Los emprendedores onubenses ya no arriesgan tanto y el capital cae un 53%

El dinero desembolsado ascendió el pasado mes a 2,36 millones de euros, muy lejos de los cinco millones del año pasado, y demuestra que las nuevas sociedades onubenses son cada vez más pequeñas.

Las sociedades que se crean en la provincia de Huelva cada vez tienen menos dimensiones. La crisis económica se hace patente en el capital que los emprendedores utilizan para levantar sus proyectos. Según el Gabinete de Estudios Económicos Axesor, el capital suscrito para las nuevas empresas creadas en Huelva en febrero de 2014 ha descendido un 52,93%, al pasar de los casi cinco millones de euros que se registraron en este mismo periodo el año pasado a los 2,36 millones en el arranque del nuevo año. Eso sí, ha crecido notablemente de un mes para otro, ya que el capital desembolsado en enero ascendió a 1,73 millones.

No son buenas noticias para la provincia onubense, si bien se mantiene por debajo de la media de la comunidad andaluza, donde el capital suscrito ha bajado un 67,47% (pasando de los 467,7 millones del año pasado a los 152,1 de 2014). Teniendo en cuenta estas cifras, la realidad es que la suma del capital de las nuevas empresas creadas en Huelva representa un escaso 1,5% del total regional. Las provincias que han registrado un mayor capital suscrito son Málaga, que a pesar de los 55,6 millones registrados este año ha experimentado una bajada del 58,7%. Le sigue Sevilla, con 36 millones y una caída del 65,6%. Sólo una provincia ha generado crecimiento en cuanto a capital desembolsado, y ha sido Cádiz, donde el montante asciende a 22,8 millones, lo que se traduce en un aumento del 119% (más del doble) con respecto al año anterior.

Según los datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), el número de sociedades mercantiles constituidas en enero de este año ascendió a 77 empresas, un crecimiento del 4,1% respecto a 2013. No obstante, el peor dato se encuentra en las sociedades disueltas, que fueron 50, es decir, un incremento del 163,2%.

El gabinete Axesor ha informado de que una de cada cuatro empresas creadas en España en febrero estaba vinculada al sector de la construcción. La creación de empresas aumentó en febrero un 10% en tasa interanual y sumó 9.182 altas. Un 23,85% de las nuevas sociedades mercantiles pertenecía al macrosector construcción-inmobiliario. Un 22,66% se inscriben en el comercial y de distribución.

El capital suscrito para la constitución de nuevas empresas creció en febrero un 129,95% respecto a febrero de 2013, debido fundamentalmente a la aportación para la creación de una entidad bancaria. Si se excluye el sector de actividades financieras, el capital suscrito cae un 32,7%.

Andalucía (+22,91%); País Vasco (+20,25%); Galicia (+14,73%) y Valencia (+10,83%) destacaron entre las comunidades con mayor iniciativa emprendedora. Pero el capital aportado disminuyó en todas ellas.

Andalucía fue en febrero el máximo exponente de las características que están marcando la dinámica emprendedora: el número de nuevas empresas creció un 22,91%; mientras que el capital aportado para las mismas descendió un 44,96%. Un 22,06% de las nuevas sociedades se registró en la Comunidad de Madrid; Cataluña ocupó el segundo lugar, con un 18,16% del total.

Lo que apenas ha variado durante el transcurso de los años de crisis son los sectores donde mayoritariamente se inscriben las nuevas empresas registradas. En febrero, los líderes fueron los siguientes: Comercio (2.081 altas, un 22,66% del total); Construcción (1.552 empresas, un peso del 16,9%); Actividades Profesionales, Científicas y Técnicas (1.028 sociedades, una representatividad del 11,19%); Hostelería (777 registros, un 8,46% del conjunto) e Inmobiliarias (639, un 6,95% de toda la iniciativa emprendedora). El reparto, que es prácticamente idéntico en la suma de enero y febrero, apenas varía respecto al que tenía lugar en el año 2008. Entre las razones que explican la vigencia del macrosector construcción-inmobiliario, el Gabinete de Estudios de Axesor enumera las siguientes: la capacidad del sector inmobiliario para generar demanda en el extranjero y su calidad de bien y servicio exportable; los movimientos empresariales relacionados con insolvencias que llevan a abrir una nueva sociedad bajo otro nombre y otros administradores para continuar la actividad; y, por otra parte, el hecho de que se trata de un sector muy amplio con un gran número de empresas dedicadas a actividades muy especializadas, como instalación eléctrica, fontanería o acristalamiento entre otras, que pueden seguir prestando servicios a pesar de la caída general del 'boom' inmobiliario.