Jenaro Fernández: "Con Nuevas Galerías llegó a Huelva la modernidad"
Jenaro Fernández Fonseca es nuestro protagonista de hoy en esta serie de entrevistas en tiempos de pandemia, lo que me alegra, y quien con la amabilidad que le caracteriza, acepta la propuesta de ser entrevistado y para empezar, nos resume su currículum para que los lectores de diariodehuelva.es puedan conocer un poquito mejor al invitado:
"Nacido en Madrid un 26 de enero del año 1958, vivo en Huelva desde los tres años en que mis padres se establecieron en esta ciudad. Estudio la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla (1975-80), y accedo a una contratación administrativa como Técnico de Administración General de la Diputación Provincial de Huelva, tras la superación de las pruebas previamente convocadas, en el mes de julio de 1981, obteniendo plaza como funcionario en propiedad tras aprobar la oposición libre convocada y celebrada al efecto en 1982. En el año 1986 alcanzo plaza de Letrado en la misma Institución Provincial, asimismo mediante oposición libre, desempeñando la misma hasta la reciente fecha de mi jubilación el pasado 1 de enero del año en curso.
Durante dichos años he desempeñado la Jefatura del Servicio Jurídico del citado Organismo en determinados periodos, rotatoriamente con los otros compañeros letrados adscritos al Servicio Jurídico, y Director del mismo desde el año 2007 hasta el 2019, en que solicito y obtengo comisión de servicios en el puesto de trabajo de Jefe de Régimen Interno-Letrado del Servicio de Recaudación y Gestión Tributaria de Huelva (SGTH), Organismo Autónomo de la Diputación Provincial hasta el mes de noviembre de 2021, en que me reincorporo a mi plaza de letrado de la Diputación, para solicitar la jubilación anticipada de mi condición de funcionario, que obtengo, como ya he dicho, a primeros de enero de 2022.
He compaginado mi actividad como Letrado de la Diputación de Huelva con la de Profesor Asociado de la Universidad de Huelva, en el Departamento de Derecho del Trabajo, en la Facultad de Derecho, Escuela de Graduados Sociales, y Escuela de Trabajo Social, durante los años 1990 a 2000.
He sido vocal y Presidente de la Asociación de Letrados de Entidades Locales de Andalucía (ALELA) durante los años 2007 a 2010, y miembro de su Junta Directiva desde 2004 hasta la actualidad. Vocal por el Grupo de Expertos del Consejo Económico y Social de la Provincia de Huelva desde el año 2014 hasta la actualidad.
Consejero y Secretario del Consejo de Administración de Gestión Integral del Agua de Huelva (GIAHSA) desde su constitución en 1991 hasta la actualidad.
Ponente y participante en numeras coloquios, charlas y Jornadas Jurídicas: Diputación Provincial de Huelva. ALELA, GIAHSA, Instituto de Estudios de Administración Local, etc.
Autor de varias publicaciones entre las que caben citar el Manual de Concejales, en colaboración con otros amigos letrados de la Diputación Provincial, y las Ordenanzas-tipo de los distintos tributos locales previstos en la Ley reguladora de las Bases de Régimen Local y contemplados en la Ley reguladora de las Haciendas Locales.
Una vez hecha la presentación pasamos a las preguntas, manteniendo un rato de de lo más ameno e interesante, no en vano Jenaro es persona cordial, conversador, interesante... Aparte de tener un alto sentido de la amistad, optimista por naturaleza, servicial y muy buena persona.
P. - ¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?
R. - Como supongo que te refieres a la pandemia de la COVID-19, la situación tiene para mí tres caras o aspectos a destacar:
Por una parte, un inesperado y poco aún explicado virus ha venido a poner en estos dos últimos años en entredicho y patas arriba a nivel mundial los equilibrios políticos, sanitarios, económicos y territoriales, hasta ahora existentes, sin que ni ricos ni pobres, poderosos o débiles, ya sea al nivel personal, individual, o de estados y naciones, hayan podido escaparse del mismo, si bien los efectos de la pandemia se ha cebado más cruel y virulentamente con los pueblos y regiones más pobres y peor dotadas de recursos sanitarios y económicos. Pese a las oscuras y confusas opiniones de los negacionistas, resulta indiscutible que no han sido, ni son, ni serán, sino las vacunas, las que acabarán o, al menos, reducirán el dichoso virus a parámetros de enfermedad estacional controlable, siendo desgraciadamente asimismo un hecho incuestionable las numerosísimas víctimas mortales, que se cuentan por millones, y aún en crescendo por la injusta irregular disposición y distribución de las vacunas entre los distintos países y pueblos del mundo, entre las que la población de mayor edad ha sido y es la más numerosa, que en muchos de los casos ha tenido que abandonar su existencia terrenal, tristemente, en soledad, sin la presencia y compañía de sus seres queridos.
