Una victoria valorada en 37.500 dólares
El Open de Malasia está dotado con una recompensa en metálico, aunque muchos torneos se limitan a conceder una beca. Carolina Marín es la imagen ideal para las empresas españolas con intereses en Asia.
El triunfo de Carolina Marín en Kuala Lumpur tiene un premio añadido, los 37.500 dólares norteamericanos (unos 34.400 euros) con que está dotado el primer puesto del Open de Malasia. Una recompensa en metálico que es bienvenida, en primer lugar, porque no es habitual en el bádminton, pues en muchos torneos el ganador simplemente accede a una beca. Y en el mejor de los casos.
Existe una segunda razón. Como sucede en España con otras estrellas de los llamados deportes minoritarios, Carolina Marín tiene que buscar recursos para salir adelante. Vivir del bádminton es muy complicado, imposible sin las ayudas de las instituciones públicas como el CSD o el COE, encargadas de inyectar dinero para que las carreras de nuestros deportistas de élite no se trunquen.
La otra vía de ingresos, más allá de premios puntuales como el del Open de Malasia, es el 'crowdfunding', en castellano, la financiación a partir de micromecenazgos colectivos. Y en el caso de Carolina Marín queda por explotar la vía de las grandes firmas comerciales. La onubense es la imagen ideal para cualquier empresa española con intereses en Asia, pero antes debe resolverse la controversia con la Federación Española de Bádminton por los derechos de imagen y publicidad de la reina del deporte onubense.