Los sanitarios se vacunan para combatir la tercera ola "más fuertes que nunca"
La tercera ola del Covid-19 ya es una realidad y, ante el repunte de contagios, Andalucía acelera el ritmo de vacunación.
El consejero de la Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo, ha reclamado al Gobierno de España un esfuerzo con la Unión Europea para multiplicar la compra de vacunas y que lleguen más a la comunidad.
Bendodo ha asegurado que la región vacuna "los siete días de la semana en cualquier momento del día" y que tienen suficientes profesionales sanitarios para hacer que la vacuna se administre "en cuanto llegue", si bien ha recordado que "por prudencia" guardan un 20% para asegurar la segunda dosis en caso de problemas de abastecimiento.
Andalucía ha recibido esta semana otras 69.225 dosis. En concreto, se ha realizado la vacunación en un total de 162 residencias de mayores y centros sociosanitarios. En la provincia de Huelva, la campaña de vacunación esta semana ha recorrido 12 puntos sanitarios.
Con la planificación prevista para esta semana se culminará la primera ronda de vacunación en residencias, de forma que todas las personas residentes en estos centros y el personal que los atiende habrán recibido ya la primera dosis de la vacuna.
En este contexto, en diariodehuelva.es hemos querido conocer las impresiones de los primeros sanitarios en iniciar su camino hacia la inmunización en mitad ya de la tercera oleada del virus.
PRIMEROS VACUNADOS CONTRA EL COVID EN HUELVA
Javier Cárcaba, es auxiliar de enfermería del Hospital Juan Ramón Jiménez y él, junto a Silvia Herrojo (enfermera), fue el primer sanitario en ponerse la esperada vacuna de Pfizer en Huelva.
"Lo viví bien con ilusión y, sobre todo, con esperanza. Me siento orgulloso y comprometido con la sociedad. Con la vacuna se refuerzan las ganas de terminar con este virus. La vacunación significa poder empezar a conseguir una nueva normalidad en nuestras vidas, aunque tengamos que seguir aún con mascarillas, distancia social, higiene de manos...", cuenta a este medio.
Silvia Herrojo, primera enfermera vacunada en Huelva, también recuerda con emoción cómo fue el día de la vacunación en el Juan Ramón Jiménez.
"Lo recuerdo con muchos nervios, pero ilusionada y confiada en que sea el principio de la recta final. Para mí ha sido un honor ser la primera enfermera vacunada de la provincia. Me siento orgullosa de contribuir a seguir mejorando y cuidarme para poder seguir cuidando como lo estoy haciendo desde marzo...y ¿Por qué fui la primera? Pues supongo que porque alguien tenía que dar el primer paso y echarse para adelante", explica.
El próximo martes, 19 de enero, Silvia y Javier se pondrán la segunda dosis: "Estoy deseando que llegue el momento. Estos son días de miedo. Miedo de volver a cifras de ingresos tan altas como en octubre. De llegar pensado si nos vamos a encontrar la planta llena otra vez. Por eso la vacuna es tan importante para nosotros", confiesa Silvia.
LA VACUNACIÓN: TABLA DE SALVACIÓN DE LOS PROFESIONALES PARA AFRONTAR LA TERCERA OLA
Juan Ignacio Ramos Clemente, jefe del servicio de Medicina Interna del hospital Infanta Elena de Huelva, destaca la relevancia que tiene para el personal sanitario vacunarse y más en un complicado momento como el que estamos viviendo, tras el repunte de casos.
"Lo cierto es que para los que trabamos con el Covid-19, que llegue la vacuna es un momento muy importante y esa emoción se palpa en las salas de vacunación. Son muchos meses trabajando y es la primera herramienta con la que podemos, por fin, dar un cambio de timón a la situación.
Tengo confianza en la vacuna. Los estudios publicados y los datos de investigación se han abierto a todos para que puedan ser analizados y corroboran que los resultados son muy buenos, con lo cual, no hay motivos para desconfiar de la vacuna, sino todo lo contrario", asegura el médico a diariodehuelva.es
"A nivel personal, el poder vacunarme es un alivio, es poder volver a casa sin tanto miedo de contagiar a tus seres queridos, es poder entrar a trabajar más tranquilo, sabiendo que, en caso de infección, mi sistema inmune está preparado para enfrentarse al virus de manera más eficaz", cuenta.