Por otra parte esta pandemia está poniendo a la vista y análisis consecuentes, lo mejor y lo peor del ser humano. Así de un lado, vemos cómo hay personas y colectivos que se están dejando la piel en sus trabajos ayudando a paliar en primera línea los efectos de la maldita enfermedad, entre los que caben destacar a los sanitarios y a las fuerzas y cuerpos de seguridad. Y de otro, sin embargo, estamos asistiendo al triste espectáculo de observar y comprobar cómo, en momentos en que la unidad política y de acción resulta imprescindible hay sin embargo partidos políticos que con mero y exclusivo afán partidista y electoralista y sin escrúpulo alguno su dedican a criticar, cuando no a entorpecer y obstaculizar las propuestas y decisiones de los otros en función de la cuota de poder que ostenten a nivel nacional o autonómico.
Y en tercer lugar, finalmente, pienso que esta pandemia nos está dando a todos la oportunidad de reflexionar sobre nuestros actuales modos de vida tanto a nivel individual como societario y la necesidad de modificarlos y cambiarlos. El confinamiento habido nos ha hecho acercarnos a la familia, a los amigos, a los compañeros de empresa, trabajo o profesión, a priorizar lo necesario sobre accesorio, a valorar la importancia de una sanidad pública bien estructurada y de calidad, a comprobar cómo la madre naturaleza, cuando se le da un respiro, nos protege, limpiando el aire y las aguas, y cómo nos castiga con cambios climáticos adversos cuando la maltratamos; en definitiva, nos está dando una lección de la que debemos y podemos aprender para mejorar nuestro efímero paso por este mundo.
P.- ¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia y sobe todo el mundo de la abogacía?
R. - Si te soy sincero y pese a las grandes enseñanzas que la humanidad podría sacar de esta pandemia, no soy muy optimista respecto de un cambio radical o profundo del modelo político socioeconómico y de consumo dominante en el planeta y casi me conformaría con una mayor concienciación de la importancia y potenciación de la sanidad pública, la investigación, la solidaridad internacional y las políticas medioambientales relativas a las emisiones de CO2 y uso de energías alternativas menos contaminantes. También me gustaría un mayor entendimiento individual y colectivo en que la solución a la mayor parte de los problemas reales que se nos presentan, como estamos comprobando, está en la ciencia, que hay que incentivar Y potenciar y no en los rezos ni en chamanes, ni en los santos, dicho con el mayor respecto a las creencias e ideas religiosas de cada persona.
En el mundo de la abogacía no veo cambios importantes a corto plazo, si bien las nuevas fórmulas de teletrabajo y videoconferencias, experimentadas con notable éxito durante esta pandemia, especialmente en el confinamiento, se irán abriendo paso e implantando con cada vez más fuerza en todos los sectores de actividad, entre ellos el del mundo jurídico tanto a nivel de los servicios de abogacía y asesoramiento jurídico, como del servicio público de la planta judicial.
También es posible una avalancha de normas jurídicas tanto estatales, comunitarias y de entidades y organismos supranacionales, QUE presten más atención a una mejor y más eficaz y eficiente regulación de la normativa sobre sanidad pública, protección del medio ambiente, seguridad, protección de datos, transparencia, etc.
P.- ¿Cómo valoras la labor de los políticos en general ante la pandemia?
R. - En primer lugar hay que reseñar el hecho de que esta pandemia ha cogido con el pie cambiado a toda la comunidad internacional, pues hacía ya mucho tiempo que no se daba una de semejantes proporciones, si bien es cierto que los avances científicos y médicos de nuestra era están permitiendo un cierto control y minimización de su expansión y efectos, que sin duda hubieran sido devastadores de no ser por la existencia de las vacunas y la rapidez con que se han elaborado las específicas para este virus tan contagioso como se ha mostrado, contagios a que sin duda han colaborado la globalización y consecuente mayor y más rápida movilidad territorialidad de las personas en el mundo.
