José Pérez Fajardo, el doble de Manolo Escobar que triunfó en el programa "Aplauso" de TVE
Nuestro protagonista de hoy, cuando lo vi por vez primera, que me lo presentó Pascual García Prat, en aquellas fechas jefe de relaciones externas del centro comercial, me dejó sorprendido por su gran parecido a Manolo Escobar,
Por esas fechas, se celebraba en la Plaza del Titán el Certamen de Coros Rocieros, que durante sus 9 años de vida tuve el honor de presentarlos. Desde entonces, mantenemos una buena amistad y es ahora, después de más de 30 años, cuando le he pedido hacerle una entrevista para que nuestros lectores conozcan un poco más a este olontense, que su gran parecido con el artista almeriense le hizo triunfar durante unos años por el mundo de la farándula.
Me acerco a su casa y no para de enseñarme fotos, cartelería y recortes de prensa de la época y va contándome anécdotas de todo tipo.
Fajardo, que es de lo más polifacético como irán viendo a lo largo de esta entrevista, empieza contándonos que nace en Gibraleón, el 17 de febrero de 1946, localidad natal de su padre. De madre sevillana, no llega a vivir allí mucho tiempo en su Gibraleón natal, pues a los 6 meses de nacer fallece su padre a los 26 años y la familia se traslada a la capital hispalense.
Lo veo muy ilusionado recordando anécdotas y contándome sus vivencias y, como no podía ser de otra manera, empiezo a preguntarle cosas que ya conocía y otras que ni me imaginaba.
P. - ¿Cuándo se dan cuenta de tu gran parecido a Manolo Escobar?
R. - Cuando me fui a trabajar a El Corte Inglés en Barcelona, date cuenta que Manolo, en tierras catalanas, era muy querido y tenía muchos seguidores, sobretodo andaluces, aunque él era un ídolo en toda España.
Un día me acerqué a verlo en una actuación cerca de la Ciudad Condal y uno de los hermanos, cuando me vio entre el público, se acercó y me dijo que lo acompañara a los camerinos que me iba a presentar a su hermano Manolo, "que también puede ser el tuyo". Ahí fue cuando conocí y coincidí por vez primera con el artista.
Posteriormente me trasladaron a Sevilla y lo mismo, cuando iba por la calle se quedaban mirándome muchas personas, incluso había quien me paraba para decirme si yo era el artista.
Uno de los jefes que yo tuve en este nuevo destino me propuso que fuera al programa de Televisión Española "Aplauso", de José María Iñigo, donde había un espacio que presentaba José Luis Fradeja en que promocionan a los dobles de los artistas más relevantes del panorama musical en España. Yo le dije que no iba, pero como éramos amigos un día que fue a mi casa cogió sin que yo me diera cuenta una foto mía y la mandó al programa.
A los pocos días me llaman de Televisión Española, que entonces estaba en Prado del Rey, para decirme que me presentará allí, que me habían seleccionado. Le comenté que tenía una herida el la cabeza y que estaba pelado a "rape", una excusa, pues no quería ir. Pero al cabo de un mes me seguían llamando continuamente para que fuera y, ante la insistencia, accedí. Cuando llegué todo el mundo se quedó sorprendido por mi gran parecido con el gran ídolo de multitudes. Todo aquello era nuevo para mí. Periodistas que me seguían, público que me paraba por la calle... Otro mundo para mí.
P. - ¿Cuáles eran las canciones que tú interpretabas fundamentalmente?
R. - Mira José Luis, lo que puedo decir es que nunca llevaba en mi repertorio el "poronpompero" y que la que más me gustaba "cantar" era "Viva el vino y las mujeres". Concluía con "Viva España", canción que coreaban todo el público de las salas y teatros donde actuaba.
P. - ¿Cuándo empezaste con esta aventura?
R. - En la segunda edición del concurso televisivo, en 1979, cuando inicié a actuar ganando esa edición, por lo que me dieron 100.000 pesetas de la época, que era un buen dinerito.
Estuve en este mundillo 12 años, hasta que me trasladaron a Jerez de la Frontera en El Corte Inglés. En TVE actúe siete veces, dos de ellas concursando y ganando y cinco más como artista invitado. Allí, en Prado del Rey, me ofrecieron una buena amistad y me mostraban mucho cariño, me trataban de maravilla. El éxito del espacio dedicado a los doble de los artistas fue impresionante y a la prensa la tenía conmigo.
P. - ¿Qué te dijo Manolo Escobar que no se te hayas olvidado?
R. - Muchas cosas. Una de ellas me dijo: "Pepe, sigue con esto, que no veas la publicidad que me haces". Vamos, que a él le gustaba que lo imitara.
P. - ¿Conociste a su familia?
R. - A los hermanos que le acompañaban con sus guitarras sí. En una ocasión que yo actuaba en un teatro de Sevilla y él en Utrera, cuando acabé mi actuación cogí el coche y me fui a verlo. Allí me presentó a su hija Vanesa, que se quedó muy sorprendida por mi gran parecido con su padre.
