Librerías y papelerías contra multinacionales y pandemia de cara al inicio del nuevo curso escolar
Además del exponencial crecimiento de las ventas en las grandes multinacionales que se alojan en internet, al pequeño comercio le tocó afrontar también la llegada de una pandemia.
Es el caso de las pequeñas librerías y papelerías, las que consideramos “de barrio”. Como muchos negocios, tuvieron que hacer frente a gigantes como Amazon y su ‘todopoderosa’ venta online.
En la mayoría de los casos, la diferencia de precios suele ser ínfima, pero el bajo coste más el añadido del envío directo a casa irrumpió hace unos pocos años y se consolidó tras la llegada de la de la crisis sanitaria de la Covid-19.
Se aproxima un nuevo inicio del curso escolar, pero con más certidumbre que el pasado. El inicio del pasado curso lectivo 2020/2021 fue, para muchos modestos negocios, casi una total paralización. Muchas familias daban por hecho que se suspenderían las clases, otras tantas que se darían online, e incluso las había que se negaban a llevar a sus hijos a las aulas de los colegios.
A este pedregoso camino, añadámosle la suerte de las grandes empresas, en un año en que el envío de productos a casa terminó por conquistar a los últimos rezagados que aún no se atrevían a probar el comercio online.
A muchas de las pequeñas tiendas de toda la vida, les ha tocado 'ponerse las pilas'. Es el caso de Papelería Europa, un negocio que se nutre de las ventas a estudiantes y demás gremios del ámbito escolar en general, situado en la Avenida Santa Marta 41, en Huelva capital.
En noviembre serán ya 26 años desde que abrieron este negocio dos hermanas como son Ana y Cristina Álvarez Bretones, con apenas la mayoría de edad cumplida. Algún que otro año durillo, pero siguen al pie del cañón. Su especial trato y atención al cliente, son su distintivo de calidad y el por qué han superado ya varios obstáculos, igual que superarán este último que tanto ha dañado al pequeño comercio en general.
Aunque en esta tienda aún no han dado el paso de vender por internet, han aplicado nuevas facilidades para sus clientes y le han dado un buen empujón a sus redes sociales. No venden por internet, pero tienen su propia página web, y cualquier comprador puede hacer un pedido a su papelería por vía telefónica o por WhatsApp, y así bien recogerlo en tienda, o que se lo envíen por mensajería para tenerlo en su casa en 24 horas.
Las redes sociales han sido también de gran ayuda para pequeñas empresas como la de Ana Álvarez, pues el recordatorio periódico en unas plataformas que usamos a diario, ha impulsado también las compras en su papelería. “Estamos súper contentas. Si es verdad que tienes que dedicarle tu ratito todos los días… Pero a través de Facebook, de la página web, la verdad es que nos han venido muchos clientes nuevos”.
Gracias a esta pequeña “evolución digital”, desde Papelería Europa aseguran que las ventas han mejorado mucho, “hemos recuperado la normalidad, prácticamente como los años anteriores”. El año pasado por estas fechas, la demanda clientelar fue nula. Este año, en un momento tan importante como el comienzo del nuevo curso lectivo, ya vuelven a ver la luz.
Después de dos crisis y una pandemia, Ana Bretones hace balance y se ríe “después de todo lo pasado, ya nos tenemos que jubilar aquí”.
Un negocio familiar, de barrio, en el que tras casi tres décadas, siguen trabajando ambas hermanas, y ahora también junto con ellas, su empleada y compañera Susana Amador, a la que consideran una más.
Otra de las muchas librerías que siguen "batallando" es Librería Saltés, ubicada en la calle Ciudad de Aracena 1, también en la capital. Un negocio de los que pocos quedan, añejo y superviviente, pues llevan funcionando desde 1972. Casi 50 años abiertos.
Con una web súper completa, con reserva de pedidos online y envío a domicilio, y unas redes sociales bastante actualizadas. Tienen casi cualquier libro y producto de papelería que puedas imaginar. Incluso si no encuentras un escrito en especial, en su página tienes la posibilidad de solicitar su búsqueda, que harán lo posible por dar con él.
Es innegable que las grandes multinacionales arrasan por donde pasan, pero nunca podrán transmitir lo que los negocios de a pie ponen a nuestra disposición, y que nunca nos debería de faltar. Trato humano, cercano con el cliente, al lado de casa. Que han sabido restablecerse, modernizarse y aplicar todo aquello que nos dan otras grandes empresas por unos céntimos menos. Pero con la satisfacción de tenerlo a mano, con atención personalizada y el saber que ayudamos a que el comercio “de siempre” no desaparezca.