Estudio psicológico de Andreas Lubitz

Pilar Enjamio observa un trastorno profundo y grave de personalidad agravado con un estrés máximo por triplicado que acabó en la tragedia de los Alpes.

Los escasos datos de los que disponemos son ampliamente significativos para descubrir un transtorno grave y profundo de personalidad muy alejado de una neurosis depresiva normal caracterizada por un alejamiento vida laboral y mínimo interés por el mismo en el aseo, comida y relaciones, y si se da un intento de suicidio se daña a sí mismo, no a los demás. Iremos desgranando las piezas paso a paso. Sabemos que las psicosis tienen una etiología básica como es la base genética y el consumo drogas o alcohol, aunque también se estudia una base lesión o enfermedad neuropsicológica y Andreas acudía al neurólogo y al psiquiatra. Muchas psicosis están latentes en una fase prodrómica con pródromos o síntomas que preceden a una enfermedad que pueden durar años y son fácilmente confundibles con una depresión, pero cuando en ciertos momentos de la vida se da una exposición a una carga emocional profunda, llamada estrés máximo, imposible de controlar y de la que es imposible escapar, esa psicosis latente sale a la luz y se manifiesta.

Y aquí el estrés estaba al límite ante tres situaciones unidas, estrés por triplicado: la primera ruptura de una relación personal anulándose sus planes de boda; la segunda, el descubrimiento de una enfermedad, y la tercera, consecuente con la segunda, el temor a la pérdida de un trabajo que le apasionaba y por el que había luchado tanto, y no solamente no ascendería sino que ni siquiera lo ejercería mínimamente.

Se puede presumir de una esquizofrenia paranoide con alucinaciones auditivas, no terrores nocturnos como demuestran las voces interiores que quizás oía por las noches y se despertaba diciendo que el avión se caía, y quizás las mismas le indujeron a estrellar el avión. Muy significativa también la presencia de delirios de persecución o percepciones interiores anómalas de la realidad, como una especie de conspiración de todo el mundo contra él, de ahí su afirmación de que todos verían algo fuera de lo normal y su nombre quedaría grabado para la humanidad y que mejor sitio que en un lugar que el amaba como los Alpes y con ese componente psicótico de nula empatía y pena sabiendo su acción arrastraría un montón de muertes de seres inocentes.

Su conducta de hiperkinesia, hiperactividad, es contraria a la depresión y próxima a la esquizofrenia, esa agitación psicomotriz que paliaba con el deporte y los maratones, y en cuanto a la pérdida de visión puede tener dos causas. En el aspecto neuronal, la presencia de un tumor o enfermedad degenerativa, o uno de los efectos secundarios de los neurolépticos o antipsicóticos, como es la visión borrosa o aparente pérdida visual y los transtornos circulatorios, otro de los problemas de estas substancias que sí eliminan los delirios y alucinaciones auditivas y deberían tomarse de forma continua pero debido a que no se adaptan a todos por igual en algunos casos, creando esos efectos paradójicos contrarios de aumento nerviosismo e inestabilidad. O el ajuste de tratamiento en una fase inicial y por este motivo tienden a abandonar los tratamientos.

El copiloto no aceptaba su enfermedad, rompió el parte médico en trozos dada la evidencia de una baja necesaria que eliminaría de golpe su pasión por el vuelo, su vida. Otro de los rasgos de psicosis es el aislamiento social, como lo demostraba cuando Andreas iba al restaurante pero nunca se quedaba, llevaba la comida a su casa. En los delirios, los procesos mentales se disocian del yo, los pensamientos y acciones son controlados. Me atrevería a afirmar problemas escolares en la infancia, con acoso o no, no reduciéndose simplemente a la etapa de exámenes para pilotar un avión donde sus compañeros le adjudicaron un sobrenombre, y esto le afectó psíquicamente y la etapa actual era el recordatorio de esos problemas infantiles y adolescentes no superados. El mundo no lo valoraba y el quería demostrar al mundo su valía aún perdiendo la vida y provocándola a los demás, pero sus cenizas y su nombre quedarían grabados para siempre en una montaña de los Alpes, donde si tenía bellos recuerdos.

 

María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo