Antonio Maestre García: "Me considero un coleccionista de coches clásicos lowcost"

Nuestro protagonista de hoy es un enamorado de los vehículo antiguos que consigue restauran con esfuerzo y tesón aun cuando denuncia que existen mil trabas y burocracia para legalizar aquellos coches rescatados del desguace.

Se acerca hoy por esta ventana pública Antonio Maestre García, quien me dice con todo el arte del mundo que no podría llamarse de otra forma y que su  nombre no es capricho ya que sus dos abuelos compartían el mismo, y sus  padres… Antonio y Antonia. Nació el 28 de diciembre, día de los inocentes de 1973, junto con su hermana melliza Eva, con la que tiene especial conexión.

Año y medio después se unió a la familia el tercer de sus hermanos, Javi, con el que comparte algunas de sus aficiones.

Sus padres también compartían profesión y montaron juntos un taller de reparación de televisores, siendo su madre una de las pocas mujeres dentro de un gremio mayoritariamente masculino. El taller no daba mucho dinero, con lo que su padre tenía además un empleo como vigilante jurado.

Antonio que como van a comprobar es de lo más polifacético, continúa el relato de su vida de tal manera:

"A pesar de pertenecer a una familia humilde, estudiamos desde infantil en el Colegio Montessori, que por aquel entonces era privado. Al terminar la EGB, mi madre se empeñó en que hiciera bachillerato, pero yo tenía clara mi vocación y terminé por convencerla para que me dejará optar por Formación Profesional con la especialidad en Electrónica. Los dos primeros cursos los realicé en “El Politécnico” , como era antes conocido el IES Pintor Pedro Gómez, y los otros tres años en el IES Vicente Rodríguez Casado, en el campus de La Rábida"

"Mi carrera universitaria soñada era la de arquitectura, pero tuve que renunciar a ella por la situación económica de mi familia. Acabé matriculándome en Ingeniería Industrial, pero al poco de comenzar el curso empecé a trabajar para una empresa de montaje de instalaciones de sonido e iluminación para espectáculos, en plena celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento de América. En resumen, el curso un desastre.

Decidí cambiar de carrera y entrar en el mundo de la Ingeniería Minera, en la especialidad de combustibles y explosivos. El primer cambio fue pasar de una clase multitudinaria , a la que tenía que llegar 20 minutos antes para poder sentarme, a una de apenas

15 alumnos que, incluso, teníamos clases en el despacho de unos de los profesores.

La carrera me enamoró desde el primer momento y la compaginaba con el trabajo en el taller de mis padres. Mi especialidad eran los equipos de sonido y el montaje de autorradios y alarmas en coches. De los televisores se ocupaba mi madre y los vídeos estaban reservados al patriarca"

"En el cuarto curso de carrera, dedicado a la realización del proyecto de final de carrera, decidí realizar otra de las especialidades, Explotaciones Mineras y Laboreo. Al año siguiente tocaba realizar un nuevo proyecto para mi segunda especialidad y decidí que era buena idea compaginarlo con algo más, así que decidí hacer el servicio militar, con 25 años y cuando ya estaba en proceso de extinción. Solicité telecomunicaciones, pero acabé siendo rifado entre mandos que no veían pasar muchos soldados con carrera universitaria, así que terminé en una oficina encardo de tres ordenadores desde donde se controlaban los mantenimientos de los vehículos blindados y semiblindados, tanques para ser más claro.

Las tardes en Cerro Muriano (Córdoba) eran muy largas y aburridas, así que las llené con cursos de fotografía, informática… hasta que un teniente me ofreció impartir clases de electricidad para preparar a los chavales para el acceso a formación profesional. La

contraprestación era librarte de las tediosas guardias y 20 días más de permiso, no lo dudé.

La verdad es que fue una experiencia muy positiva y reconfortante. Nunca imaginé que me llenara tanto poder enseñar.

A un mes de terminar mi obligación con el ejército recibí la llamada de mi tía Esperanza, profesora en el colegio en el que crecí. El profesor que impartía la asignatura de Tecnología en

secundaria, nueva para mi, había conseguido plaza en la educación pública y dejado vacante el puesto. Ese fin de semana me dio algunos libros para ver de que trataba la asignatura y me animó a entrevistarme con Doña Cinta, la directora y fundadora del Colegio Montessori.

