Modesto García-Ferriol. Un corazón dividido entre la sanidad y la empresa

Siempre existen razones o causas, objetivas o subjetivas, que determinan en cierta manera nuestro quehacer profesional futuro. De niño nos gusta ser de mayor igual que nuestro héroe, que nuestro padre o madre para seguir la tradición familiar o aquello que en un momento dado nos ha llamado la atención.

En la Cartaya de finales de los cincuenta la niñez resultaba feliz sólo ya por nacer en este paradisiaco lugar. Cartaya, fundada por el marqués D. Pedro de Zúñiga en el estuario del rio Piedras y cuya nombre proviene del la palabra fenicia Carteia que significa Ciudad, a pesar de su rica historia, sigue conservando el sabor agrícola y marinero de esta bien datada localidad de los siglos XV en adelante. La infancia de Modesto García-Ferriol es idéntica a la de los demás niños del pùeblo y de los otros lindantes. Estudia primaria en Los Grupos Escolares y, posteriormente, bachiller en el instituto Rafael Reyes, en honor al personaje que realizó el primer diccionario francés-español A estas alturas, Modesto tiene en su mente ser en el futuro lo mismo que pensaba de pequeño. Quería ser empresario a diferencia de su padre profesor de matemáticas, y de sus hermanos . Uno Ingeniero Técnico Industrial y otro Economista. La pequeña es chicaPero Modesto García-Ferriol ha tenido siempre las ideas muy claras. Es metódico, planificador y sabe en todo momento lo que quiere y analiza cómo debe de hacerlo. Por aquél entonces se regula la normativa universitaria con respecto a los antiguos enfermeros, se convierte en diplomatura con las exigencias de estar en posesión de C.O.U y la correspondiente Selectividad, y no se lo piensa dos veces. Era otro mundo muy atractivo para él y que a la postre le va a dar como resultado su estado actual. La España de mediados de los setentas es una España nueva e incierta. Los jóvenes la miran con esperanza y recelo a un oscuro incierto, a la vez. Modesto veranea en la playa de Cartaya, El Rompido, y por esa edad ya sale con su novia de toda la vida. Pero es verano y desea consultar con ella una decisión que afecta al futuro mediato de la joven pareja. El problema está que ella, caso extraño hasta cierto punto, siendo también de Cartaya, veranea en la localidad de La Antilla. Modesto, acostumbrado ya a esos kilómetros de distancia, se va a la playa cercana al Puerto del Terrón, para exponerle a Consuelo Isla su plan. Se presentaría en Cádiz al examen de acceso previo a la nueva diplomatúra en Enfermería y haría la Carrera, tres años. Conso, como él la llama, escucha la noticia como un mazazo en su corazón.
Desde la primera pandilla había estado con él y nunca se habían separados.  Pero se querían y los sueños pensados y soñados tenían que pasar irrenunciablemente por esa temporal distancia.
La sanidad española estaba anquilosada y sujeta  a una reglamentación decimonónica a través del fenecido Instituto Nacional de La Previsión y que con el nacimiento del nuevo Ministerio de Sanidad y Seguridad social se reestructura en tres grandes bloques, Instituto Nacional de La Salud, Instituto Nacional de La Seguridad Social e Instituto Nacional de Servicios sociales, con la idea de modernizar el mapa sanitario Español. Y con ello se produce la explosión de los hospitales como cooperantes necesarios y concertados de este nuevo diseño. Modesto Garcia-Ferriol no pierde el tiempo en la atractiva y bonita Tacita de La Plata y, tal y como le prometió a Consuelo Isla, salió en la I Promoción de Diplomados en Enfermería. Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, y con su curriculo académico, no tuvo problemas en encontrar su primer trabajo en la Clínica San Vicente de Huelva que por aquellos entonces era algo así como una escuela de profesionales..Poco tiempo después comparte este trabajo con idéntica labor en la Mutua Profesional La Fraternidad. Tiene hambre de hacerse un hueco laboral, de crearse y crecer y aprovecha todos los recursos que la nueva situación le pone en el camino. Es tiempo pasado, pero hoy se emociona y su sonrisa se suaviza evocadora cuando piensa en sus antiguos y primeros compañeros. A Tomás y Pedro Delgado, a los que considera sus maestros y dos monstruos de la enfermería. A enfermeras como Rocío Villa, Rocío Hermoso o Teresa Reyes. Todos y cada uno de ellos, desde el primer facultativo hasta la telefonista, pasando por las auxiliares, forman parte de ese recuerdo que solamente conservan los corazones sanos y agradecidos.
Y en esta situación se mantiene hasta el nuevo siglo habiendo aprendido con verdadera habidez profesional todos los secretos sobre la Traumatología que paciente y diariamente le enseñaba el gran especialista Teodoro de Vega, en La Fraternidad. Su ingreso en el Hospital le lleva al Centro Periférico de Hemodiálisis. En ésta época es cuando conoce a José Fern´ndez de Córdoba Cañavate, Sebastián Vázquez, Manuel Cabral o Panchi Zalvidez, que formaran parte importante en su posterior e inmediato devenir profesional En esa ruleta laboral pasa al Hospital Manuel Lois y posteriormente al Juan Ramón Jimenez, siempre adscrito al Servicio de Urgencias de Lepe, Cartaya y Ayamonte de Hemodiálisis. En la década de los noventas se presta especial atención sanitaria a la Diálisis concertada por la Seguridad Social con otros centro privados. Y aquí renace la figura empresarial de Modesto García-Ferriol. Ve que es el momento para dar un primer paso, o una primera iniciativa, de poder llevar su profesión al mundo de lo autónomo o societario. Por ello, junto con  los compañeros anteriormente citados y Enrique de Porras, crean la empresa “Enfermería Onubense” que tiene un objeto social puramente técnico y de prestación de servicios de enfermería sanitaria. Y la idea maduró y el éxito empresarial se garantizó de tal forma que se amplió con conciertos en Sevilla, Cádiz, Jaén, Málaga, Cataluña y Galicia.

