Un mes gritando SOS en el Ayuntamiento, que hace oídos sordos

Dramática situación la que está viviendo Kiko, que no ha conseguido que el alcalde, Pedro Rodríguez, le atienda para estudiar su caso. "Me siento invisible", sentencia, derrotado.

"Después de estar cuatro años parado, han sido muchos los que se han ido alejando de mí, el banco, el bar donde parabas, algunos amigos y el final para mí ha sido mi propia familia, sí señor. No lo dicen claramente, se maquilla el motivo del abandono de forma que la familia no quede mal.

Yo estoy a las puertas de tirar la toalla definitivamente, hasta mi propia madre, dios mío, me ha olvidado, con esta maldita discapacidad de movilidad reducida no tengo forma de trabajar en ninguna empresa privada, entre otras cosas porque no tengo padrinos.

Me cerraron el acceso a la función publica por mi propio esfuerzo y ahora no tengo nada que me mantenga con ilusión, el golpe de mi propia familia me ha dejado KO.

Esta desesperación de ver como me iran quitando la vivienda, luego el coche (que son mis piernas), etc…

Sólo se me ha ocurrido publicar mi desesperación en la puerta del ayuntamiento pidiendo SOS con un cartel del cuello, y tengo la sensación de que soy invisible, llevo un mes acudiendo desde las 8.00 de la mañana a las 14.00 horas todos los días laborales, y ni tan siquiera el alcalde de huelva se ha dignado a reunirse conmigo, claro que ni él, ni nadie, se imaginan que esto será el preludio del fin.

Fin que procuraré realizar justo donde llevo tanto tiempo pasando tanta vergüenza, el pensar que además de descansar de una vez de tanto sufrimiento, voy a joder por lo menos a unos pocos, especialmente los medios de comunicación de mi ciudad".