Correos condena a la marginalidad a numerosas aldeas onubenses

El proceso de privatización de Correos -Sociedad Anónima desde el año 2000- mantiene en la marginalidad a los habitantes de buena parte de la Sierra y el Andévalo onubense, en su mayoría personas mayores que no tienen forma de trasladarse a otras localidades cercanas donde si existen oficinas.

María Antonia es una de las vecinas más longevas de Puerto Moral, una aldea de apenas 280 habitantes en el corazón de la Sierra onubense. Allí se casó hace 53 años, allí tuvo a sus hijos, allí los vió partir hacia Sevilla, Madrid y Valencia y allí enviudó hace catorce años. Ahora tiene 72 años y reconoce que no sale del pueblo por falta de medios. “Antes iba a Aracena a visitar a mi familia o hacer algunos recados. Cuando eran cosas más importantes iba a Valverde o a Sevilla pero siempre en coche porque aquí nunca hemos tenido buena combinación de transporte público”, reconoce.

Esta situación no es solo un impedimento para mantener el contacto con familiares o amigos, también pueden suponer importantes inconvenientes con resultados nefastos para otros aspectos de la vida de las personas. “Hace unos meses se perdió una cita médica importante, cuando llamé me dijeron que me habían enviado la carta pero que al no haber ido a buscarla había perdido la vez y tenía que volver a iniciar todo el proceso y me pondrían otra vez en lista de espera. En total, para unas pruebas que podía haberme hecho en tres meses tarde más del doble porque además se metió el mes de agosto que todavía hay menos trabajo”, asegura María Antonia. “Afortunadamente estoy bien pero podía haber sido grave.”.

Ciertamente, la oficina de Correos más próxima a Puerto Moral se encuentra en Corteconcepción (15 minutos) y Aracena (17 minutos), unas distancias que no significan lo mismo cuando hablamos de una gran urbe hipercomunicada con buenas conexiones, medios de transporte públicos e infraestructuras adecuadas que en este tipo de pueblos y aldeas donde las carreteras no siempre son las más idóneas y donde en su mayoría no existen ni siquiera una conexión diaria con las capitales más cercanas.

A pesar de ello, según detalla Correos en un comunicado, Puerto Moral cuenta ahora con un cartero que ofrece a domicilio servicios que antes solo se ofrecían en las oficinas gracias a la tecnología PDA.

En concreto, los 75 carteros y carteras rurales con los que cuenta la empresa postal en la provincia permiten a los habitantes de estos pueblos el envío y recibo de paquetería, el pago de recibos y tributos, la compra de embalajes, sobres y sellos, gestiones de servicios de luz, gas y telefonía, solicitar el envío de dinero en efectivo entre otros servicios.

Repartos a pie de calle

Para atender a estas poblaciones donde no existen oficinas postales, Correos ha dispuesto que sean los propios repartidores quienes hagan rutas diarias donde los repartos se hacen a la antigua usanza, a pie de calle y bajo favores personales entre el personal de reparto y los vecinos.  "A veces no encontramos a la persona y hacemos algo de tiempo hasta que aparece porque intuimos que lo que contiene la carta o el certificado es importante para ella. Esto nunca se hace así en poblaciones donde hay oficinas. Dejas el aviso y ya está", explica Pedro, repartidor de Correos desde 2014 en varias rutas del Andévalo.

A criterio de este repartidor, natural de Calañas, el cierre de muchas oficinas es una decisión que no responde a los principios que debería regir un buen servicio público: "En el cierre de muchas oficinas de la provincia solo han mirado por la rentabilidad, no han tenido en cuenta ni la edad, ni las posibilidades reales que tienen esas personas para moverse entre una localidad y otra".

El cierre de las oficinas y esta modalidad de reparto conocida como ‘cartero rural al paso’, tampoco ha supuesto una mejora para los trabajadores del servicio. Desde que se implementó esta fórmula tras la conversión de Correos en Sociedad Anónima hace ahora dos décadas, la empresa estatal ha perdido buena parte de su funcionariado y de su capacidad de contratación y muchos profesionales se han llegado a quejar del uso de sus propios vehículos para los repartos. "Detrás de la digitalización de las zonas rurales y de la mejora del servicio que llevan años vendiendo, lo que se esconde es un aumento de la temporalidad en el empleo que ha crecido más de un 12 % en la última década y media", apuntan fuentes sindicales.

Correos, sin embargo, continúa asegurando que el desmantelamiento al que apuntan los principales sindicatos no es tal y que cada año la compañía postal se esfuerza en diversificar sus posibilidades de servicio para llegar a poblaciones a las que antes no llegaban. "El servicio de Correos está presente en todo el ámbito rural de Huelva y no se está cerrando ninguna oficina", afirman desde la empresa postal.

Según Correos, en la Sierra de Aracena actualmente existe servicio de reparto en todas las localidades y cuentan con cuatro oficinas técnicas en Santa Olalla de Cala, Aracena, Cortegana y Aroche y trece oficinas auxiliares rurales con atención al público en Higuera de la Sierra, Cala, Arroyomolinos de León, Zufre, Fuenteheridos, Alájar, Galaroza, El Repilado, Jabugo, Encinasola, Almonaster la Real, Cumbres Mayores y Rosal de la Frontera.