Otro cumpleaños del Recreativo en medio de la incertidumbre
El Recreativo de Huelva celebra hoy su 129 cumpleaños y lo hace nuevamente en medio de un clima de incertidumbre sobre el futuro de la entidad. Con una deuda de 25 millones de euros y, lo que es más grave, una alarmante falta de liquidez, el club sigue necesitando el paraguas del Ayuntamiento para sobrevivir. Y eso implica política, para lo bueno y para lo malo.
Cierto es que algo se ha avanzado desde la expropiación a Pablo Comas. El Decano mantiene un acuerdo de pago con Hacienda y Seguridad Social, y su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) obliga a las instituciones a protegerlo y cuidarlo, por encima del debate sobre si el empleo de dinero público en un club de fútbol (ya van 10 millones de euros) está más o menos justificado.
Pero del mismo modo, el día a día del Recre es penoso. Técnicos, jugadores y empleados llevan meses sin cobrar, y a estos últimos aún se les deben mensualidades de temporadas anteriores. Las instalaciones adolecen de una preocupante falta de mantenimiento, especialmente en lo que se refiere a las reparaciones más caras y complicadas. Y las relaciones entre el Consejo de Administración y la gestora Eurosamop pasan por su peor momento.
En cuanto al apartado económico, la deuda sigue aumentando, aunque a un ritmo controlado y en proceso de reestructuración, pues entre pagos, embargos y préstamos, se está reduciendo la lista de acreedores del club para concentrar los débitos en unos pocos y grandes acreedores como Eurosamop y sus empresas satélites, Krypteia Capital y, sobre todo, el Ayuntamiento.
Sí se han dado pasos más firmes sobre el césped. Aunque el Recreativo sigue anclado en una categoría deficitaria económica y deportivamente como es la Segunda B, por primera vez desde que salió de la LFP, el equipo no coquetea con la zona de descenso. Y en el tandem que conforman Óscar Carazo -director deportivo- y José María Salmerón -entrenador- hay un binomio que invita al optimismo.