Tania Kravtsiv. El rostro angelical que perturba el objetivo

Para conocer a esta bella y joven mujer hay que mirarla a sus ojos un tanto desconcertantes y misteriosos, de un marrón claro veteado por matices extrañamente claros, para ver en ella a una hermosa criatura venida de ese país llamado Ucrania y concretamente de la localidad de Ivano-Frankivsk. En esta ciudad del Este que ella reconoce como muy oscura, gris y de gente fría, pasó los primeros quince años de su vida rodeada de su hermana pequeña, su abuela y su tía. Los padres habían venido a España, a Huelva en concreto, a buscar un porvenir más cierto y seguro para lo suyos que el de su tierra sumida en el desconcierto propio de la independencia. Extraño este país y sumamente extraña la historia de esta población, Ivano-Frankivsk, de nombre Stanislawów, por su creación por parte de la familia polaca Potocki en 1.662 como fortaleza contra los Tártaros y como punto de apoyo a los enlaces económicos de la misma en Galitzia. Ha sido por historia una especie de moneda de cambio, pues en 1.919 fue entregada a Polonia y veinte años más tarde pasó a formar parte de la extinta U.R.S.S., para pasar durante el cuatrienio de 1.941-1.944 a la Alemania nazi y ser recuperada por los Soviéticos hasta el año 1.991.

Su infancia y primera juventud la pasa entre la escuela y la calle. Esas calles e iglesias que, a pesar de ser restauradas por los muchos ataques sufridos en su breve historia, siguen dominadas por el esplendor sobrio del Renacimiento. Parece sonarle todo aquello como lejano y sin embargo no ha pasado aún una década desde que llegó a nuestro país y a nuestra ciudad, de la que nada conocía y le decían ingenuamente que era como una especie de Miami. Es ahora, no obstante, cuando valora con algo de nostalgia , sus bosques de robles, hayas y abetos blancos. Bosques protectores de especies como el ciervo, los corzos, los zorros y lobos y los osos pardos y nuestros conocidos linces. Y lo que en un principio creía que eran muchas veredas de agua por todas partes ahora los sueña como los ríos, tan importantes como el Dniester y el Prust con sus más de quince afluentes entre ambos, que regaban y enriquecían a una tierra cuya economía inicialmente se basa en la construcción de maquinarias y la industria maderera, química y ligera.

Pero pasa el tiempo y atrás quedan los paseos con su pandilla de amigos por La Stometrivka o zona peatonal de paseo de la ciudad o del Sherchenko City Park. Y desgraciadamente también sus clases de teatro. Desde su infancia, dentro del programa educativo escolar, el teatro acapara una gran atención por el Estado y nuestra Tanía Kravtsiv se entrega en cuerpo y alma a él interpretando los más diferentes papeles, desde princesa hasta mendigo, de muchas novelas y obras de teatro. Incluso hizo en múltiples ocasiones de presentadora de actos y eventos. Posiblemente de ese embrión original por el arte le viene la posterior afición por interpretar ante el objetivo de una cámara fotográfica.

Una vez en nuestra tierra Tania sufre un grave problema de adaptación. El idioma se convierte en una barrera de difícil solución para la comunicación. Se lleva prácticamente un año encerrada en su casa estudiando el idioma y soñando con aquél país gris que dejó atrás y posiblemente hasta en algún amigo especial. Tenía dieciseis años y toda una formación vital por delante. Al final se matricula en el instituto de El Alto Conquero y aún recuerda con una sonrisa marcada de emotividad en sus carnosos labios siempre pintados de rojo pasión, el primer día de clase cuando el director del centro la llevó hasta su aula para presentarle personalmente a sus nuevos compañeros. La aceptación fue cálida y pronto congeniaron e hicieron todo lo posible por ayudarla en el aprendizaje del idioma. Idioma, que aún hoy a sus veinticinco años, la delata como extranjera y la hace pausada en el hablar, midiendo las palabras y construyendo las frases.

Todo era nuevo y distinto para ella. Hasta le resultaba extraña la costumbre de darse dos besos cuando le presentaban a alguien. Una cordialidad que consideraba exagerada viniendo de un país de relaciones frías y distantes. Y ella sabe que hasta que no conoce a la persona es muy reservada y mantiene una distancia cortés. Sin embargo, es una persona muy observadora y amante de la belleza y esto hizo que se enamorara profundamente del cuadro que cada día le ofrecía la salida de su instituto. El Conquero en toda su plenitud. Bien por la mañana o bien a la caída de la tarde cuando la marisma y el correr tranquilo del Odiel se torna de color anaranjado difuminando a su antojo el celeste limpio del cielo imponente. En el 2011 entra en la Universidad de Huelva matriculándose en Administración y Finanzas de las que les queda asignaturas sueltas para poder licenciarse. De nuevo aquí, en la licenciatura, el idioma ha sido una traba importante para haber podido avanzar más rápido académicamente, pues le cuesta mucho trabajo comprender los términos técnicos.

