La pelota del Recre vuelve a estar en el tejado de Comas
Alejandro Ceballos, los futbolistas, los empleados y los consejeros han pedido al dueño que consiga el dinero necesario para poner el club al día y evitar que el equipo salga debilitado del mercado de invierno. El empresario madrileño parece fiarlo todo a la cautelar del contencioso con Hacienda. La oposición sigue sin articular un proyecto viable.
Pablo Comas vuelve a tener el futuro del Recreativo en sus manos. A falta de un apoyo externo tras la deserción de Víctor Hugo Mesa, el empresario madrileño se ha quedado solo ante el peligro, suya será la responsabilidad de lo que suceda de ahora en adelante. Que el club deje de competir, baje a Tercera División e, incluso, desapareza, son riesgos que están sobre la mesa.
Porque la situación empieza a recordar lo sucedido durante la pasada temporada. Impagos continuados, promesas y plazos incumplidos, soluciones que no cristalizan, denuncias ante la AFE, posible fuga de jugadores, imposibilidad de fichar... Es el mismo cóctel que provocó el descenso a Segunda B, aunque en este caso el entrenador ejerce de bombero, no de pirómano.
No obstante, Alejandro Ceballos ha sido uno más de los que le han pedido a Pablo Comas que consiga el dinero para evitar la catástrofe. El preparador está preocupado por la posible marcha de Arthuro y Mica Pinto y teme, sobre todo, no poder reforzar al plantel en el mercado de invierno si el club no solventa las denuncias de la AFE y, en consecuencia, tiene suspendidos los derechos federativos.
La voz del técnico se ha unido a la de futbolistas, empleados y consejeros. Todos reclaman lo mismo. El dueño debe invertir para cuidar su empresa. Si no es capaz, tendría que apartarse y facilitar la llegada de un gestor más solvente.
Pero el empresario madrileño no parece por la labor. De momento, sigue aferrado a su plan de ganar tiempo y lo fía todo a que la Audiencia Nacional conceda al Recre la cautelar en su contencioso administrativo con Hacienda. De este modo, se levantaría el embargo y el Decano podría sobrevivir hasta el final de temporada con el dinero que le queda por facturar, que algunas fuentes cifran en unos 2,5 millones de euros.
Sin embargo, el plan, tiene un punto débil. Esta maniobra sólo es posible si llega la cautelar antes del 31 de diciembre, pues según reveló en su día el portavoz Antonio Martín, ese es el plazo legal para que las cantidades pendientes puedan facturarse. ¿Habrá un Plan B para el 1 de enero?
Y mientras tanto, la oposición a Pablo Comas sigue sin concretar una alternativa viable. El entusiasmo y las buenas intenciones del Recreativo Suportters Trust no ha pasado de ahí ante su manifiesta incapacidad para reunir los entre 5 y 8 millones de euros que según la propia asociación de aficionados hacen falta para salvar al Decano.
Y la tan cacareada Mesa de Unidad impulsada por el Ayuntamiento de Huelva todavía no ha sido capaz de fijar un plan de salvación o una hoja de ruta para rescatar al Recreativo, por no hablar de la articulación de los necesarios apoyos económicos. Un negro panorama que no invita al optimismo.