Cholo, ejemplo de superación

Quien tiene dinero, compra una mascota.
Quien tiene corazón, la adopta.
Quien no tiene alma, la abandona.

Cholo es un grifón de Bohemia de tamaño mediano, de unos dos años de edad y una historia que es fuente de inspiración para quienes tenemos la suerte de conocerlo. Y es que Cholo es un verdadero ejemplo de superación y ganas de vivir. Por ello, le hemos puesto el sobrenombre de “campeón”.

 

            Supimos de Cholo el pasado cinco de octubre cuando un ciclista comunicó a la protectora que había visto un perro que agonizaba en una cuneta. De inmediato, fue trasladado al veterinario de guardia, quien nos informó de un cuadro clínico que no podría ser más desolador: cinco fracturas en pubis y cadera, varias contusiones y luxaciones, erliquia, tenia, sarna demodécica y una fuerte anemia. En definitiva, era casi un milagro que siguiera con vida. Por si esto fuera poco, le habían cortado las orejas. Lamentablemente, la sádica costumbre entre los dueños de rehalas de cortar las orejas del perro con una tijera o cuchillo de caza para “marcarlo” como mal cazador antes de abandonarlo es una atrocidad bastante extendida en estas tierras. El maltrato que supuso la mutilación de las orejas fue seguido de un abandono que puso en peligro la vida de Cholo. La desnutrición y los parásitos no podemos afirmar si los tenía antes o después del abandono, pero, en todo caso, el desalmado que lo maltrató y abandonó, de existir suficiente prueba de cargo, “debería” ser condenado como autor responsable de dos faltas, una por abandono de animal (tipificada en el artículo 631.2 del código penal) y otra por maltrato animal (del artículo 632.2 del CP), ya que dado el lamentable estado de salud de Cholo y los cortes con cuchillo en las orejas resulta evidente que ya antes del abandono le faltaban los más mínimos cuidados que una mascota debe recibir de sus amos.

 

            Y si bien es verdad que Cholo fue encontrado al borde de la muerte en una cuneta con unas lesiones que tal vez fueran producidas por un atropello fortuito, lo cierto es que el resto del cuadro clínico que presentaba da signos y pruebas más que evidentes de que había sido víctima de maltrato y de clara omisión de los debidos cuidados que han de dispensarse a un animal de compañía, con lo que el maltrato inferido podría encuadrarse como delito (del artículo 337 del código penal) y por ende castigar al autor a una pena que oscila entre los tres meses y un año de prisión. Esto es así porque la ley establece que existe la obligación moral de todo propietario de animal de cuidar de sus animales de compañía o domésticos, así como de dispensarles la asistencia precisa para permitir su vida e integridad, y que se prohíben y sancionan los supuestos de abandono que pongan en peligro la vida e integridad de los animales.

            En todo caso, bien como delito o como falta, la ley permite exigir al responsable el abono de los daños y perjuicios causados por sus acciones u omisiones, lo que en el caso de Cholo supondría el pago de todos los gastos invertidos en su sanación desde las intervenciones quirúrgicas, las radiografías, los gastos farmacéuticos e incluso los invertidos en su rehabilitación. Quizá baste con decir que Cholo precisó de metadona para paliar el dolor que tuvo que soportar tras las dos intervenciones quirúrgicas a las que se vio sometido, que ha de seguir una rehabilitación diaria en el agua y que ha de tomar medicación durante varios meses para recuperarse, aunque sabemos que las heridas del alma siempre quedarán ahí.

            Por ello, todos los voluntarios que hemos cooperado en la recuperación física y anímica de Cholo pedimos la colaboración ciudadana a fin de poder identificar y denunciar al maltratador/es, con el objetivo de hacer que la justicia se encargue de que reciban su castigo y que además sean condenados a abonar el coste de todos los gastos sanitarios.

            Afortunadamente, Cholo ya se encuentra bastante recuperado. Ha superado la mayoría de sus enfermedades y cada día camina mejor, aunque todavía se cansa al hacerlo. Los daños físicos y morales que ha padecido a manos de su antiguo dueño le han dejado profundas heridas psicológicas que se hacen evidentes en sus numerosos miedos. Por suerte, también se está recuperando lentamente de estos traumas. Día a día va ganando un poco más de confianza en los humanos y se está convirtiendo en un perro extremadamente agradecido. Cholo es sumamente limpio y obediente, y pronto estará listo para ser adoptado. Puesto que se trata de un caso muy especial buscamos para él una familia integrada por personas responsables que puedan entender el infierno que ha pasado y tengan toda la paciencia que exige un caso tan delicado como este.

            Si deseas adoptar a Cholo, mándanos un correo electrónico a protectoradeayamonte@gmail.comexponiendo los motivos por los que estás interesado en él.

            Si reconoces a Cholo en las fotografías y sabes quién fue su antiguo dueño, por favor, ponte en contacto con nosotros a través de nuestro correo electrónico. Gracias.

            Y para saber más sobre la Protectora de Animales y Plantas de Ayamonte, visita:

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www.protectoradeayamonte.org