El laboratorio de Oltra comienza a rendir dividendos
El triunfo sobre el Alcorcón recompensa el intenso trabajo del cuerpo técnico en la pizarra.
Es una de las armas más decisivas del fútbol moderno y también uno de los aspectos más ingratos de la labor de un entrenador. Las jugadas de estrategia deciden victorias y derrotas, pero que el trabajo en la pizarra rinda dividendos en el césped, depende en gran medida de factores que escapan al control del cuerpo técnico, desde la propia habilidad de los futbolistas a los errores del rival.
Basta presenciar una semana de entrenamientos en la Ciudad Deportiva para concluir que José Luis Oltra es un técnico que concede una extraordinaria importancia al laboratorio. Probablemente, desde Javi López, el Recreativo de Huelva no haya tenido un preparador tan implicado en las jugadas ensayadas, en calidad y en cantidad. Sin embargo, el resultado se ha demorado hasta la séptima jornada, pues los cuatro primeros tantos albiazules se fabricaron en acciones con la pelota en movimiento.
Los dos goles del triunfo sobre el Alcorcón, más el segundo que el primero, en cambio, sí se pueden atribuir a las jugadas que Oltra y sus hombres ensayan una y otra vez semana tras semana. De hecho, el tanto de Víctor Díaz nace en una acción ensayada que es posible rastrear en el mismo arranque liguero ante el Real Zaragoza, en un remate desviado de Jesús Vázquez tras un saque de esquina. El pasado domingo, el pivote tampoco acertó con el remate, aunque su compañero hizo bueno el error.
De todos modos, tampoco es cuestión de lanzar las campañas al vuelo. Por buscar la comparativa más cercana, el Recreativo de Sergi Barjuan llevaba a estas alturas del campeonato seis goles generados a balón parado, aunque únicamente dos de ellos, el de Montoro frente al Barcelona B y el de Ruymán en Zaragoza, merecen ser tenidos en cuenta como muestras del trabajo en la pizarra del preparador catalán y su entonces ayudante Ramón De Quintana.