Dicho lo anterior se ha puesto asimismo de manifiesto el distinto papel, actitud y posicionamiento de nuestros representantes políticos según el desempeño de tareas de gobierno o de oposición, habiendo estado en general más a la altura de las circunstancias, en mi opinión, los gobernantes que los opositores, que al menos en nuestro país, a diferencia de otros como Portugal por poner un ejemplo cercano, salvo alguna excepción, han aprovechado la ocasión para tratar de obtener rédito político criticando más que irracionalmente a los gobernantes las decisiones y normas adoptadas y propuestas en los ámbitos sanitario y económico para hacer frente a la pandemia, tratando de entorpecer su puesta en marcha con su voto negativo o abstención, e incluso responsabilizando al Gobierno directamente de las víctimas habidas por no haber actuado a tiempo o no haber adoptado las medidas oportunas; ello, cuando se ha visto simultáneamente como líderes o gobiernos europeos y norteamericanos de la misma cuerda o color político que la oposición de aquí han adoptado decisiones y medidas que sí que han sido claramente nocivas e irracionales, con un resultado de víctimas y porcentajes de incidencia netamente superiores a las de nuestro país.
Mi opinión personal es que la gestión de la pandemia por el Gobierno español, pese a la enorme complejidad y dificultad de la misma, ha sido buena en términos generales, a excepción de los momentos iniciales de la misma en los que la ausencia o escasez de medios materiales (Epis, mascarillas, etc.), debido al ya endémico déficit del sector industrial de nuestro país impidió o dificultó notablemente una mayor eficacia en la gestión de la misma, con un número de víctimas y afectados superior al que se hubiera producido en contrario. El confinamiento decretado y las negociaciones habidas con industrias y laboratorios internacionales vinieron a mejorar notablemente la situación, normalizándola a parámetros similares a los de los países de nuestro entorno. Asimismo decisiones político económicas, como la aprobación de los ERTEs, la implantación del salario mínimo vital, la suspensión de plazos de obligaciones fiscales, etc., se han manifestado como mecanismos solidarios y eficaces para el control de la situación económica y protección y apoyo de las empresas, trabajadores y personas más vulnerables, como lo prueban los datos de recuperación económica y laboral que se están produciendo y constatando en esta etapa de recta final de la pandemia en que nos encontramos.
P.- ¿Has pasado miedo en algún momento?
R, - Pues no sé si miedo pero desde luego preocupación, mucha. Después de muchos años seguidos de paz y relativo bienestar en nuestras vidas nadie esperaba este revés de dimensiones y efectos mundiales. Lo más triste para mí de todo ha sido ver cómo muchos de nuestros padres y abuelos, después de toda una vida de esfuerzo y de trabajo, han puesto fin a sus vidas solos y sin
la compañía de sus seres más queridos.
P.- ¿Qué proyectos tienes para el futuro y qué haces en la actualidad?
R. - Bueno, ten en cuenta que hace poco más de un mes que me he jubilado y estoy aún en fase de encaje emocional de mi nuevo estatus. Nueva situación que afronto con mucha ilusión y expectativas pues me va a permitir, si la salud me acompaña, hacer cosas nuevas y pendientes, y retomar viejas aficiones abandonadas por la falta de tiempo, del que ahora dispondré.
En el plano profesional quiero retomar a corto plazo el ejercicio libre de la abogacía y el asesoramiento jurídico, pues me siento aún con las suficientes ganas y fuerzas para poner al servicio de la sociedad la experiencia acumulada tras tantos años de ejercicio profesional.
En el plano más personal quiero incrementar mi afición a viajar y a la práctica del senderismo deportivo, así como a mi vieja pasión, muy abandonada, la guitarra flamenca. Ni que decir tiene que la lectura y el cine van a ser también parte importante de mi tiempo. Y por supuesto pasar todo el tiempo que pueda disfrutando de mis hijos, hermanos, amigos, y como buen jubilado que se precie, cómo no, de mi/s nietos cuando vengan!
P.- ¿Qué significó para ti y tu familia Nuevas Galerías y qué representó Nuevas Galerías para Huelva?