El especialista en Medicina Interna asegura que todos han recibido la vacuna de manera festiva. "La mejor palabra que define la situación es ilusión, por poder vacunarnos y que esto nos dé más garantías de seguir enfrentándonos al coronavirus. Lo cierto es que nos esperan meses complicados y es importante estar preparados para estar al pie del cañón combatiendo al virus desde los centros sanitarios. No he visto a nadie que sea haya negado o haya sido reticente a ponérsela, porque, por encima de todo, prima el sentido de la responsabilidad y como sanitarios debemos dar ejemplo".
Sin embargo, Ramos Clemente incide en que, a pesar de la vacuna, es indispensable seguir cumpliendo con todas las medidas preventivas y de seguridad.
"La vacuna es una de las soluciones, pero no es la solución definitiva. Las medidas de distanciamiento social e higiene seguirán siendo necesarias, aún cuando la población esté vacunada. Es como pensar que porque tenemos la vacuna de la gripe no tenemos que protegernos del frío. La vacuna nos servirá para que nuestro sistema inmunitario pueda defenderse con más eficacia de la infección, pero tenemos que seguir tomando medidas para evitar el contagio.
Mi principal recomendación y ruego es que nos ayuden a controlar la enfermedad. Todos tienen un grano de arena que aportar en el final de este proceso. No vamos a poder conseguirlo solo. Es una causa en la que todos, ciudadanos y sanitarios, desde nuestros puestos de trabajo, desde casa y todos los ámbitos hay que incidir en mantener todas las medidas y fomentar la vacunación para conseguir ir poco a poco saliendo de esta situación", pide.
Juan Ignacio Ramos Clemente lamenta que los llamamientos que se han hecho para evitar las aglomeraciones durante estas fiestas de Navidad no se hayan cumplido y ahora estemos viendo las consecuencias. "A veces tendemos a relativizar la importancia de esta enfermedad al ver a nuestro alrededor a pacientes que han desarrollado cuadros clínicos leves o que han sido asintomáticos, pero eso no siempre es así. Hemos tenido a pacientes con complicaciones muy severas. Algunos han fallecido, por lo que vivimos la tercera ola con preocupación, aunque no con desánimo. Hay que estar fuerte para combatir lo que nos encontramos cada día en el hospital. Sabemos en lo que estamos y la responsabilidad que tenemos para con los ciudadanos, pero nos hubiera gustado que esa responsabilidad hubiera sido compartida y hubiésemos visto menos imágenes de aglomeraciones. Contra eso ya nada se puede hacer, solo seguir insistiendo en el mensaje e intentar que la tercera ola no sea tan catastrófica como lo fue la segunda".
Los factores que influyen en la tercera ola, según el profesional sanitario, son muchos. "En el momento en el que se relajan las medidas de distanciamiento social el virus se expande con mucha facilidad. Ahora, además, tenemos el frío, que hace que estemos más tiempo dentro de ambientes cerrados y eso favorece la capacidad de contagio del virus".
Por eso, pide prudencia y colaboración a toda la sociedad. Afirma que los sanitarios se seguirán dejando la piel para cumplir con su obligación y combatir el virus en los hospitales, aunque, confiesa, tras intensos meses de pandemia, el cansancio se empieza a notar.
"En nosotros, como en el resto de la población, el desarrollo de la pandemia ha tenido un gran impacto psicológico. Han ascendido los niveles de ansiedad, se ha acrecentado la dificultad para dormir... todo esto que la población sufre también lo sufrimos los sanitarios en igual o mayor medida. Pero sí existe la sensación de encontrarnos en un momento histórico, en el que tenemos un papel importantísimo que jugar aquí. Nuestro trabajo puede marcar la diferencia para la gente de Huelva. Que nosotros estemos bien, con los medios adecuados y conservemos el ánimo y las capacidades para atender a nuestra provincia es determinante para que las cosas vayan bien. Hay cansancio y agotamiento, pero hay que afrontarlo con profesionalidad y pidiendo ayuda a la población, respetando las medidas de seguridad, evitando los comportamientos de riesgo", aclara.
Ramos Clemente confiesa que en el momento actual tiene dos preocupaciones fundamentales: "seguir atendiendo a los pacientes en la fase aguda, en la que tenemos ya un mejor entrenamiento y sabemos manejarlo de manera más eficaz, pero van pasando los meses y me preocupan las secuelas que va dejando el coronavirus, los cuadros de Covid persistentes. Muchos de los pacientes que tenemos de la primera y segunda ola, siguen teniendo síntomas. Estamos desarrollando una estrategia para dar respuesta a este tipo de pacientes. También en cuanto a la recuperación, para que puedan incorporarse de nuevo a su vida con normalidad".
