Las malas tentaciones
El africano, practicante de la religión islámica, que estaba cumpliendo el Ramadán, un mes sagrado para los musulmanes que implica, entre otras cosas, un riguroso ayuno desde el alba hasta la puesta del sol (bebida, alimentos y sexo), fue tentado por aquellos atractivos pechos, incumpliendo este último precepto del Ramadán, o al menos incitado a ello.
La persona que ayuna debe alejarse de todo aquello que pueda provocar el deseo, y debe rechazar todos los malos pensamientos que lleguen a su mente. Sin embargo, él parecía estar estimulando cada vez más su apetito sexual, pues su mirada era ya fija y penetrante. La chica estaba algo molesta con aquella descarada mirada que se estaba convirtiendo en un auténtico hostigamiento; y ni corta ni perezosa, se dirigió a él con una justificada actitud violenta, y le dijo: "¿Estás cumpliendo el ayuno del Ramadán?" El africano respondió afirmativamente sin levantar la vista del escote. "¡Pues las tetas no se pueden mirar hasta la noche!", respondió ella, dándole la espalda de inmediato.
De la mirada al pecado hay un paso muy corto, e ignoro hasta dónde llegaron las malas tentaciones del africano, y si rompió la disciplina del Ramadán incumpliendo el ayuno sexual. Según la ley islámica, si una persona eyacula durante el día en Ramadán por algo que podría haber evitado, como tocar o mirar mucho a una mujer, debe arrepentirse ante Alá y ayunar el resto del día, debiendo recuperar más adelante el ayuno de ese día vulnerado. El ser humano es débil y a veces las malas tentaciones no se pueden evitar. En fin…