R. - ¡Pues qué te voy a decir, amigo José Luis, que tú no sepas o intuyas!
Nuevas Galerías forma parte mía y de mi familia, y yo y mi familia formamos parte de Nuevas Galerías. No se entienden la una sin la otra. Creada y fundada por mi padre y otros tres socios a primeros de los años sesenta con la apertura de la tienda de la Calle Concepción, 8, fue en 1971, cuando se construyó y abrió al público el edificio de las Plazas de las Monjas, creándose con ello la “nueva calle de Huelva”, como así rezó la publicidad de la época, pues dicho nuevo edificio comunicaba por el interior con el antiguo de la calle Concepción, con salidas y entradas comunes por la citada calle, la Plaza de las Monjas, y la C/ Méndez Núñez, en la que posteriormente se construyó y aperturó un nuevo edificio, frente al antiguo Simago, hoy Carrefour, cuando Nuevas Galerías pasó a ser conocida como Los Grandes Almacenes de Huelva, que junto con Almacenes Arcos fueron los dos grandes centros comerciales de Huelva de una época que se extendió hasta los años 90 en que la llegada de las grandes superficies como Continente y El Corte Inglés supusieron el declive de aquéllos, que no obstante supieron poner fin a su vida comercial y empresarial sin heridas económicas y laborales, gracias al gran patrimonio inmobiliario acumulado y enorme y eficaz buena gestión liquidadora realizada.
Nuevas Galerías lo fue todo para mí, estuvo presente en mi niñez, en mi adolescencia, en mi juventud, forma parte inseparable, decisiva e inolvidable de mi vida. Y de toda mi familia, de mis padres, abuelos, hermanos, cuñados, sobrinos…, la gran familia Fernández Fonseca que mis queridos padres crearon con tanto amor y dedicación! Nuevas Galerías nos alimentó, nos cobijó, nos vistió, financió nuestros estudios y carreras, nos sirvió de guía, norte y ejemplo, nos dio la oportunidad de conocer y compartir momentos inolvidables con personas maravillosas, Ortega, Fran, Pedro Serrano, Anita Noriega, Quintero, Domingo, Camacho, Manolo Bueno, Chiqui, Gómez, Isabelo y tantos y tantos otros… Y me vio crecer, hacerme hombre, casarme, y tener hijos.
En el plano social, Nuevas Galerías, junto con Arcos, llegó a Huelva y se desarrolló fundamentalmente en la transición, con la llegada de la democracia. Huelva tenía un sector industrial consolidado, lo que facilitó en esos años un tremendo crecimiento de la ciudad, produciéndose con ello la expansión del sector comercial onubense, con la aparición de nuevas tiendas, surgiendo los primeros almacenes en la provincia, del tipo Arcos y Nuevas Galerías, como ejemplos más significativos, y que situaron a Huelva en la modernidad ante un nuevo perfil de consumidor más urbanita.
Con Nuevas Galerías podría decirse por tanto que llegó a Huelva, en el sector comercial, la modernidad, el buen servicio y trato al público, la familiaridad, la comodidad, la buena gestión, y muchas cosas más. ¡Ah!, y sus famosas e inolvidables Rebajas de Enero... y los Reyes Mayos en la puerta de entrada por la Plaza de la Monjas recogiendo las cartas de los niños de la ciudad.
P.- ¿Qué crees que necesita Huelva para despegar de una vez?
R. - Esa es la pregunta del millón, porque aunque parezca fácil de contestar la realidad es muy tozuda y se encarga de llevarnos la contraria una y otra vez. Huelva es y será lo que los onubenses y sus representantes políticos queramos que sea. Yo no creo en lo de la apatía del onubense. Solo necesitamos un poco de más y mejor apoyo del sector político y financiero y saber aprovechar el enorme potencial de nuestra Provincia y las oportunidades que se nos presentan. Es obvio que para el despegue de los sectores más potentes que tenemos, el turismo, la minería y la industria agroalimentaria y ganadera, resulta esencial afrontar de ya de una vez las grandes infraestructuras pendientes: AVE, aeropuerto y desdoble de las carreteras hacia el norte a través de la Sierra o al menos conecten con la Ruta de la Plata vía La Granada de Rio Tinto y Santa Olalla. Asimismo, para el definitivo salto de calidad del Puerto de Huelva resultan imprescindibles esas infraestructuras.
P.- ¿Qué es para ti Huelva?
