El Carnaval o el fluir de la verdadera identidad

Disfraces, usurpación de identidades, nuevos esquemas mentales, complejos, y la acción terapéutica de la fiesta.

Carnaval, máscaras, disfraz, usurpación momentánea de identidades con la consecución de un alivio pasajero pero intensísimo de complejos y frustraciones. Es innegable su acción terapéutica en multitud de parcelas desde un alivio de depresión tanto de causa exógena como endógena y comienzo de curación gracias a esa terapia ocupacional de preparación de disfraces, carrozas, chirigotas, con ese sentido del humor que las caracteriza en una costumbre y cultura tan arraigadas en muchas regiones como Las Palmas o Tenerife, Islas Canarias con la elección de su reina o su 'drag queen' con unas creaciones de gran perfección y laboriosidad, pero sin olvidar las chirigotas de Cádiz que tanto para sus autores como al que las escucha se suma una doble terapia, no sólo la ocupacional en los verdaderos actores en el escenario sino la risoterapia con sus más que demostrables efectos benéficos de elevación de la serotonina eliminando la angustia y depresión. Ahora vayamos a la actividad teatral como actividad complementaria o hobby, funciona exactamente igual que las identidades ocultas, en ese nuevo personaje que se cree al máximo se vencen los miedos de la auténtica personalidad oculta bajo esa máscara de otra personalidad. Bajo  ese  disfraz de médico se oculta ese médico que te  recuerda una etapa traumática en tu vida que permanece ahí sin olvidar del todo aunque lo pretendas,  pero cuando a través de esa bata clínica tu ejerces el mando y la dirección y no otro sobre ti, se produce un alivio de frustraciones sin consecuencias mayores . Modelo por un día, científico, escritor, abogado, juez, ¿por qué no si son instantes de magia y felicidad a través de un esquema mental nuevo? Ser el ídolo al que admiras, VIVIR OTRAS VIDAS, volviendo a la monotonía, a la realidad pero iniciándose algo muy importante interiormente, de la oscuridad y los miedos se da paso a la óptica e esa bombilla, de esa luz que se enciende muy adentro a nivel cerebral afirmando la posibilidad de dar un nuevo paso en la vida que nos permita avanzar y no anclarnos en lagunas de complejos, frustraciones pasadas, y recordar somos seres únicos, diferentes e insustituibles con nuestra verdad y no tenemos que parecernos a nadie ni fijarnos en el modelo sino ser el modelo en nuestra esfera vital.

 

María Pilar Enjamio Furelos. Psicólogo