Hasta aquí lo que podíamos denominar un conocimiento básico y general de nuestra entrevistada, Tania Kravtsiv. Seguramente que dentro de unos años hablaremos de ella como una gran profesional de las finanzas pero hoy en día en lo Tania destaca es en el mundo del modelaje y de la moda. Esta, la moda, no le quita el sueño. Sólo ha hecho una pasarela en su vida y dice que no hará más. Lo suyo es la imagen. Enfrentarse a la cámara, atraérsela, enamorarla para enamorar. La moda en cuanto vestimentas, no le interesa más que por su trabajo, aunque ella le llame hobby, y es muy sencilla en este sentido. Es amante de las formas minimalistas y rectas, de los colores claros. Por ello en verano suele usar vestidos acampanados y en invierno abrigos rectos de línea conservadora.

Su primer casting fotográfico lo realiza con la diseñadora Yasuri Mayari para la ópera prima que nuestra gran artista del diseño presentó en el palacio de Mora Claros. Se metió en el mundo de la vanguardia artística de la fotografía a través de posar para los alumnos de la Escuela León Ortega. Con ellos y de ello aprendió mucho, la técnica, la experiencia. Estar delante de una cámara es algo más que posar, es mantener una discusión con ésta, a veces cruda otras feliz. Fue un tiempo en el que se sintió como una reina, solicitada por todos y admirada como una estrella. Pero era un trabajo cansado y al final un poco reiterativo. Decidió alejarse un tanto de esta ambiente de locura colectiva y realizar solo algunas sesiones básicas.

Sin embargo, Tania Kravtsiv es una mujer con los pies en la tierra. Dice que a su edad no puede esperar mirlos blancos en tus tejados y que su futuro se encuentra en el mundo de las finanzas, que por eso estas actuaciones suyas las considera como hobby pero reconoce que si se lo hubiera tomado en serio lo suyo con la fotografía tendría hoy en día otros derroteros muy distintos.

Aún así no puede quejarse. Trabajo no le falta. Proyectos menos. Entre sus últimas labores se encuentra un spot publicitario para un hotel de Islantilla de la cadena hotelera Ilunion, a través de una productora madrileña. También ha realizados carteles de imágenes para la Escuela de la Ilustración , para la Junta de Andalucía con el programa CADE. La Diputación de Huelva también pensó en ella para un programa promocional de Huelva Destino realizado por Bis Agencia Multimedia, editora de la revista “Siente Huelva”.

También ha sido portada para la revista MacToday. Es aquí donde se puede apreciar ya la experiencia y la fuerza de Tania. Ha dejado de ser una modelo de fotografía al uso para convertirse en una modelo camaleónica, en una profesional de la fotografía artística, donde cada instantánea refleja a una persona distinta. Tan diferente que en el resultado final de muchas de ellas no se reconoce ni ella misma.

En ese afán de superación y progresión entra en su vida profesional el objetivo mágico y creativo de un joven artista onubense Joaki Pérez y desde el principio se entienden a las mil maravillas hasta el punto de trabajar única y exclusivamente para y con él. Era lo que estaba buscando. Tienen las mismas ideas y buscan algo distinto. Tratan temas diversos y diferentes. Fotografían visiones y representan sueños, imágenes abstractas o reales pero siempre dentro de un contexto progresista que no irreverente. Prueba de ello es esta fotografía que presento en la que vemos a Tania Kravtsiv representado la imagen de una Virgen en su dolor. Para mi gusto una auténtica obra de arte.

Tania y Joaky han formado un equipo perfecto, rico en calidad y creatividad. Y es de la que dice que el arte no está reñido con nada. Y no le falta razón. Mientras exista la magia entre ambos, mientras dure ese duende juguetón e invisible de la inspiración no hay diferencia entre hobby y trabajo porque el arte siempre es y debe ser una mezcla de divertimento y seriedad profesional.

Hace más de dos horas que estamos hablando y ya nos hemos metido incluso en proyectos futuros. Pero eso es otro cantar. Lo cierto es que el sol canicular ya se desploma sobre nosotros cuando ella me dice que cuando toma confianza no hay quién la pare. Y me alegro de ello pues en un verdadero placer hablar con esta mujer. Aún tiene tiempo para decirme que le encanta nuestra ciudad, Huelva, que ya se siente una más de ella. ¡Quién se lo iba a decir! Le gustan sus calles repletas de gente por la tarde, animadas y festivas. Sentadas en las terraza de los bares o entrando y saliendo de las tiendas. O simplemente paseando apelmazados por la calle Concepción. Se siente urbana ante todo. Entre sus aficiones, cosa lógica, están ver fotografías, libros de fotografías o álbumes de fotografías de otros. Hace deporte solo por sentirse bien, para desconectar, no por mantener el cuerpo, no tiene problemas de ese tipo y nunca ha llevado un régimen alimenticio.

Al final el calor puede con nosotros y nos levantamos de nuestro velador en Le Petit Café. De pie se puede analizar en su toda su grandeza la esplendorosa belleza de esta ucraniana de ciento setenta centímetros de altura, melena rica y frondosa, cuerpo selecto y cara angelical. Y sus ojos,¡ay sus ojos! Sus ojos son los directores de una mirada que solo ella domina y que juega con el observado a su antojo. Le queda tiempo para decirme que no piensa por ahora en tener una relación y ni mucho menos hijos, aunque le encantan. Se siente independiente y liberal. Y yo la siento y la veo madura, inteligente y bella. Gracias, Tania.

Si queréis ver el enlace de Tania Kravtsiv ir a http://www.litmind.com/taniakravtsiv.

Por Miguel Ángel Velasco