Recuerdo perfectamente el día que volví al Colegio después de tantos años. Doña Cinta me recibió con su elegante cortesía y me invitó a sentarme en la misma silla (que por cierto tengo en mi casa, después de salvarla de acabar en la basura en una de las reformas) que había terminado, alguna que otra vez, cuando era niño y me había metido en alguna pelea típica de niños. Siempre tuvo una habilidad especial para tratar con niños y ganarse su cariño.

Tras explicarme en que consistía el trabajo, las clases, los horarios… , todo nuevo para mi y con otro sistema educativo diferente, me preguntó si estaba interesado , a lo que le respondí que por supuesto. “Pues a las 12h tienes tu primera clase” fue su respuesta. Así es cómo empezó mi andadura por el mundo educativo en el que llevo ya inmerso casi 24 años".

Después de esta interesante y detallada  explicación sobre la vida de Antonio, para que los lectores de diariodehuelva.es conozcan al protagonista de hoy, empezamos con la batería de preguntas.

¿Qué opinión tienes de la situación que estamos viviendo?

La verdad es que parece una película futurista. Quién podría imaginar que acabaríamos aislados en casa, con mascarilla por las calles y mirando con recelo a todo aquel que se acerque a menos de un metro y medio.

Desde el punto de vista de mi profesión creo que ha afectado mucho a los niños. Por lo general son los supervivientes por naturaleza, se adaptan a todo, pero a los que les cuesta relacionarse les ha llevado a aislarse aún más. Es muy difícil la comunicación manteniendo distancias y sin mirarnos plenamente a la cara.

Para la época de navidades siempre se encargan fotos de grupo de cada una de las clases, para que tengan un recuerdo con sus compañeros. Al mirar la foto de uno de los grupos colgada en el panel de clase, sin mascarilla, me di cuenta que no era capaz de reconocer a muchos de mis alumnos, a los que llevaba meses viendo a diario… eso es realmente triste.

¿Cómo crees que cambiará la vida después de la pandemia, sobre todo en Huelva?

Pues espero que todo vuelva a ser normal, que podamos disfrutar de una tapa al sol, con una cerveza bien fría o un buen vino sin tener que estar pendiente de distancias o mascarilla, que podamos realizar los trámites que necesitemos sin necesidad de rayas en el suelo o citas previas para todo, aunque creo que algunas de las restricciones han venido para quedarse, y no siempre hay detrás una medida de seguridad sino un interés económico.

¿Has pasado miedo en algún momento?

Miedo personal no, miedo por las personas que quiero sí. Miedo a perder a algunos de mis seres queridos como han tenido que sufrir cientos o miles de onubenses. Son realmente triste las pérdidas de algunas familias que no han podido ni despedirse de una madre, de un padre, de un hijo que agoniza hasta morir con el único consuelo de un sanitario valiente vestido de astronauta.

¿Qué significa para ti el mundo de los coches clásicos? 

Son mi mayor pasión. Mi primer coche fue un Mini 850 de 1975. Pertenecía a un amigo de mi padre y llevaba parado, al menos, 6 años junto al desaparecido Cine Fantasio. Tenía entonces 17 años y ya sabía arreglar casi de todo, así que junto a mi padre los fuimos arreglando poco a poco en un taller de camiones que había cerrado. Para cuando lo terminamos ya tenía carné de conducir y un Seat 127 que una vecina regaló a mi madre con 300.000 Km. Mi afición fue creciendo poco a poco, pero siempre ha estado limitada por la falta de recursos económicos y la falta de espacio.

Me enamoré de un Seat 1400 que se encontraba semiabandonado en un polígono industrial. Me llevó algún tiempo encontrar a los dueños, pero me llevó aún mas convencerlos de que me lo vendieran por 10.000 pesetas de la época, después de varias cartas lacrimógenas y visitas continuas a la carpintería metálica en la que trabajaban. Siempre estuve luchando contra la falta de apoyo de mi entorno, trataba de hacer ver como joyas lo que el resto veía como chatarra, hasta que conocí a Mimi, mi mujer. Ha sido la primera que me ha dado apoyo incondicional a una afición difícil de entender. Y me lo demostró

siendo la primera en regalarme un vehículo clásico, un Mercedes 300SE, proyecto abandonado de mi vecino.