R. - La ciudad que me recibió en mi niñez, junto a mis padres y hermano Fernando, desde Madrid, ciudad de nacimiento de mi padre, mi hermano Fernando y mía (mi madre era choquera), a la edad de tres años, en donde crecí, estudié, trabajé, amé, me casé, tuve a mis hijos, y vivo en la actualidad y viviré hasta el final de mis días, que espero lejano. Donde tengo a mis amigos y tengo un hogar para mi refugio y el de mis hijos para cuando quieran o lo necesiten. Donde paseo por sus animadas calles, solo o acompañado, donde me tomo mis tapitas y cervecitas, asimismo solo o acompañado, donde están la mayor parte de mis vivencias y recuerdos. Donde huele a brisa marina. Donde disfruto de su cultura, de sus cantes, del Recre, y sobre todo, de sus gentes. Donde me encuentro a gusto. Donde siempre vuelvo. Y no sigo que me estoy poniendo cursi, jajajaja
P.- ¿Cuáles son para ti tus mejores y peores recuerdos profesionales?
R. - Buenos recuerdos, muchísimos; malos, poquísimos; y malos, malos, ninguno. Sabes? Yo siempre he vivido mi profesión con mucha pasión y con la libertad y tranquilidad que me ha dado ejercerla como funcionario de la Administración Pública, en mi caso, como sabes, en mi querida Diputación Provincial de Huelva, desde hace ya cuarenta para cuarenta y un años. Porque como quiera que la retribución mensual por mi trabajo ha sido siempre la misma, con independencia del mayor o menor número de informes realizados o pleitos llevados, o de la cuantía de los mismos, a todos y cada uno de ellos les he puesto el mismo empeño y trabajo por igual, con el tiempo que cada uno requiso, sin distinción por la importancia o trascendencia política, económica o mediática del asunto en cuestión. Como anécdota, en este sentido, te contaré que dos de las mayores satisfacciones que tuve en mi trabajo, una fue la llevanza, con la ayuda y colaboración de mi gran amigo y maestro D. Juan Manuel de la Torre, del que luego te hablaré, de un litigio en defensa de los intereses públicos del pequeño pero bellísimo pueblo de Aroche, relativo al reparto entre los huertos del “redor” de las aguas sobrantes de la fuente pública de la plaza Sánchez Dalp, en el que siendo o tendiendo a cero el valor o cuantía económica del pleito, el estudio del antiguo derecho de aguas, y sus connotaciones consuetudinarias, y resultado final del mismo, poniéndose fin y resolviéndose con justicia y equidad a una situación de claro abuso y caquicismo que de antaño se venía produciendo en la localidad; la otra, de la que te podrá dar fe tu amigo y cuasi paisano Yusta, mi eterno compañero de fatigas y alegrías, fue la satisfacción que me produjo la noticia de que el Ayuntamiento de Puerto Moral había acordado en su Pleno Municipal, con su alcalde Benito a la cabeza, en agradecimiento al buen fin de un pequeño asunto jurídico-urbanístico que le llevamos en el Servicio Jurídico de la Diputación, denominar “Callejón de los Letrados de la Diputación” a un nuevo vial del pueblo, lo que nos hinchó de orgullo y satisfacción, como diría nuestro huidizo emérito.
Ni que decir tiene, porque han sido asuntos públicos conocidos, que he llevado pleitos de gran cuantía económica e interés político, urbanístico, laboral y sindical, alguno de cifras millonarias en euros, pero como te digo, el mismo honor y satisfacción me ha dado resolver y ganar unos u otros asuntos, pues a todos les dediqué igual cariño y empeño.
Y como te he dicho pocos han sido, afortunadamente, los malos recuerdos profesionales habidos, más relacionados si acaso con la pérdida por el camino de amigos y compañeros que de asuntos litigiosos, respecto de lo que siempre me ha quedado, cuando se han perdido, la conciencia muy tranquila por haberles puesto de mi parte todo mi empeño y dedicación.
P.- ¿Los políticos por regla general os discuten vuestros asesoramientos legales?
R. - No sé si habré sido un afortunado en ese aspecto, pero te diré que salvo en una única ocasión (aún incomprensible para mí) jamás de los jamases, y han sido cientos o miles los asuntos llevados, ningún político me ha discutido el contenido de un informe o criticado una actuación judicial, hubiere sido o no de su gusto o parecer. Los políticos hacen su trabajo y nosotros, los letrados, el nuestro. Yo al menos, he tenido la fortuna de trabajar con buenos políticos, de todos los colores, con los que, valoraciones y apreciaciones personales aparte, me he llevado siempre muy bien en el terreno profesional, sin problema alguno.
