Adolfo Morales presenta 'Viaje a la Isla de Los Diablos', la expresión fotográfica de la narrativa
Hasta que deja de callar porque su madurez está por encima de su reserva natural. Y es por eso cuando digo, a mi entender, que surge el verdadera Artista que Adolfo Morales es. Persona comprometida y es lo suficientemente inteligente para no romper con todo. Y ello se puede observar en su obra y disfrute fotográfico. amante de la belleza ésta no conoce de situaciones ni etiquetas. La misma belleza la puede encontrar en una imagen femenina que en otra de claro carácter social. En una modelo que en un paisaje de colorido lunar. La belleza y la buena instantánea es una y el arte de elevarla al nivel de obra corresponde al artista. Artista de calado, nunca superficial. Conversador profundo sin dejar pasar la superficialidad de una chanza. Una persona normal, en definitiva, que esconde a un gran artista.
Muchos años después, de regreso a aquél magnífico promontorio, quedamos asombrados al contemplar, como ahora, una especie de civilización desconocida había hecho de aquella fabulosa roca, su república. No había restos de vida, todo lo que quedaban eran símbolos, esculturas desafiantes, y vegetación, mucha vegetación.
Llena de oquedades y pasadizos, nos descubrió en una de ellas, una especie de repositorio y un legajo entre decenas por analizar, parecía hablar de cómo un pasadizo, aún secreto, comunicaba aquella isla con algún punto de la costa. Difícil de imaginar, sobre todo porque no hay nada en más de 1.000 millas a la redonda…
Como el mismo autor dice esta narración fantástica, estas tribulaciones y presagios, están contagiadas de la creatividad inagotable de El Bosco, estudiado desde el mayor de los respetos y rigor. La base instalada en Cabo de San Vicente, se transforma y fusiona con algunos de sus fantasmas y los propios, para coincidiendocon el V centenario de la fecha de su muerte, renacer desde la distancia, en esta nueva parodia de las fantasías a las que los humanos estamos tan apegados”.
EL ACTO.- No pudo haber elegido mejor sitio Adolfo Morales para montar esta Exposición que el coqueto, amplio y agradable “Le Petit Café”. Esta cafetería de aroma y sabor plenamente parisino y cuyos producto se encuentran elaborados por material expresamente llegados de la capital gala se está convirtiendo en un referente de la cultura capitalina onubense gracias a la labor y sensibilidad de su anfitriona, como a ella le gusta ser llamada, Fátima Hani, por los innumerables actos que patrocina y la sensibilidad y amor por la cultura de ésta.
Los invitados que abarrotaron el establecimiento fue para mi la gran sorpresa. No ya por su cantidad, sino por su calidad humana y profesional. Pintores como Juan Manuel Seisdedos o Pedro Rodriguez o Lola Reymundo; fotógrafos como Manuel Carvajal , Juan Sande , Rafa Reynus o David Sánchez y el propio David Eiem, autor de las fotografías del presente reportaje; José Luis Ruiz, conocido prohombre de la cultura onubense; escritores y poetas como Ramón Llanes o Cinta Olmedo; la pintora, escultora y novelista Antonia Maria Peralto y su marido, el todoterreno del arte Diego Lopa; empresarios como Marita Gómez o Marta Jarriod; por la Universidad de Huelva Celia Sánches y Mentxu Ochoa;abogados y procuradores como Eugenia Jerez, Antonio Pérez, Alberto García, Mariola Barón, Paco Lagares, Rosario Castro, Otelo y otros ; el decano de la Facultad de Derecho, el catedrático de Derecho Penal, Juan Carlos Ferré Oliver y un largo etc. Y a quién no cabe olvidar es a la gran protagonista de la Muestra, Iria Quintero. protésica dental e improvisada musa. Y si decía que la calidad y cantidad me sorprendieron fue por el compacto grupo humano que se formó desde un principio de camaradería y amistad entre ello que hizo que hasta cerca de la medianoche no se diera por concluido el acto.
Volviendo al desarrollo del acto en sí hay que decir que la presentación propiamente dicha corrió de manos de Miguel A. Velasco que tras dar la palabra a Fatima Hani como anfitriona, hizo una breve reseña humana de el artista resaltando la humanidad del mismo y el potencial artístico que Morales posee y que debe por el bien de todos los amantes de la cultura publicar. Por último, tomó la palabra Adolfo Morales Cordero y con su habitual reticencia a lo público glosó con brevedad el porqué y la razón de ser de la obra agradeciendo la asistencia de tantos amigos.
Y cierro este artículo-reportaje en la obligación de citar a Begoña Sauci, propietaria de las Bodegas Sauci, de Bollullos Par de El Condado. Y digo esto por dos razones. En primer lugar, porque es un mérito estar a la ayuda tan necesitada entre todos los medios de producción con el único objetivo de ayudar, de colaborar a la promoción de los valores de Huelva. En segundo lugar, porque Begoña Sauci, aparte de Abogada y empresaria, es también una de la pocas pintoras y precursora en esta provincia de la pintura con materiales provenientes del vino y del vino mismo. Y en tercer lugar, porque nos regaló a los invitados unos fantástico caldos para acompañar los dulces y canapés salados, representados por vino fino del Condado y un exquisito vermut, tambíen del Condado que hicieron las delicias de los asistentes. Son las cosas de Huelva que tenemos promocionar y nada mejor en esta ocasión, que un maridaje de la fotografía, la narrativa y el vino onubenses. Que sigamos así.