Desayuno, ducha y ocio en el centro de Puertas Abiertas

Cáritas Diocesana trata de cubrir las necesidades básicas de las personas sin hogar de Huelva. Para ello, dispone de un centro de Puertas Abiertas, ubicado en la calle Dr. Cantero Cuadrado, donde atiende en horario de mañana y de lunes a viernes a las personas que no tienen un lugar donde asearse, donde desayunar o, simplemente, donde compartir su tiempo libre con otras personas.

El centro de Puertas Abiertas permanece abierto de 9.30 a 12.30 horas y da cobertura a algunas de las necesidades básicas de las personas sin hogar hasta que éstas se van a almorzar al comedor social. Así, cuenta con una cafetería donde pueden desayunar de forma gratuita, dispone de un servicio de ducha que les permite asearse una media de dos veces por semana, tiene armario donde solicitar ropa cuando lo necesiten, un servicio de lavandería para lavar su ropa, así como una sala donde ver películas o acceder a Internet. Además de todo esto, desde hace tres años cuenta con un servicio de peluquería, donde poder cortarse el pelo y afeitarse. Cosas que sin la labor de Cáritas sería impensable.

Nuria Martín es religiosa de la Congregación Hermanas del Ángel de la Guarda y voluntaria de peluquería en Cáritas. Es ella la que se encarga de atender a las personas sin hogar que acuden al centro de Puertas Abiertas de Cáritas para cortarse el pelo, y fue ella misma la que propuso este servicio. “Llamé a Cáritas y les comenté que era peluquera y que quería colaborar con ellos. Me dijeron que estaban pensando dar un servicio de peluquería y desde entonces estoy aquí”, cuenta. Nuria acude una vez por semana y atiende, mediante cita previa, a las personas que lo necesiten. Tal y como relata, este servicio “permite que las personas sin hogar tengan una vida lo más normalizada posible, ellos se ven mejor y eso hace que se sientan mejor y tengan otra actitud ante la situación que viven”. En este tiempo en Cáritas, Nuria se ha encontrado de todo, desde casos más descuidados hasta personas que llegan con piojos y hay que realizarle un tratamiento especial, hasta el punto de tener en ocasiones que raparles la cabeza. Sin su ayuda, esto no sería posible.

En Cáritas, Nuria se siente feliz por poder ayudar a los demás. “Es muy gratificante ver cómo con lo que soy puedo ayudar a los demás y hacer que se sientan mejor, y al final recibes más de lo que das”, afirma. Una sensación con la que coinciden la mayoría de los voluntarios. De ahí que Nuria haga un llamamiento a los onubenses para que colaboren: “No es cuestión de dinero, también se puede ayudar con tiempo, y cada uno puede aportar el tiempo que quiera y pueda, hay muchas formas de ayudar, con tu compañía, metiéndote en su realidad y estando con ellos se consigue mucho, y esto lo puede hacer cualquier persona”.