P.- ¿Cómo fue tu niñez y qué soñabas con ser de mayor?
R. - Pues tengo muy buen recuerdo de mi niñez, transcurrida muy plácida y felizmente en el seno de una familia maravillosa, en el marco territorial de tres magníficas ciudades, Huelva, donde viví, Punta Umbría, donde pasé muchos veranos en vacaciones, y Madrid, la tierra de mi padre, abuela materna, tíos y primos paternos, a la que siempre íbamos al menos una o dos veces al año, también de vacaciones, en verano quince días al taurino pueblo de Colmenar Viejo, “a ver a los primos de
Madrid”.
Mis sueños infantiles de futuro no contemplaban ni de lejos cosas tan ajenas a esa edad como el Derecho o la política, ni tampoco el mundo comercial o empresarial pese a haber crecido en ese ambiente y jugado correteando con mi hermano mayor entre los rollos de tela y los metros de madera de la trastienda de la tienda El Barato de mi abuelo Fernando Fonseca, en La Placeta, y ayudado durante años la noche víspera de Reyes en la preparación de las Rebajas de enero de Nuevas Galerías, que empezaban a primera hora del día posterior al de Reyes, el 7 de enero.
Mis sueños entonces eran muy comunes a los de la mayoría de los niños de la época, ser futbolista de Primera División, o dedicarme a la música, afición esta última que apareció bien pronto aprendiendo a tocar la guitarra y hacer mis pinitos cantores en el coro del Colegio y en alguna que otra actuación, incluso en el Gran Teatro. El tiempo y la vida, como siempre, se encargaron de desvanecer esas ilusiones. La del fútbol, por mi evidente falta de talento deportivo pese a la enorme afición, y la de la música, por la rápida y total trasformación de mi bonita cantarina voz infantil enuna bastante distinta a la par que bastante menos armoniosa con la aparición de los primeros barrillos y gallos de la adolescencia. No obstante la guitarra siguió siendo siempre una de mis pasiones, que como te dije a comienzo de la entrevista pienso retomar ahora en mi jubilación.
Lo del Derecho vino muy después, y si te soy sincero, lo estudié sin gran pasión, por descarte de otras disciplinas de ciencias que, aunque me gustaban, no se me daban muy bien. Y no fue sino poco a poco y sobre todo con el inicio del ejercicio de la profesión cuando me fui enamorando de la misma, del valor del Derecho y de la gran satisfacción que me daba y me da la resolución de los conflictos humanos a su través. Puede decirse por tanto, que me la jugué y acerté. De lleno y plenamente.
P.- ¿Cuáles son tus aficiones preferidas y a qué dedicas tu tiempo libre?
R. - Menos mal que no has terminado la pregunta como lo hacía José Luis Perales en su canción!, jajajaja.
Broma aparte, alguna respuesta te he dado ya al respecto a lo largo de esta entrevista. Mis aficiones preferidas son la música, la lectura, viajar y la práctica del senderismo deportivo, así como de un tiempo para acá cultivar las viejas y nuevas amistades, que para mi fortuna las tengo muchas y buenas. Como ya te he dicho quiero retomar, con cierta intensidad, mis estudios y prácticas de guitarra flamenca. También quiero aprender a cocinar, que ha sido desde siempre una de esas tareas pendientes que, mitad pereza mitad falta de tiempo, vas dejando y vas dejando. Y por supuesto, como creo que te he dicho también, a dedicar todo el tiempo que pueda y ayuda a mis hijos y familia actual y futura próxima ya en ciernes.
P.- ¿Quiénes han sido o son tus referentes profesionales y personales?