Con todo, el jefe del servicio de Medicina Interna del hospital Infanta Elena, se muestra optimista y con ganas de seguir luchando tras haberse puesto la primera dosis de Pfizer. Un trabajo que, dice, hace día a día sin pensar en el final. "Yo creo que no es útil ponerse plazos, hemos vencido a muchos plazos. Hablamos ya de una tercera ola. Hay que afrontar las cosas como van viniendo y no considero la situación más allá del próximo mes. Puede pasar de todo de aquí a verano. Lo que sí tenemos claro es que aún tenemos mucho que pelear y hay que estar preparados".
Lo que está claro es que la Pfizer es de todo, menos una vacuna temida por los sanitarios. Ahora todos la esperan como "agua de mayo" para poder pelear, más tranquilos y fuertes, contra el coronavirus en su tercera etapa. "Por señalar alguna anécdota, tengo un compañero médico que, justo después de verano, aseguraba que sería el último en ponerse la vacuna, después de todo el mundo, para asegurarse de que no había efectos secundarios. Pues resulta que el día que me vacuné él estaba a mi lado. Fuimos de los primeros. Ahora nos reímos de aquello. No conozco a ningún sanitario que se haya negado a vacunarse", cuenta.
TRAS MESES DE BATALLA, LLEGA LA ILUSIÓN DE RECIBIR LA VACUNA PFIZER
Toñi Tristancho, Médico especialista en Medicina Intensiva en el Hospital Juan Ramón Jiménez, lo vivió con muchos nervios y gran alegría, "como si fuera el principio de una gran liberación".
"Yo me vacuné el 29 de diciembre, no me tocó vacunarme en la primera jornada y tampoco sabía cuándo me iba a tocar. Cuando me dijeron ese mismo día que me vacunaba a las 16:45 h, y además estaba de guardia y trabajando en la UCI con pacientes Covid, me sentí la mujer más afortunada del mundo. Pensé en mi familia; que ojalá se vacunara pronto mi marido, que también es sanitario; mi hermano, que es un paciente de riesgo y nunca querría tenerlo en la UCI; en mi hija, que es hija única y tanto ha sufrido en soledad viendo como sus padres se iban a la guerra (y ella solo tenía palabras de ánimo hacia nosotros)... Confío plenamente en las vacunas y siempre he dicho a mis amigas que yo me vacunaba con la primera vacuna que aprobaran, fuera la que fuera, pero Pfizer es una buena vacuna, y creo que soy una afortunada por haber tenido esta oportunidad de vacunación", explica la médica, con palabras desde el corazón.
Para ella la vacunación supone aportar su granito de arena para que toda la población se vacune. "Y de una forma más egoísta también significa que pronto tendré menos miedo a contagiarme, miedo no por mi, miedo por mi familia, las familias sufren mucho cuando un miembro contrae la enfermedad y tiene que ingresar en una unidad de cuidados intensivos. Yo sufriría por ellos y por no poder verlos, el aislamiento que sufren los pacientes contagiados es muy penoso y aunque lo intentamos paliar en la UCI dándoles todo nuestro cariño, eso es lo peor que se lleva y que yo llevaría".
Toñi celebra haber sido de las primeras en vacunarse, sobre todo, teniendo en cuenta el repunte de casos que Huelva vive de nuevo este enero.
"Tenemos ingresos casi a diario de enfermos en UCI, en comparación, muchos más que en la primera ola. Estamos muy cansados y con ánimo bajo porque no se le ve el fin a esto. Así que hay que vacunarse, por supuesto, incluso yo lo pondría obligatorio, aunque no sea políticamente correcto decirlo. Pero quien no se vacune que pase unas horas conmigo con un EPI puesto y vea cómo luchamos con estos pacientes. También invitaría a hacerlo a muchos negacionistas de este virus y a los que no les da miedo.
Ahora vemos a más gente joven, de entre 50 y 65 años, contraer el Covid-19, aunque también hemos tenido de 34. Y solo te das cuenta de lo que es realmente cuando enferma alguien de tu familia o tienes la desgracia de que se muera un ser querido. Entonces es ahí cuando eres consciente de la gravedad de la situación que estamos viviendo. La vacuna es nuestro único aliciente de que esto acabe algún día y espero con todo mi corazón que sea verdad".