Hoy en día mi colección llega a los 26 coches y 8 motos…

¿Es fácil mantener una afición así?

Para nada, es fácil si tienes dinero. Por desgracia nuestro país no pone las cosas fáciles a aquellos que nos preocupamos del patrimonio automovilístico. Existen mil trabas y burocracia para legalizar vehículos rescatados del desguace, seguros, ITV exigente, impuestos… En especial en Aljaraque, donde resido, no hay ningún tipo de facilidades para mantener un vehículo con ciertos años, no tiene ningún tipo de exención de impuestos, a menos que lo conviertas en histórico, con el correspondiente desembolso económico… como decía, fácil si tienes dinero.

Aún así siempre me las he arreglado para luchar por perseguir mi sueño, arreglando los coches en plena calle y dedicando horas a arreglar piezas que otros sustituirían sin más.A la compra de un coche precede horas de búsqueda por internet , regateo constante con el vendedor y meses en poder encontrar un transporte con el que poder traérmelo de la forma más económica. , jeje.

¿Existe afición por los clásicos en Huelva?

Depende. Existen muchos con algún que otro vehículo clásico, pero pocos con recursos como para tener una colección. Creo que si nos pusieran todo un poco más fácil la afición sería aún mayor. Lo primero, darnos visibilidad y facilidades para poder mantenerlos, al fin y al cabo son parte importante de nuestra historia, y muchos se han perdido por culpa de las campañas de renovación del parque móvil promovida por varios gobiernos, que sólo buscan incrementar la venta de automóviles nuevos, en la mayor parte de los casos.

¿Qué proyectos tienes para el futuro y que haces ahora? 

Ufff, no me da la vida para los proyectos que tengo. De esa colección de clásicos tengo muchos por restaurar. Actualmente tengo un Gaz 21 Volga a medio arreglar, un Trabant que necesita un repaso, Fiat 126 a falta de montar el motor, un Citroën Rosalie y un Datsun 101A que se encuentran a la espera de poder traérmelos, un Dodge Dart

fúnebre a falta de encontrar piezas y poner en marcha… podría completar 10 páginas enumerando mis proyectos abiertos.

Y todo compaginándolo con mis grupos de Facebook donde intento reunir a los amantes del óxido (Clásicos Fúnebres ya cuenta con más de 5000 miembros) y mi canal de Youtube, "Algomasqueluz", donde entretener a quienes tienen curiosidad por este mundo.

Para el futuro me encantaría poder vivir de los clásicos, de mi sueño. Tener más espacio y tiempo que dedicar a esas joyas que han sobrevivido al tiempo.

¿También eres un amante del vino, de donde te viene esa afición? 

Otro de mis proyectos. La afición ha venido de la mano de mi mujer y , posteriormente de mi suegro. Llevaba la representación de dos pequeñas bodegas familiares, pero al jubilarse, me propuso a mi representarlas en Huelva. Se trata de dos bodegas de pequeña producción y de gran calidad. Linaje Garsea con D.O Ribera del Duero y Hacienda Grimón con D.O Rioja. Son vinos sorprendentes, me encantaron en el momento que los probé, desde el Ribera Roble de 6-9 meses en barrica, la suavidad del Blanco Viura a el cuerpo del Rioja Crianza de triple uva, pasando por vinos de gran reserva, de desvelo o algunos tan sorprendentes como es “Como lo haría mi abuelo”, de elaboración tradicional y con cinco variedades diferentes de uva, incluida la blanca de viura.

He tenido oportunidad de presentarlo en algunos de los restaurantes de nuestra ciudad y la verdad es que están teniendo una acogida sorprendente. Ha sido emocionante recibir llamadas de establecimientos que querían probarlo sin que ni siquiera se los hubiera presentado. Ya está en boca de todos y en muy poco tiempo. Y todo entre el tiempo que me dejan mis proyectos y mis clases de Tecnología.

Es un mundo apasionante.

¿Cómo son los vinos de Huelva?

Nuestra provincia tiene unos vinos excelentes. Tenemos, incluso, nuestra propia variedad de uva, la Zalamea, que lleva generaciones siendo la responsable de unos blancos espectaculares y muy conocidos por todos. Tenemos un vino de naranja único y muy especial y con su propia denominación de origen y que sorprende a entendidos e ignorantes en la materia.

