La Ley como prevención del maltrato, retroceso

La reforma del Código Penal agrava la inseguridad de las víctimas de violencia de género al retirar la libertad vigilada para los maltratadores.

Un hecho tan importante como  es la prevención del maltrato no debe estar sujeto a arbitrariedades ni a  obviedades de grupos políticos que parecen colocarse un antifaz negando la trascendencia de medidas preventivas que acabarían en gran medida, o al menos reducirían, el número de víctimas a manos de sus maltratadores. La ley de reforma del Código Penal es irrisoria legislando una pena de hasta 4 años de cárcel por un insulto a un médico y retirando una medida esencial como es la libertad vigilada a maltratadores, demostrando no importarle a un Gobierno mínimamente las vidas sesgadas cada año por violencia de género. La vida de las mujeres presas y víctimas de maltrato físico, psíquico o ambos, peligra, pero no peligra la vida por el insulto a un médico. Me pregunto yo si se protege al paciente cuando se falta al consentimiento informado, es decir informarte de un tratamiento y tú consentir o no su aplicación, o aquel médico te obliga a poner una sustancia a la que eres alérgico y su administración te produciría lesiones o incluso la misma muerte amenazando con alta voluntaria cuando debería existir humanidad y consenso médico y paciente con medicinas alternativas. Afortunadamente, la mayoría médicos son excelentes, pero demos igual importancia al paciente que además sufre. Me parece muy bien se establezcan leyes para todos estos temas, pero atendiendo antes a lo primordial, que es el desamparo que con la retirada de  esta ley de libertad vigilada al maltratador quedará una mujer de por sí insegura, con una dependencia afectiva o síndrome de Estocolmo que disminuiría poniendo entre las cuerdas a estos potenciales asesinos que ahora y por una malísima decisión de un gobierno podrán campar a sus anchas y atacar a sus presas. No hay derecho, las mujeres representan una parte importante de ciudadanas de un país y es impensable que un gobierno que pretende gobernar se salte a la torera e ignore  algo tan preocupante en el entorno de una sociedad, y nos preguntamos: ¿para quien gobierna?

 

María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo