo con mis pasiones de la pintura, la música y la literatura. Me apena ver que mi ciudad está más atrasada que incluso en los años 20/30 del siglo pasado, en la que bullía el progreso y la cultura. Y me inquieta enormemente la deriva que mi país ha tomado como consecuencia de un odio reverdecido que creíamos enterrado. No debemos permitirlo. La Historia de España no se ha contado con honestidad a las actuales generaciones. Y corremos el peligro de repetirla.

P.- Manolo me ha encantado los relatos que me has contado para realizar esta entrevista, tan amplios, como amenos, interesantes y a tener en cuenta, pero llegamos al final, no sin antes decirte que si quieres añadir algo más, lo hagas.

Darte las gracias a ti José Luis y a Diario de Huelva, por dejar que asomen un poco, mis desvelos e inquietudes por mi ciudad y mi país. Y finalmente recalcar que estamos en la Unión Europea, y no podemos permitirnos ser sus camareros.