¿Y si descender a Tercera no fuera una catástrofe para el Recreativo?

Voces próximas al Ayuntamiento y al Consejo de Administración sostienen que no hay tanta diferencia para el futuro del Decano entre jugar en Segunda B y hacerlo en una categoría inferior.

El recreativismo se ha levantado este lunes con la preocupación por su equipo en el bolsillo. La derrota del Decano en Jumilla ha devuelto a los albiazules a los puestos de descenso directo, y la amenaza de bajar a Tercera División sigue latente. Pero, ¿sería una catástrofe para el Recreativo jugar el año que viene en la cuarta categoría?

La opinión general es que sí. Incluso hay quien equipara el descenso deportivo con la desaparición del club. Sin embargo, otras voces comienzan a poner en entredicho este dogma. Y se trata opiniones muy cualificadas, pues están próximas al propietario -el Ayuntamiento- y a los gestores -el Consejo de Administración- del Recre.

Estos disidentes del sentir mayoritario argumentan que la verdadera diferencia se da entre la Segunda y la Segunda B, y no entre la Segunda B y la Tercera División, pues la pertenencia al fútbol profesional asegura unos ingresos, televisivos fundamentalmente, imposibles de obtener en las categorías inferiores.

Al respecto, dan por hecho que en el caso del Decano, el número de abonados, principal fuente de ingresos de los conjuntos de Segunda B y Tercera, no descendería y que, convenientemente alentada, la 'recremanía' mantendría el listón aún jugando en una división por debajo de la actual. Y los gastos en plantilla y desplazamientos serían menores.

Los contrarios a estas ideas señalan que en Tercera División se estaría aún más lejos -a dos ascensos- del retorno al fútbol profesional y, por tanto, del dinero que el Recreativo necesita para regularizar su situación, especialmente con Hacienda. Por no hablar de que siempre será más fácil vender un club en Segunda B que en una categoría inferior.