Los hechos, según la fiscalía

En su escrito de acusación, el Ministerio Fiscal puso de manifiesto que tres de los acusados, concretamente los residentes en la provincia de Sevilla, ofrecieron parte del dinero que se consiguiera con la venta de la droga al vigilante de la sede aduanera.

También asegura que éste accedió a esta propuesta, proporcionándoles el mando a distancia que abre tanto la puerta exterior de las instalaciones del edificio de Aduana como la puerta del parking, no especificando el escrito que fuera "coaccionado y amenazado con fuerza física" en un descampado de Huelva tal y como indicó éste a la Policía.

Así el día 29 de diciembre de 2012 uno de estos imputados se reunió con este vigilante de seguridad en un restaurante de Huelva, momento en el que éste le informó de la clave para la desactivación del sistema de alarmas del edificio de Aduana y le entregó la llave del depósito.

La Fiscalía reseña no obstante que estos tres imputados a mediados de diciembre se desplazaron a Huelva y, a través de uno  de los detenidos por los hechos, buscaron a otro que en un principio vendió los 90 kilos de hachís que supuestamente robó el vigilante de las instalaciones meses antes de que se perpetrara el robo de los 1.000 kilos, al que metieron en un coche, con el que circularon hacia Huelva, "golpeándolo repetidamente" hasta que éste llamó a otros dos de los imputados, procediendo éstos a requerir telefónicamente la presencia del vigilante.

A su vez, el Ministerio Fiscal asegura que éste a mediados de noviembre sustrajo supuestamente de la sede de Aduana una tableta de hachís de 50 gramos de peso regalándosela a dos individuos, también imputados por estos hechos, a cambio de información para vender gran cantidad que pensaba sustraer de estas dependencias.

Así, varios días después este vigilante, según indica la Fiscalía en su escrito, "con ánimo de obtener un lícito beneficio patrimonial, se apoderó de un fardo de hachís de 30 kilos" conectando con los citados individuos para que procedieran a su venta. En total fueron cinco los que se encargaron de vender esta primera cantidad sustraída, así como 60 kilos más -también supuestamente robada por el vigilante-, y que en total obtuvieron un valor en el mercado de 54.000 euros, beneficiándose éste de 45.000 euros.

En cuanto al robo en sí el día de Nochevieja, la Fiscalía señala que algunos de estos imputados y otras personas que no han sido identificadas a bordo de un vehículo con un remolque -ambos robados ese mismo día en Sevilla y Huelva- y de otro vehículo todoterreno, accedieron con el mando a distancia al interior de las instalaciones de Aduana portando todos ellos pasamontañas, una maza y una cizalla, desactivando el sistema de alarmas, utilizando la clave facilitada por el vigilante presuntamente y rompiendo la puerta del depósito. Fue el ADN obtenido en las pruebas recogidas por la Policía, lo que ha permitido a los investigadores identificar a los detenidos.