Las empresas onubenses ‘espían’ más a sus empleados con la crisis económica

Son más celosas con el dinero y se desprenden de los 'trabajadores malos', que fingen bajas laborales cuando se encuentran perfectamente, y para ello acuden a los detectives.

La crisis económica ha cambiado los modos de de gestión empresarial (en cuanto a las contrataciones y la calidad de las mismas), pero también ha acentuado de alguna manera la desconfianza de las empresas hacia sus trabajadores. Y no pocas veces aciertan.

Es aquí donde entra una figura esencial en este ‘espionaje’ vertical, la del detective, encargado de verificar las sospechas que tienen las empresas que piensan que sus empleados están engañando a los jefes. “La crisis ha incidido positiva y negativamente para el trabajo de los investigadores privados; por un lado, las tarifas han bajado drásticamente, pero por otro, desde el punto de vista laboral, muchos empresarios acuden a nosotros para desprenderse de los trabajadores malos”, aseguran desde Detectives Huelva.

¿Qué es un trabajador malo? Por norma general, y en el trabajo rutinario de un detective, es aquél que finge una baja cuando se encuentra en perfectas condiciones. La empresa cita casos llamativos, como el de “una chica que aseguraba tener un tobillo lesionado, que le impedía ir a trabajar”. El seguimiento, en este caso en la red social Facebook, desveló la realidad: “Colgaba en su perfil juergas de noche, con tacones muy grandes”. Por la misma vía han podido descubrir a supuestos enfermos o lesionados “montando en bicicleta, haciendo deporte, etcétera”.

Los sectores son de lo más variado, aunque destaca la hostelería y el sector servicios.

La crisis ha provocado que los empresarios sean muy celosos con estos casos. “Al principio daba un poco igual porque sobraba dinero; ahora que están más apretados, prefieren indagar y, si pueden, ahorrarse esos trabajadores”. Asimismo, señalan que “cuando acuden a los servicios de los detectives es porque se tienen fundadas sospechas”.

TIPOLOGÍA DE CASOS. Además de las bajas laborales fingidas, que ocupan cerca del 70% de los servicios que se contratan, también destacan los “asuntos matrimoniales”, especialmente en la modificación de medidas en casos de divorcio y separación, que implica manutenciones.

Por otro lado, han aumentado los fraudes a los seguros, con casos como robos en locales fingidos, o también “accidentes exagerados, en los que están implicadas más personas de la cuenta”.

Y, por supuesto, las infidelidades. Nunca faltarán trabajos de este tipo para los investigadores privados. La desconfianza de las parejas (matrimoniales o no) da pie a la contratación de detectives para averiguar si existen ‘affaires’. Son más mujeres que hombres quienes acuden a estos servicios, aunque “no muchos más que hombres”, y de la experiencia de esta empresa sacan una conclusión: “La mujer disimula mejor cuando es infiel que el hombre”.