Adolescente menor agresor, ¿acaso un inadaptado?
La psicóloga María Pilar Enjamio realiza un análisis del presunto autor del apuñalamiento mortal a un joven de 29 años en la calle Gonzalo de Berceo de la capital onubense.
La agresividad de un menor hacia otra persona, en este caso aún menor, puede tener muchos motivos u origenes.
Hay que descartar una base genética o de psicopatología, que pueda ser un síndrome post traumático después de un accidente o de una lesión; o que se haya detectado desde el nacimiento. No olvidemos que muchas de estas conductas agresivas son fruto del consumo de drogas o substancias que crean innumerables desequilibrios psíquicos y de personalidad. Pero un factor importantísimo es la educación, así como el contexto o ambiente en el que se desarrolla el menor.
Es vital y trascendental establecer pautas de conducta y normas a partir de edades muy tempranas, y así serán interiorizadas y sabrán que su libertad termina donde empieza la del otro, y que hay unas normas de convivencia y respeto hacia sus superiores y semejantes.
Este presunto agresor de 16 años, con ensañamiento, clavó repetidas veces un destornillador en el tórax de un joven 29 años, por lo que se me antoja un inadaptado social. Inadaptación en la sociedad, en la familia, en los estudios y una frustración e insatisfacción consigo mismo y con su vida.
Quizás un acto banal o simple entre estos dos jóvenes, como puede ser una relación de amistad con una misma chica o los celos o cualquier frase o comentario... todo lo magnifican y lo consideran una agresión brutal ya que su mente enferma se lo hace ver así.
Por todo ello, urge una ley del menor y que el gobierno otorgue una mayor importancia a la educación y a las terapias de problemáticas desde el inicio para que la prevención funcione.
El juez de Menores ha ordenado el internamiento del presunto agresor, pero no debemos olvidar que hay muchos jóvenes con desviaciones o comportamientos similares y la modificación de la conducta se realiza desde los orígenes con la implicación de la familia, los terapeutas y el menor inadaptado. Así se evitará el dolor de una familia que no encuentra explicación a lo sucedido y para la que ningún argumento es válido.
Maria Pilar Enjamio, psicóloga