Modesto comienza a hacer realidad su sueño de niño, ser empresario. Y es esa mentalidad innata que posee la que le hace darse cuenta de las posibilidades que tiene, después de la experiencia que atesoran todos, de montar en el año 2000 un centro de prevención sanitaria. Dicho y hecho, con sus antiguos socios y dos nuevas incorporaciones, crea Huelva Asistencial en la céntrica calle Rascón capitalina. El éxito de tal empresa constituyó todo un hito en el sector y aún en la actualidad ha podido varear los efectos directos e indirectos de la crisis económica internacional del 2006 para seguir ofertando con la misma fuerza y garantís sus servicios. Huelva Asistencial es una empresa que se constituye para dar una respuesta sanitaria a esta actividad en el marco de la medicina laboral, tanto preventiva como de accidentes. Son tantos los clientes que poseen que su lista se haría interminable, pero por poner un ejemplo podemos citar a todas las refinerías existentes en España. Ello hace que la vida profesional de García-Ferriol, en calidad de Gerente de la misma, se convierta en un constante ir y venir por toda la geografía nacional y por el extranjero donde tienen instaladas delegaciones o clientes.
Y continúa la vorágine empresarial , al cambiar la normativa , creando  Andaluza de Vigilancia de la Salud (AVS) para prestar servicios de prevención de riesgos laborales. Es un servicio ajeno que cuenta con más de cuatro mil quinientos clientes de empresas. Paralelamente a ello, se crea Hipèria Tecnología y Formación, dedicada a la realización de cursos de formación. En ambas, Modesto García- Ferriol es su Gerente. Para ello, tiene un equipo de 35 personas y delegaciones abiertas en Sevilla, Cádiz, Córdoba y Jaén. Un sector éste que sufrió con especial dureza la crisis y que de 450 Servicios de Prevención existentes antes de ésta no quedan más de 100. Pero este hombre no descansa quiere conseguir la cuadratura del círculo. Conoce como nadie las necesidades sanitaria de la provincia y se sabe poseedor de la estructura empresarial necesaria y suficiente para dar un paso adelante. Así ante la carencia de unidades especializadas con independencia de las dotadas por la Seguridad Social, se plantea y lo consigue abrir un centro de especialidades médicas en pleno centro de la ciudad, en la Avda. de Italia,22, con el nombre de Clínica del Carmen. Es uno de los espacios más modernos, cuidados y al día del sector sanitario donde además de poner a disposición de los profesionales de la medicina consultas, por medio del alquiler, con todo el equipamiento necesario para su inmediato uso, cuenta con la mayor oferta de especialidades sanitaria de Huelva.

Y acaba la entrevista y comienza la conversación con el amigo. Salimos a tomar café y lo primero que me cuenta de que tiene en proyecto abrir un nuevo Centro de Consultas Especializadas de La Costa, en el Polígono de La Corta, en Lepe. Le digo que con cuanto personal a su cargo cuenta y me dice como si no quiere la cosa que 70 personas en Huelva Asistencial, unas 76 en AVS y otras 10 en la Clínica del Carmen, aparte de un equipo de 36 personas para Iperia. En total más de 160 personas a su cargo. Lo miro sin ocultar mi admiración y le digo que estas son las cosas que me cabrean de esta ciudad, que un grupo de personas sean capaces sean capaces de crear y mantener semejante número de trabajadores y que nadie le reconozca esta labor. El me me mira con ojos cansados por encima de las gafas y hace un gesto de impotencia con los hombros. Esta es y así es nuestra Huelva. Una ciudad cerrada y anquilosada en moldes de antaño, le digo. Me sonríe sin replicarme y saluda a otros parroquianos de la cafetería que le golpean las espaldas a medida que pasan hacia el interior.

Más relajado me dice que ya le falta menos para dejar todo bien atado y con su futuro asegurado. Tiene tres hijos y dos de ellos con estudios que se encuadran dentro del marco de los proyectos que él ha gerenciado. El pequeño es otro cantar. Todavía es demasiado joven y no duda en decir que es su ojito derecho. De pronto recibimos una visita sorpresa. Es Consuelo Isla, que se sienta con nosotros Aquella chiquilla que veraneaba en La Antilla y que arregló sus males del corazón cuando contrajo matrimonio con Modesto hace ya treinta años casi. Es Conso una cartayera bonita, elegante y estilizada que mira a su marido cuando habla con los mismos ojos de amor que cuando lo miraba en la primitiva pandilla. Me encantaría jubilarme, me dice, porque yo soy funcionario en excedencia y sabía que cuando terminaba mi horaria me iba a casa y en paz. Ahora, como Gerente de mis empresas, los problemas me los llevo a casa y eso es muy difícil y duro. Por ello. dice mirando burlonamente a su mujer, lo que quiero es tranquilidad y vida familiar después de tantos años de trasiego y de viajes. Ea así. Reconoce que en la actualidad tiene una calidad de vida impensable antes. Y quiere más. quiere navegar con “Mimo”, un velero reconvertido de ocho metros de eslora y no tiene prisa en ganar una carrera a su compañero José María Fernández. Y la fotografía y pintar. Y todo ello en un campo que tiene entre Cartaya y El Rompido. Te lo mereces, Modesto. Y atí, vecina Conso, eso tan manido y tan cierto, que detrás de un ran hombre siempre hay una gran mujer que lo complementa a la perfección.