Los Vinos del Condado de Huelva han sido colocados por expertos a la altura de regiones como Oporto, Madeira o incluso Jerez.

Tenemos la suerte de contar con una climatología especial y única, que nos permite trabajar con muchos tipos de uvas, además de la autóctona. Palomino Fino, Listán del Condado, Moscatel de Alejandría o Pedro Ximénez llevan años siendo la base de muchos de nuestros blancos, pero en la actualidad se prueban variedades como Suavignon Blanc , Colombar o Chardonnay que están teniendo sorprendentes resultados.

Nuestros tintos tampoco se quedan atrás. Aunque de menor peso respecto a los blancos, están teniendo un ascenso espectacular, aumentando su producción cada año con la creación de nuevas bodegas que trabajan con uvas como Tempranillo, Merlot, Syrah, Cabernet Franc o Cabernet Suavignon.

¿Qué crees le falta a Huelva para progresar más? 

Pues nos falta creérnoslo. Simplemente. Tendemos a menospreciar los productos de nuestra provincia, sin valorar la gran calidad que tienen nuestros vinos, algo que no ocurre a nivel internacional.

Muchos de ellos son más vendidos fuera de nuestra provincia, incluso fuera de nuestro país, que dentro de ella. Es más, vinos reconocidos y valorados internacionalmente son auténticos desconocidos para muchos de nosotros.

¿Cómo fue tu niñez y que soñabas ser de mayor? 

La verdad es que he sido un niño feliz. He crecido jugando a la pelota en plena calle y explorando el solar que había en la parte trasera del edificio donde mis padres tenías el taller de reparación de televisores. Nos lo pasábamos realmente bien, mis hermanos y yo, desenterrando tesoros de entre las ruinas de los edificios que hacían cábalas por mantenerse en pie. Claro está, mi madre no opinaba lo mismo de nuestros “tesoros” y, la mayor parte de las veces, terminaban en la basura.

He de reconocer que he hecho alguna que otra trastada, petardos, globos de agua , tirachinas hechos con pinzas de la ropa, aviones de papel en llamas… , cuando no estaba en el taller desmontando algún televisor o creando mis inventos para cazar salamanquesas, jejeje.

Siempre he sido bastante inquieto, pero sabíamos divertirnos sin necesidad de una pantalla.

¿Quiénes son tus referentes en esta vida a nivel personal y profesional?

Mi referente en la vida siempre ha sido y es mi padre. Él me enseñó casi todo lo que sé hoy en día, y lo que no, lo he aprendido gracias a él. En mi casa no había nada imposible de arreglar, nunca se recurría a un profesional para reparar un grifo, arreglar un enchufe o montar una cocina. Lo que no sabíamos hacer lo aprendíamos a base de errores, y sin la existencia de los tutoriales de youtube.

De él aprendí a no depender de nadie, a no rendirme y a luchar siempre por perseguir un sueño. Siempre había solución para todo.

Recuerdo mi primera moto, una Mobilette Campera de 49cc que me regalaron por reyes cuando apenas tenía 13 años. Esa moto llegó a mi casa en bolsas de plástico, totalmente desmontada y para desguace. Junto a mi hermano, la arreglaron a tiempo para hacer que tuviera el mejor regalo de reyes que jamás he recibido. “Susi” (Tengo la manía de poner nombre a mis motos y coches) aún sigue conmigo, como no podría ser de otra forma.

Por desgracia hace años que nos dejó, pero no hay un solo día que no lo recuerde y aún me cuesta no poder recurrir a él cuando tengo alguna duda o un problema que resolver.

Intento inculcar esos valores a mis hijos , Antón y Carlos, y ojalá lo valoren algún día. Querían con locura a su abuelo.

Después de todo lo que me estás contando no sé si preguntarte a qué dedicas tu tiempo libre. 

Jajaja. Lo cierto es que no tengo mucho tiempo libre. Entre las clases, la casa, el vino… pero el tiempo libre que consigo lo intento repartir entre mis hijos, mi mujer y mis aficiones. A mis coches suelo dedicar ratos en los que no coincido con mi mujer o los niños.

