Del ayer a "La Caprichosa". Mario Gallardo en We Love Flamenca

Es la primera vez que acudo a su taller. El maestro, como me gusta llamarle, está en probadores dándole los últimos ajuste de prueba al traje de Macarena de La Torre, la cantante que este domingo va a dirigir con su voz proverbial el desfile de Mario por los salones del Hotel Alfonso XIII, en la We Love Flamenca, de Sevilla.

Es muy amplio el estudio, me recuerda por sus grandes espacio abiertos, a los que vemos en las películas neoyorquinas, y entra luz, mucha luz por los continuos ventanales del céntrico departamento. Por el suelo remolinos de hilos de todos los colores y grosores convierten en una alfombra mágica de tapiz en el pavimentos. Por allá y por acá todo sabe a taller de costura de los grandes, de un grande. A la derecha, otra inmensa sala te sumerge en la fábrica en sí donde un grupo de chicas se afanan en los toques que el maestro les ha señalado sobre sus patrones. No quiero molestarlas y sigo mi gira curiosa y sorprendente por lo que veo y admiro, Vuelvo a la entrada y me doy cuenta de que a mi derecha, bajo el logotipo de GL, cinco trajes de olor clásico, canasteros hasta la médula, bellos hasta doler cuelgan sobre mudos y descabezados maniquíes. Me emociona tanta belleza en mi ciudad y que ésta no la conozca

Revuelos de muñecas al aire con el claustro neoclásico del ayuntamiento capitalino como mudo testigo. Sólo unos pocos pares de ojos sorprendidos somo espectadores de excepción de lo que contemplamos. La modelo hierática permanece como embalsamada ante los movimientos maquinales e improvisados de el hombre, sin pestañear siquiera. El rollo de tela se desmadeja en función de los devenires del sujeto esbelto, moreno y de pelo ensortijado escrupulosamente bien cortado, y de buena planta. Su forma de vestir y sus ademanes caballerescos me hacen descubrir en él un natalicio gaditano de tierras refinadas por la Bretaña. Después me entero que es jerezano. Se para, fija sus ojos morenos y penetrantes en la figura humana y con dos breves movimientos más aparece ante nuestras atónitas miradas la imagen de un a mujer vestida por la mano de Dios. Con tres trazos de telas y algunos alfileres. Creo en los milagros. El hombre lo ha hecho posible. Se llama Mario Gallardo López. De profesión, diseñador. Así conoci al maestro.

