Los cinco proyectos de la Edusi que espera la barriada del Carmen
La barriada del Carmen de la capital espera como agua de mayo las mejoras que va a traer consigo la puesta en marcha de la Edusi (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado), por las que el Ayuntamiento ha logrado de la UE casi 15 millones de euros para remodelar el Conquero, El Parque Moret y los barrios de alrededor.
Para esta barriada fuertemente azotada por la crisis económica en la que viven unas 4.000 personas, la Edusi prevé arreglar la pista deportiva -que enseña Rafael Minayo en la imagen de abajo-, muy deteriorada por el uso, construir un parque infantil del que carecen en el actualidad, un paso a nivel que cruce la carretera y remodelar la calle Haití, además de ampliar el aparcamiento.
Estas obras están previstas para el año que viene. El Ayuntamiento propuso el año pasado construir el parque infantil en una de las plazoletas, pero "iba a quedar muy pobre y muy pegado a las viviendas, por lo que decidimos esperar al año que viene para hacerlo en la ubicación de siempre", en una de las laderas del Conquero, que se va a remodelar completamente, apunta el presidente de la Asociación de Vecinos El Ancla, Rafael Minayo. Cuando esté el parque nuevo, llevará el nombre de Rafael Mendoza, que fue presidente de la asociación vecinal e "hizo una labor muy buena", destaca Minayo.
Con el parque infantil ocurrió una cosa insólita que Minayo cuenta con extrañeza. Presentaba cierto deterioro en algunas de las atracciones, pero, en vez de arreglarlo, técnicos municipales decidieron desmantelarlo por completo coincidiendo con el cambio de gobierno municipal con el argumento de que había mucho vandalismo. El resultado es una desolada explanada de tierra que los perros aprovechan para hacer sus necesidades.
Y hablando de cacas de perros, Minayo coincide con los presidentes de otras asociaciones en que "es hora de ponerse serios porque las campañas de concienciación están bien, pero no son la solución. Hay que poner multas". Minayo va más allá y apuesta por algo que se está aplicando en varios municipios españoles: realizar pruebas de ADN a las mascotas para localizar a los dueños e imponerles una multa. Una opción que ha sido desechada por el Ayuntamiento por costosa.
El presidente de la asociación vecinal reconoce que la limpieza ha mejorado, aunque hay que insistir en algunas calles, "que siguen estando sucias", así como asfaltar completamente la carretera, "que sólo se ha parcheado" y cambiar algunos pasos de cebra que están mal hechos.
Más allá de estas carencias de infraestructuras, Rafael Minayo sitúa los problemas económicos, la falta de trabajo, como los principales que padece la barriada y, en general, toda Huelva, y muestra su impotencia por "no poder hacer nada ante algo para lo que ni el propio Ayuntamiento tiene competencias". Lo más que puede hacer es contribuir al reparto del Banco de Alimentos, del que se benefician unas 400 personas en el barrio.
Con este panorama, el representante vecinal ve difícil motivar a los vecinos a la participación. "La gente participa en cosas que les son interesantes; por ejemplo, para la reunión del proyecto Edusi acudieron 40 personas y a la del Banco de Alimentos 150".
En una de las barriadas más interculturales de Huelva, si no la que más, Minayo dice que la convivencia no es mala, "aunque cuando hay crisis económica la convivencia siempre empeora, pero son bulos más que conflictos". De hecho, el Colegio Príncipe de España es de lo mejor que hay en integración, con 22 nacionalidades diferentes: marroquíes, senegaleses, rumanos, polacos, ecuatorianos, chinos...
Además de acoger los cursos municipales de Cultura en los barrios de cañamazo, corte y confección, flamenco y zumba, la asociación realiza, junto con Huelva Acoge, el proyecto Kay Pacha, doce talleres financiados por la UE y el Gobierno al que asisten madres y niños de distintas nacionalidades y en el que se imparten desde talleres para hacer abalorios hasta de higiene bucodental.
La asociación se fundó en el 76, aunque Minayo es presidente desde 2000. Sobre ello, apunta que "es satisfactorio, pero hay que tener mucha mano izquierda y da muchos quebraderos de cabeza; por ejemplo, un vecino tiró muebles en medio de la acera y cuando le dije que debería haberlo hecho en otro lugar y avisar para que se los lleven, por poco me pega". "Muchas veces te cansas y debería haber un relevo, pero es muy difícil", concluye.