Lo que es sagrado para nosotros son los miércoles, nuestro día de la pareja, en la que no existe ningún otro compromiso y que siempre dedicamos a nosotros.Me encanta viajar y lo hacemos cada vez que podemos y la economía familiar nos lo permite.

¿Qué es lo que más valoras y detestas del ser humano? 

Lo que más detesto de ser humano es la falta de respeto, hacia los demás y hacia uno mismo. Creo que la falta de educación y el egoísmo, creerse mejor que los demás, es lo más despreciable que tenemos y está detrás de los principales problemas que no ocurren. Lo que mejor tenemos es la capacidad de adaptación. Solucionar problemas o adaptarnos a vivir con ellos. Somos fuertes por naturaleza y creo que esa es nuestra mejor cualidad.

¿Con qué personaje histórico te hubiese gustado cenar, por qué y qué le hubieses preguntado? 

Cuando era un preadolescente mi padre, además de sus trabajos, se dedicó algún tiempo a vender películas de video garbadas en VHS a los marineros de los barcos mercantes en los que embarcaban durante meses. Películas que grabábamos por turnos de la tele y en las que había que estar pendiente, mando en mano, para cortar los anuncios. No siempre nos acordábamos de darle a grabar al terminar los anuncios, así que entiendo las maldiciones de algún que otro tripulante al quedarse sin el final o parte de la trama de alguna de esas películas.

De una de esas pelis me enamoré , “Tucker: Un hombre y su sueño”. Relata la hazaña de Preston Tucker para crear el automóvil perfecto y revolucionario para su época. La lucha contra el mercado automovilístico americano y cómo pudo vencer a los grandes de Detroit haciendo realidad su sueño. Sólo consiguió fabricar 51 de ese soñado Tucker Torpedo, de los que hoy en día aún sobreviven 47, siendo uno de los automóviles más valorados.Me encantaría escucharle contar su historia y, sobre todo, preguntarle que sueños le quedaron por cumplir. Debió ser un personaje sorprendente y del que poder aprender.

¿Qué otras aficiones tienes?

De pequeño , en el colegio, me preguntó un compañero “¿tú qué coleccionas?”, entonces éramos más de coleccionar canicas, cromos, pegatinas, llaveros… mi respuesta : “Yo colecciono colecciones” Jajaja. Me encanta coleccionar cosas, sobre todo con más de 25 años. Tengo, casi , de todo.

Desde colecciones tradicionales: sellos, monedas, radios, cascos militares, relojes de chimenea… hasta otras más peculiares como relojes de sereno, de palomas, coches TCR, calculadores mecánicas, máquinas de escribir… aunque la mayor de mis colecciones es la de cámaras de fotos, tengo más de 400 y recuerdo cada una de ellas.

Disfruto mucho en los rastros de antigüedades, pero los que más me gustan son los de artículos de segunda mano o mercado de las pulgas, como se les conoce en otros sitios.

Cada vez que tengo la ocasión de viajar siempre me informo antes de los mercadillos que me puedo encontrar e intento ir. Siempre encuentro algún tesoro, y con una pequeña libreta y lápiz, el idioma no es un problema.

Antonio ¿Se te ha quedado algo más que contarme? 

Jajaja. Muchas cosas, pero te voy a comentar que durante un tiempo mi dio por hacer lámparas con casi todo. Puedes echarle un vistazo en mi página de Facebook, (Algomasqueluz) si no te has hartado ya de mi.

Me ha encantado oírte, verte tan ilusionado en todo lo que haces y te apasiona, y yo, que soy un manazas, me das un montón de envidia sana, pero creo que se te ha olvidado comentarle algo más que a mí me hace ilusión. ¿Uno se tus abuelos se dedicó al mundo del toro? 

¡Es verdad!. Mi abuelo era Antonio Maestre “El Nene”. Fué torero y ganadero, pero su carrera se frustró por culpa de la guerra civil, yo aún conservo su traje de luces en una vitrina de mi sótano.

Antonio, ha sido una gozada echar este ratito de entrevista, y ver la de cosas que ere capaz de hacer y coleccionar, además disfrutando que es lo más importantes.

Otro día hablaremos de otras actividades que llevas a cabo y que hoy no hemos tocado.

Un abrazote grande y a seguir con esa actividad tan grande que tienes.