jueves. 25.04.2024
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El turismo arrambla cada año con 90 toneladas de coquinas

Los mariscadores onubenses peinan la costa de Isla Canela evitando que el turismo pesque la preciada coquina. 
El turismo arrambla cada año con 90 toneladas de coquinas

     Parece un inocente gesto que se repite entre los veraneantes cuando cogen coquinas a pie de la orilla. No obstante, los mariscadores de tierra calculan que el turismo les priva cada año de pescar 90 toneladas de marisco al año. 

      Esta situación se produce mientras el caladero del molusco bivalvo está agotado desde el Guadiana al Espigón de Huelva. Emilio Jaldón, presidente de la Sociedad de Mariscadores y Coquineros Nueva Umbría denuncia que “la situación es así de dramática. No hay producto, sólo inmaduros y en esta condiciones tenemos que esperar dos meses” hasta que los caladeros vuelva a ser rentables. En la actualidad, un mariscador puede pescar 450 gramos de coquina con el tallaje legal, lo que hace inviable su trabajo. 

Entre tanto, tienen que lidiar con los inmaduros que recolectan los turistas de la playa, haciéndoles un enorme daño a los profesionales. Jaldón indica que las administraciones y el Seprona se desentienden de esta práctica. Por esta razón, los coquineros de la costa occidental de Huelva han emprendido una campaña en Isla Canela peinando la costa y evitando que el turismo pesque el molusco. 

     Y no es el único frente que mantienen abierto. Los coquineros denuncian que la administración autonómica no les hayan respondido a su renovación de licencias mientras que conceden nuevas autorizaciones a personas afincadas en sevilla para pesar en Doñana y el Parque Natural. Una licencia que les permite faenar en todo el perímetro de costa, mientras que ellos están supeditados a trabajar únicamente en la zona de Ayamonte, Isla Cristina, Lepe, Cartaya y Punta Umbría. 

   Barcos que esquilman los caladeros 

 El sector tiene además que lidiar con otro problema: los barcos que se inmiscuyen en la orillan y esquilman los caladeros arrasando con todo lo que encuentran, puesto que los motores hacen un enorme daño a los moluscos. Precisamente para evitar este daño a la fauna marina la normativa indica que esas embarcaciones a motor  sólo pueden trabajar a más de 25 metros de la baja mar. Sin embargo, Emilio Jaldón indica que como acredita la foto que nos facilita, "al final terminan acercándose cuánto quieren para “arrasar con todo lo que encuentra” puesto que "las autoridades políticas hacen caso omiso a las denuncias". 

Para más inri, añade Jaldón, además de la mala praxis de estos profesionales tienen que sufrir la competencia desleal de  “personas jubiladas que con sus lanchas de recreo se dedican de manera furtiva a la pesca de la coquina. Sólo entre Isla Cristina y Ayamonte existen más de una treintena”, denuncia.