¿Qué hacer en el solar del antiguo estadio, un proyecto de ciencia ficción?

El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, llegó a fotografiarse subido en uno de los tractores, en el año 2008 cuando se comenzó a derribar el estadio Colombino. Suponía el inicio, así se dijo, de la transformación de la barriada más populosa de Huelva con un megaproyecto que incluía hasta un hotel. Hoy no es ésa la realidad.

La barriada de Isla Chica tiene la particularidad que en si misma funciona como una pequeña ciudad dentro de la capital onubense. No en vano, es la zona de Huelva más populosa, y a todos los vecinos de esta barriada les han prometido año tras año, elecciones tras elecciones, fantásticos y exuberantes proyectos que venían a dinamizar este barrio emblemático.

Derribado, no con pocos retrasos y polémicas y debates políticos, el estadio Colombino, esta zona de Isla Chica, que ocupa algo más de 50.000 hectáreas, espera aún esa transformación, que con el paso de los años ya suena más a ciencia ficción que a realidad.

Y no sólo es un clamor de los mismos vecinos, sino sobre todo de los comerciantes de la barriada, que aplaudieron desde un primer momento el proyecto (aprobado) que, cabe recordar contemplaba dotaciones varias como un enorme parque (con el nombre de ‘Jardín Marisma’) , más de una treintena de viviendas, un gran centro comercial y de ocio (de las características de Holea), un edificio sociocultural, un nuevo centro de salud (que provocó también no pocos enfrentamientos políticos) y hasta un hotel.

Y no llamaron únicamente la atención estas infraestructuras, sino también el mismo diseño del proyecto, que contrastaba con la arquitectura propia del barrio, en su intención de implantar diseños modernos.

Desaparecido el estadio, el solar al menos ha servido como improvisado aparcamiento para los vecinos. Pero no hay rastro del proyecto previsto y que tan en boca de los dirigentes políticos estuvo hace cuatro años. Pocos se acuerdan ya del proyecto en Isla Chica, a no ser por el cartel ubicado en la plaza del Colombino.

Isla Chica sigue esperando su transformación. ¿Cuál es el horizonte? Nadie lo sabe. Ni el mismo alcalde.