Victoria Rodríguez Cruz presenta su proyecto en el Encontro de Artistas Novos
Entre las disciplinas artísticas en las que la Sierra está destacando en los últimos años se encuentra la fotografía. Tanto paisajística como de autor, esta modalidad se abre paso con autores que van alcanzando justo prestigio incluso fuera de nuestro territorio.
Una de ellas es Victoria Rodríguez Cruz, la fotógrafa afincada en Santa Ana la Real, que demuestra esta trayectoria con su participación a finales del mes de agosto en la VIII Encontro de Artistas Novos que se desarrollará en Santiago de Compostela.
En la Cidade da Cultura compostelana se darán cita 40 artistas seleccionados, de los cuales treinta son menores de 35 años y diez mayores de esa edad. La intención de la convocatoria es exponer trabajos y procesos creativos de interés, así como intercambiar experiencias. El EAN busca favorecer la convivencia entre artistas emergentes gallegos y procedentes de otros lugares, además de poner en contacto a los participantes con agentes del sector como críticos, comisarios o periodistas.
Cada uno de los participantes del VIII EAN realizará una presentación pública centrada en su trabajo y proyecto creativo personal, sirviendo de plataforma y escaparate de sus creaciones. En el caso de Victoria Rodríguez Cruz, presentará el proyecto titulado ‘El tacto del Ángel’, en el que se enlazan las distintas fases de su familia con otros seres. Según la propia autora, “hablaré de mis trabajos, que siempre van relacionados, hablaré de que mi trabajo fotográfico es intimista y silencioso, que trabajo siempre partiendo de la observación y la reflexión”. Para su proyecto, Rodríguez comenzó hace años a fotografiar a las personas de su círculo afectivo inmediato y personal en un entorno muy concreto vinculado a su existencia personal y su biografía sentimental, un lugar muy peculiar y cargado de simbología. Nuestra autora retrata a sus parientes más cercanos sumergidos en agua “jugando creativamente con la distorsión del líquido y la luz, por lo que las escenas resultantes son piezas que corroboran dos cosas, por un lado el deseo de Rodríguez por homenajearles con unas imágenes de indudable valor estético y emocional, testimonio de su afecto por su familia y, por otro, la generosa entrega de todos ellos al proyecto y a su autora”, indica el fotógrafo Jesús Micó.
Según Micó, Victoria es “una artista que nos presenta un trabajo personal, autobiográfico pero no literal, un proyecto que termina siendo algo así como un mapa gráfico de emociones (que nos resultan tan desdibujadas como hermosas), que gira en torno a la idea de familia y, en cierta medida, a la idea de vínculo con el territorio”.
La propia Victoria Rodríguez explica su trabajo indicando que “vivo a 170 kilómetros mínimo de cualquier miembro de mi familia. Fotografiarlos en agua implica que me visiten, que se alojen en casa y que confíen en mí. Somos 6 hermanos, todos con parejas y la mayoría con hijos y algunos con nietos. Somos personas muy diferentes y casi ninguno familiarizado con la fotografía o el arte”.
Para la crítica de arte María Arregui, el proyecto de la serrana “se conforma como una serie de retratos familiares en el que los individuos parecen conectar a través del agua con su origen, donde Victoria capta el gesto que define el temperamento de cada uno”. Generosidad, empatía, confianza, necesidad del otro, refugio emocional son las características que predominan en este trabajo de gran potencia visual, según Arregui.
La artista serrana define la fotografía para ella como “un flotador vital, una herramienta que me da fuerza y me hace independiente. Con ella canalizo emociones, miedos y reflexiones personales. Me ayuda a entender y entenderme. Con la fotografía he aprendido a verme, a mirar mis miedos, mis divergencias. Con ella he construido una intimidad compartida, expuesta y sanadora”.
Victoria Rodríguez Cruz lleva más de dos décadas viviendo en la Sierra, tiempo en el que se ha convertido en una acreditada gestora cultural desde la empresa Diávolo, participando en iniciativas tan interesantes como Sierra Centro de Arte. En su vertiente más creativa, la fotografía le está proporcionando también un prestigio que trasciende fronteras, ya que ha expuesto en Arco y en otros foros relevantes.