El alcalde ahoga un movimiento vecinal condenado a la “quiebra”
El Ayuntamiento arrastra una deuda de más de 150.000 euros con la Federación Tartessos, al borde de la desaparición, mientras recibe préstamos bancarios millonarios.
El movimiento vecinal en la ciudad de Huelva no está atravesando en la actualidad un buen momento precisamente. Hace cuatro años, con la revalidada mayoría absoluta del Partido Popular, con Pedro Rodríguez a la cabeza, los compromisos trasladados al movimiento vecinal (representado en las dos federaciones más importantes, Saltés y Tartessos) contentaron al mismo.
Sin embargo, esta legislatura, que ya afronta su recta final, ha estado marcada por el descontento de las asociaciones, no sólo por la discriminación más que evidente de muchas barriadas (el centro, la excepción siempre) en materia de actuaciones, sino también por la situación límite a la que han llegado a causa de los incumplimientos del Consistorio.
Un claro ejemplo de esta situación límite es el de la Federación de Asociaciones de Vecinos Tartessos, cuya supervivencia está ahora mismo en cuestión. Así lo ha lamentado el vicepresidente de Tartessos, Rafael González Minayo, que no ha dudado en afirmar que la federación está “al borde de la quiebra” y “corre el riesgo de desaparecer” debido a la ingente deuda que arrastra el Ayuntamiento con la federación.
Y es que el montante adeudado por el Consistorio supera ya los 150.000 euros, y ha quedado de manifiesto que el equipo de gobierno “no ha cumplido su palabra”. Desde el Consistorio, una y otra vez han asegurado que “cuando tengan dinero, pagan”. La realidad es que, a pesar de los millonarios bancarios préstamos concedidos al Ayuntamiento de Huelva, la situación de las asociaciones de vecinos en nada ha cambiado.
“En 2013 tuvimos que despedir a las dos trabajadoras de la sede, e incluso tuvimos que pedir una póliza al banco para poder pagarles, ya que denunciaron, en todo su derecho”, recuerda Minayo, que afirma: “No tenemos trabajadores ahora”.
La federación, que no ha dejado de lado la implicación con las asociaciones, arrastra desde casi un lustro esta situación, y el vicepresidente de Tartessos señala que esta situación “repercute en todos los integrantes y la plantilla”, e indica que “en estos momentos tenemos un local de la Junta de Andalucía, cuyo alquiler ni siquiera estamos pagando, porque no podemos; todo el dinero que hemos podido tener ha sido para luz y agua”. Y avisa: “Pronto no tendremos ni para pagar eso, no tenemos dinero”.
Rafael Minayo entiende que el escenario de crisis económica no es cómodo para la gestión económica del Ayuntamiento, pero critica que, a pesar de los años que han transcurrido, no se haya puesto solución alguna al problema. Y esto ha llevado a situaciones tales como que Tartessos haya tenido incluso que devolver el dinero de la Junta de Andalucía (360.000 euros) para realizar un taller de empleo “que habría dado trabajo durante un año a personal técnico, directora, administradora, etcétera”.
A pocos meses ya de las municipales, lo cierto es que el equipo de gobierno tiene varias asignaturas pendientes, además de los no pocos compromisos electorales incumplidos, y entre ellas está la misma supervivencia del movimiento vecinal.
Pocos amigos se está ganando el PP de Pedro Rodríguez de cara a los comicios, con una política vecinal que, a priori, sólo parece favorecer a las calles del centro, sobre todo en cuanto a mantenimiento, limpieza e inversión (como los toldos) se refiere.