El descenso del CDH retrata a la peor directiva de la historia de Huelva

Gonzalo llora desconsoladamente tras consumarse el descenso del CDH.
El equipo de Pontanilla vuelve a perder con Mataró (92-107) y baja a Tercera FEB en un suicidio deportivo sin igual en el deporte onubense.

No hubo milagro. El CDH, que necesitaba remontar 20 puntos de desventaja, volvió a perder con el Mataró, esta vez en el Andrés Estrada (92-107), para sellar su descenso a la Liga EBA (alias Tercera FEB). La ausencia de cualquier prestancia defensiva en los locales y el inusitado acierto de los visitantes en la larga distancia (19 de 38 triples) se coaligaron para que no existiera el más mínimo atisbo de duda sobre la suerte de la eliminatoria.

No busquen, sin embargo, ni un átomo de culpabilidad en Víctor Pontanilla y sus jugadores. Todos han hecho lo que han podido. Las lágrimas de Gonzalo son el mejor reflejo de la impotencia de un equipo que de haber empezado la temporada con la actual plantilla, habría descendido directamente. Y con un récord negativo de derrotas. Los únicos culpables de este desastre son los directivos, desde Ismael Rodríguez a Celes Vizcaíno, pasando por Aurelio Cazenave.

Un tiempo muerto del CDH ante Mataró.

Suya y de nadie más fue la incomprensible decisión de cesar a Antonio Gómez, despedir a Íñigo Núñez con todo su cuerpo técnico y desmantelar un plantel que apuntaba al ascenso, para acto seguido contruir un equipo de retales que no tenía la más mínima posibilidad de conseguir la permanencia. Y a estas alturas de la película, aún no han justificado con números y papeles la supuesta crisis económica que habrían logrado evitar con semejante suicidio deportivo.

Son la peor directiva de la historia del deporte de Huelva. Los futboleros sacarán a colación a Pablo Comas y su desastrosa gestión al frente del Recreativo. Pero ni siquiera Comas habría tirado por la borda un proyecto con aroma a ascenso, para sustituirlo por otro con un nivel tan ínfimo que estuviera condenado a la pérdida de la categoría. Lo peor es que el baloncesto onubense queda herido de muerte. Y nadie puede asegurar que esta vez logre levantarse.

La ficha del partido.