El caso del pequeño José Antonio Garrido cuadruplica los donantes de médula

El llamamiento del mundo del fútbol y de los medios de comunicación para ayudar al niño de Gibraleón ha hecho que las donaciones hayan alcanzado las 3.073 en once meses

Los donantes de médula ósea en la provincia se han multiplicado por cuatro en un año gracias en gran parte al llamamiento de la familia de José Antonio Garrido, un niño de 12 años de Gibraleón enfermo de leucemia que precisa un trasplante de médula. De enero hasta noviembre han sido 3.073 las personas que se han ofrecido como donantes, y tan sólo en el último mes la cifra ha alcanzado los 648 voluntarios, casi tanto como en los once meses del año anterior, cuando el número de donaciones fue de 671.

El técnico de promoción del Centro de Transfusión Sanguínea de Huelva, Pedro Pajaro, destaca el efecto que el caso de José Antonio Garrido ha causado en las donaciones: "Se ha notado mucho el llamamiento del niño de Gibraleón, cada vez que los medios de comunicación y las redes sociales se hacen eco de algún caso concreto, como el del joven malagueño Pablo Ráez, se produce un aumento considerable de los donantes, pero el gran desencadenante ha sido el caso de José Antonio Garrido". "De hecho, en las últimas semanas se han recibido entre 40 y 70 donantes diarios", explica Pajaro, quien insiste en que las donaciones son indoloras, voluntarias y no remuneradas y que el donante no puede elegir quién recibe su médula, entre otras razones por una cuestión de incompatibilidad.

Para que una médula sea compatible con un enfermo intervienen diferentes factores, de ahí que puedan tardar hasta 10 años en llamar a un donante o no llamarlo nunca -por eso la edad máxima para donar son los 55 años en vez de los 65 para los donantes de sangre-.

Pero José Antonio Garrido y su familia están esperanzados en que su hermana, de 19 años, sea compatible y pueda convertirse en la donante de la esperada médula. Precisamente este lunes se sabrán los resultados de las pruebas de compatibilidad. La madre de José Antonio, Eugenia Casado, señala que si su hermana fuera menor que el niño "las posibilidades de ser compatibles serían mayores". De no encontrar una médula ya, el pequeño tendrá que pasar las Navidades ingresado para recibir un tratamiento.

Casado apunta a diariodehuelva.es que este lunes llega un autobús a Gibraleón para captar más donantes "y el cupo ya está cubierto". Tal ha sido la repercusión del caso, en la que ha tenido mucho que ver el llamamiento del jugador del Betis Joaquín Sánchez a través de un vídeo en las redes sociales. "La ayuda de Joaquín ha sido muy importante -sostiene Casado-, mi hijo le llama el tito Joaquín". Pero la madre de José Antonio también agradece el apoyo de "Iniesta, el Recre, el Sevilla, el Betis, el Isla Cristina, el San Roque de Lepe...; así como de los numerosos medios de comunicación, del Ayuntamiento y de las hermandades de Gibraleón, que se han volcado con el caso". "Les agradezco en el alma todo lo que están haciendo por mi hijo y les pido por favor que se hagan donantes de médula porque se pueden salvar muchas vidas", apunta con emoción Casado.

El pasado viernes, José Antonio obtuvo también el calor de su clase. Sus compañeros y profesores le recibieron en el parque con una pancarta para darle ánimos. "Es que es un niño que se gana a todo el mundo -cuenta orgullosa su madre-, ahora es él quien nos anima a nosotros, es muy fuerte". Y es verdad. Él dice sentirse bien: "Espero conseguir una médula con toda la gente que me está ayudando".

A José Antonio le encanta el fútbol, en especial el Barcelona y el Recre, aunque ya se siente de todos los equipos que le están apoyando. De mayor le gustaría ser futbolista, si bien no se atreve a decir un equipo concreto. Para el año que viene formula un deseo: "Curarme y pasarlo lo mejor posible". Ese es el deseo de todos. Y por eso ha logrado remover conciencias y despertar la solidaridad de muchos.