R.- De las muchas personas que a lo largo de la vida profesional te vas encontrando en el camino todos tenemos o nos acordamos de algunas que queriendo o sin querer han influido en nosotros de una manera más o menos determinante o cuanto menos importante. En mi caso recuerdo mucho a una gran persona, Don Juan Moreno Cordero, que era el abogado de la empresa familiar, cuya sola presencia me fascinaba y su conversación me divertía y fascinaba. Esa voz grave y templada, esos bigotes grandes en punta hacia arriba, y esos consejos que me daba y anécdotas que con un sentido del humor inigualable me contaba, me cautivaban, a la vez que me impregnaban la idea y sentimiento del tipo de abogado que yo quería llegar a ser. Nunca olvidaré una tarde que mi padre, recién habiéndome yo colegiado como abogado, me mandó a verlo a su despacho, situado en el bajo de su casa, para que le diera un simple recado, y estando él con cuatro clientes en el mismo, nada más que me vio aparecer por la puesta, con esa voz grave suya, curiosamente dulce y satánica a la vez, literalmente dijo: “Señores, ha llegado un compañero, cuyo despacho preferente es sagrado, así que a la puta calle a tomar un cafelito y volved dentro de un ratito”. De él, aparte de talante y bonhomía, aprendí que en los estrados judiciales al abogado contrario siempre había que guardarle el respeto debido como compañero, pues su trabajo, por supuesto dentro de la conducta formal mínimamente exigible era el mismo que el tuyo, la defensa del interés de su cliente. Pelea y debate jurídico con el adversario, que no rival, con la intensidad necesaria en el momento, pero terminado el litigio o la vista, en la calle, el trato de compañero más cordial y exquisito posible. Gran tipo Don Juan Moreno, decano del Colegio de Abogados de Huelva durante tantos años, y mi padrino colegial. Tendría más cien anécdotas para contar del él, que excederían sin duda el tiempo y objeto de esta entrevista.
La otra persona que fue un importante referente profesional para mí fue D. Juan Manuel de la Torre Jiménez, Oficial Mayor Primero y luego Vicesecretario General de la Diputación de Huelva, a quien me he referido ya con anterioridad, y de cuya mano se creó y organizó el Servicio Jurídico de la Institución Provincial, en el que tuve el honor de ser integrado desde su origen allá por el año 1986 tras haber aprobado y superado la oposición de Letrado. De él aprendí no solo el Derecho Administrativo General y Local, sino también a ser abogado de la Administración Pública y en particular de la Local, y a defender con verdadero vocación y pasión los intereses del Organismo Provincial y de todos y cada uno de los Ayuntamientos de la Provincia que interesaban nuestro asesoramiento jurídico y/o su representación procesal y defensa en juicio, porque al fin y a la postre
estábamos defendiendo el interés público y general, objetivo y deseo que desde siempre ha formado parte de mi ADN intelectual y emocional. Pero no solo me enseñó lo antedicho, por lo que le estaré siempre agradecido y en deuda allá sea el lugar del cosmos donde habite, que espero que sea bello y placentero por sus muchos merecimientos ganados en vida, sino también a ser cortés, duro y generoso en el esfuerzo y la batalla, constante, respetuoso, comprometido, amigo, … y tantas y tantas cosas. Mi padre profesional, que ocupa un lugar muy importante y especial en mi memoria y corazón.
Y en cuanto a mis referentes personales, no ha lugar a la duda: mis padres. Mi padre, del que tuve la pena de despedirme hace año y medio, pero la gran suerte y fortuna de haberlo amado y disfrutado desde mi nacimiento hasta sus 93 años, en que nos dejó. Tú le conociste José Luis, como persona y empresario, y supiste de su buen talante y su amor por su profesión de empresario y comerciante, por su Nuevas Galerías, por Huelva y por su gente; y lo más importante para mí, por su familia, por mi madre, Pepita, la choquera que por amor lo trajo a esta bendita tierra, por sus suegros Fernando Fonseca, el de El Barato (al que adoraba y sentía como un padre) y su adorable esposa Emilia, por sus cinco hijos, de los que soy el segundo y tengo la suerte de llevar su mismo nombre, por todos sus nietos, por sus hermanos madrileños y sus sobrinos, y por sus muchos y
buenos amigos. Mi absoluto referente de vida, por su amor y por su ejemplo. Y por supuesto mi madre, Pepita, a la que la vida nos arrebató demasiado pronto, el sostén de la unión de la familia, la que nos parió, crio, amó, educó y enseñó a ser buenas personas por encima de todo. Si tuviera que definirla y recordarla con una sola frase sería la de “una bellísima persona”. Digo más, la mejor.
Jenaro, decirte que me lo he pasado genial con esta entrevista, ni que decir que a tu padre le he tenido siempre un cariño muy especial, pues si como empresario era un auténtico crack, como persona lo era mucho más.
Me alegra verte feliz, optimista y con ganas de ser abuelo, que es de lo mejor que te va a pasar.
Un abrazote grande y disfruta de tu jubilación.