Mario Gallardo nació en Jerez de La Frontera hace treinta y cinco años. Su mundo se mueve, como a él le gusta decir, en torno a la figura matriarcal de la mujeres, sobre todo de su abuela. Rodeado de su madre, de sus tías y bajo el reinado absoluto de su abuela su infancia transcurre feliz y complaciente. A aquel niño le encantaban los caballos, los montaba y era su pasión. Ningún rastro de dedales, patrones e hilos en su mente. De manera que se marchó a estudiar a la Facultad de Empresariales de Cádiz y al acabar incluso estuvo un tiempo trabajando en un Despacho de Abogados en Jerez de La Frontera. Pero pronto descubrió que aquél mundo de cifras y normas jurídicas no era lo suyo. Él necesitaba algo diferente, algo que su sensibilidad extrema se sintiera realizada y desarrollada. Así que, ante el asombro de todos los suyos, no se lo piensa y se marcha a Sevilla a trabajar en…El Corte Inglés. Dos mundos tan distintos como dispares resultaron con el tiempo todas sus piezas telares. Allí, en El Corte Inglés, entró en contacto con algo que llevaba en la sangre y lo exteriorizaba en su cuerpo, el estilismo. Porque si algo caracteriza la imagen externa de El Maestro es su vestir y el cómo hacerlo. Pero, a pesar de trabajar con ilusión y ganas, de realizar su trabajo con esa perfección que demuestran los que quieren y saben de lo que tratan, descubre que tiene que elegir entrar crear o manipular. Ha conseguido un logro de experiencia importante, muy importante, y ahora era el momento de dar el salto. Imaginar, crear, dar forma a los diseños que se le acumulan en la cabeza y cuyas manos necesitan ejecutar. Estudia Diseño y nace Mario Gallardo Diseñador.
Y la vida, esa que nos busca en cada esquina de cada minuto hizo que en Sevilla conociera al onubense Moisés Giraldo. Otro genio excepcional de la cultura y del estilismo sobre el afluente del arte de convertir los cabellos femeninos en auténticas obras de arte. Son dos seres parejos, amantes de vivir la moda en general. De tener una visión global de la belleza, de crear y transmitir belleza, Ambos con sus mentes y sus manos. Por tanto deciden marcharse a Huelva donde Moisés regenta una Peluquería de prestigio y le propone abrir en la misma un espacio creativo en el que él pudiera exponer sus creaciones flamencas. Dicho y hecho. El moderno local de Moisés Giraldo se convierte en el primer local que marida el arte de peinar con el de vestir y se convierte, aparte de en una gran novedad, en un enorme éxito. Éxito que permite a Mario a realizar sus primera ventas y conseguir el embrión de su ya rica clientela. Su estilo no está encasillado solo a la moda flamenca. Se abre a la moda en sí. Trajes de Fiestas, Prêt a Porter, Casual,o Nupciales, todo aquello que sea susceptible de interpretación creativa. Desde entonces el trabajo ha sido su fiel compañero y su clientela la piedra angular de su éxito. Pasarelas, desfiles, colecciones, cientos de diseños, premios, distinciones… El niño que amaba a los caballos bajo la atenta mirada de su abuela y de sus tías se ha ganado Huelva y su sello se va extendiendo superando las fronteras provincia.
Y este domingo mañanero de este invierno primaveral los salones del Hotel Alfonso XIII de Sevilla susurrarán las maravillas de trajes que el diseñador jerezano afincado en Huelva y con la mente abierta al cosmopolitismo, bailan en los suelos marmóleos de sus estancias regias. Porque Mario se siente de Jerez, su cuna; de Sevilla, su aprendizaje y de Huelva, su amor. Porque es una enamorado de ella y le fascinan sus mujeres. Dice no haber visto féminas más bonitas y elegantes en su ya dilatada carrera y se siente del Mundo porque su estilo abarca el orbe entero. Pero este domingo volverá a sus raíces y la entrada de su “Caprichosa” será la de aquellas trajes canasteros que me enamoraron al entrar en su Expositor y que son reflejos de su niñez. De aquellas interminables charlas de madre y tías a la hora de vestir flamenca en las ferias y que sus oídos infantiles guardaron celosamente en silencio. El desfile se compondrá de cinco grupos diferentes y diferenciados en los que podemos ver toda una variedad de estilo y gama, porque es la mujer la que inspira al traje y no al revés. Por ello no le gusta que lo clasifiquen como diseñador “canastero”, Sus trajes de colores fuertes y de dibujos estampados, lisos o con lunares serán canasteros como también serán de volantes altos, bajos o lánguidos. Diferentes uno del otro, pero ante todo elegantes, como un capricho de mujer. Porque “Caprichosa” tiene nombre de mujer, tanto en su sentido interno como externo. Porque la mujer es un capricho para ella y para la sensualidad y estética de los demás.
Mario Gallardo lleva metido su desfile de este domingo, en su totalidad ,en la cabeza, No deja nada al aire, todo está meticulosamente estudiado. Ama la perfección y no se permite errores. Sus trajes revisados y adaptados al cuerpo y la cadencia del pasear de las modelos bajo la lluvia armónica de Macarena de La Torre, los complementos de la cordobesa Ana Fernández, con su marca Aloki, perfectamente casados con el traje, los colores y las flores también realizadas y creadas por el propio Maestro. Vaticino otro milagro. Otro revoloteo en las sangres por culpa de este dandy de la Moda. Solo por culpa tuya, Mario Gallardo.