P. - ¿Qué te decía la gente por la calle?
R. - Me decían de todo, pero había mucha coincidencia en una pregunta: "si era tan bueno como Manolo Escobar". Hay que recordar que en esos años el almeriense era un ídolo en toda España, posiblemente el más solicitado y el que más actuaciones tenía en nuestro país.
P. - ¿Quién decidía los "dobles de los artistas" que formaban los carteles para las actuaciones fuera de televisión?
R. - La selección la hacía José Luis Urubarri, que era un presentador de TVE (el que más veces retransmió los festivales de Eurovisión), y elegía a los mejores del programa. Se encargó de buscar un representante de Madrid, que nos consiguió un montonazo de contratos por toda España, especialmente por los alrededores de Madrid, Galicia, Andalucía, Cataluña...
P. - ¿Eran rentable para ti las actuaciones?
R. - No dejaban mucho dinero, pero para el tiempo que era no estaba mal. Me daban 10.000 pesetas por gala, pero me pagaban también desplazamientos, comidas, hoteles... Vamos que 2.000 "duros" iban para casa.
P. - ¿Cómo te la apañabas para compatibilizar las actuaciones con tu trabajo en el centro comercial?
R. - En principio empezaba a coger días libres y los fines de semana, pero después de una actuación con otros "dobles" en Melilla un sábado, con un rotundo éxito, quisieron ampliar el contrato al domingo. Yo dije que no podía, pues el lunes tenía que trabajar, y pasar el estrecho eran 8 horas hasta Málaga para coger el coche a Sevilla, y con los posibles retrasos era complicado. La gala no se pudo realizar, pues el mayor atractivo era el de "Manolo Escobar" y los empresarios si no actuaba yo prefirieron no programar el espectáculo.
Esa "no actuación" fue el detonante para que, a partir de ese día, mi empresa me diera permiso para todas las actuaciones que me salieran. Isidro Álvarez, dueño de El Corte Inglés en ese tiempo, y José Luís Uribarri fueron los "culpables".
P. - ¿Qué significó para ti el Corte Inglés?
R. - Lo mejor que me pudo pasar en mi vida, estuve allí desde 1972 hasta el 2005. Fui por toda España en las inauguraciones de centros, gustándome lo que hacía, no me pesaba el trabajo, hasta que se abrió el de Huelva y aquí me quedé para siempre. Aparte, antes de entrar en esta gran empresa estuve como vendedor de libros, seguros, terrenos, coches... incluso monté en Barcelona una agencia de trabajo, aunque no me duró mucho pues veía que no podía ofrecerles a los andaluces emigrantes a Cataluña lo que ellos necesitaban, por lo que a los 15 días se acabó el proyecto.
P. - ¿Qué recuerdos guardas de tu niñez y qué querías ser de mayor?
R. - Quería ser torero, además llegué a novillero con el nombre de "Joselete" , y cuando iba a debutar con caballos la cabeza me decía que no, y lo dejé, pues cada vez que salía de casa mi madre no paraba de llorar.
Mis ídolos del momento eran Paco Camino, con el que echaba ratos de charla, y Dámaso González, con el que hice muy buena amistad.
P. - ¿Quiénes son tus referentes personales y profesionales?
R. - Personales, mi mujer, mi madre y, muy especialmente, Antonio Gálvez Bernal, al que conocí cuando tenía 7 años y fue muy especial para mí pues, como te he dicho antes, me quedé sin la referencia paterna al poco tiempo de nacer y este hombre me trató y cuidó como un verdadero padre.
En el aspecto profesional, mis compañeros de trabajo que tanto me enseñaron, lo mismo que yo a ellos.
P. - Aparte de imitar a Manolo Escobar y querer ser torero, ¿qué otra afición has tenido?
R. - El fútbol ha sido otra de mis pasiones. A mi me quiso fichar el Betis para los escalafones inferiores, pero le dije que no, pues soy sevillista y allí llegué a jugar hasta en el Sevilla At. con 18 años, pero tuve que dejarlo, pues el mundo del toro me tiraba más. Yo iba a entrenar y a los partidos con los trastos de torear y cuando acababa me iba en autobús o haciendo autostop a los tentaderos y eso no podía ser, pues me podía dar un porrazo un astado y no poder jugar.
P. - ¿Con quién te gustaría tener una cena?
R. - Si fuera posible con Manolo Escobar, aunque he estado con él muchas veces.
P. - ¿La música que oyes también es de Manolo Escobar?
R. - Por supuesto que sí, aunque también escucho otras. Y me gustan sus películas igualmente.
P. - ¿Te arrepientes de algo?
R. - A estas alturas de mi vida, no me arrepiento de nada.
Señor Fajardo, amigo Pepe, ha sido toda una gozada este ratito que hemos echado de charla. Cuídate y que estos momentos, ya sin micrófono por medio, sigamos teniéndolos. Un abrazote grande