jueves. 25.04.2024
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Soluciones al abandono de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, más allá de Google

Soluciones al abandono de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, más allá de Google

Cuando uno busca Sierra de Aracena en Google, o Parque Natural Sierra de Aracena, encontramos un montón de sitios web que nos explican y nos describen con deleitamiento las maravillas de esta comarca singular, además de una oferta espléndida de alquileres sin regular.

Solo si uno se dedica a apartar la maleza adjetival y turística y escarba un poco, aparecen datos como que tan solo el 2% de las 186.000 hectáreas que ocupa el Parque, es público. O lo que es lo mismo, el 98%, más de 182.000ha, están en manos privadas.

Y esto tiene unas consecuencias directas e importantes sobre la economía –y muchas otras esferas– de la comarca, a tenor de la capacidad productiva de las fincas, los emprendimientos y las inversiones de sus propietarios, sus intereses para estas parcelas, etc.

Si nos damos una vuelta por cualquier zona de la Sierra de Aracena, por muchas zonas, a buen seguro encontraremos castañares viejos y enfermos cuyos escasos frutos no renta coger, olivares completamente abandonados, fincas que se alquilan una vez al año para la caza deportiva, huertas yermas, alcornocales destinados exclusivamente a la 'saca' del corcho, una vez cada 9 años.

Ya no existen en esta comarca las tierras comunales, que antes sí hubo y aún hay en diferentes zonas de España. Aquí, la avaricia y el expolio de lo público con el acaparamiento de tierras por parte de los potentados y señoritos –una aspiración en boga todavía hoy– acabó con ellas. Y si es preciso, en ese acaparar se cortan caminos y veredas antiquísimas, e incluso cauces fluviales, que son inalienables y además, un patrimonio natural, cultural e histórico de todas las personas.

Porque ahora, lo que se lleva son los nuevos propietarios terratenientes que han cambiado el modelo de explotación ganadera tradicional por un uso cinegético y lúdico de lujo. Para una mayor contextualización que aquí no procede, el artículo 'El patrimonio como derecho'1.

Los ayuntamientos serranos tampoco poseen tierras municipales en las que podrían poner en marcha programas, como iniciativas de tipo socio-laboral, o cesiones temporales a familias que vengan a vivir a nuestros pueblos, o proyectos de formación agroecológica, o estudios e investigaciones sobre agroalimentación, silvicultura...

Necesitamos repensar estos modelos, con el fin de que las únicas opciones no sean la subvención de la PAC, por ejemplo, –guiada por criterios que nada tienen que ver con la productividad, y que luego nada repercuten en ella, claro– o la venta de estas fincas a un postor, turista, acaudalado y embelesado.

Estos procederes están condicionando gravemente la vida en el campo: muchas fincas e inmuebles son recursos abandonados que paradójicamente acaban a unos precios desorbitados para el común de los mortales. Y todo esto a la misma vez que el mundo rural se muere por el abandono de sus habitantes.

Y es que el acceso a la tierra, o mejor dicho, la dificultad para acceder a ella, es la causa principal de la falta de relevo generacional en el campo.

Así lo asegura el estudio que ha realizado el Grupo Focal de Acceso a la Tierra (GFAT) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, denominado 'Estudio sobre el acceso a la tierra'2 y editado este año 2021.

Algunas de las soluciones que se apuntan en esta investigación pasan por establecer normativas de protección sobre el suelo agrario útil (y no solo sobre el suelo urbano y forestal); favorecer el acceso al crédito en función del aprovechamiento del suelo frente al desuso, el abandono o un uso técnicamente indebido; la transparencia en el mercado; medidas para incrementar el arrendamiento con opción a compra; los bancos de tierra; y cómo no, la formación.

Además podemos, a nivel local, reparar los caminos y accesos a fincas, reconstruir y mantener los sistemas de regadío tradicionales (lievas), acondicionar los senderos, reinvertir en los frutales...

Pero también crear obradores de uso colectivo para acceder a un registro sanitario, favorecer y fomentar los mercados locales, aprovechar las muchas infraestructuras abandonas, educar y sensibilizar en temas de sostenibilidad, apoyar desde las políticas públicas la agroecología (más allá de la golosina de una subvención), apostar con imaginación por el uso de las fincas, antes que permitir su abandono. Perder el miedo.

Sin catastrofismos, al menos por ahora, este es un resumen parcial de la situación de la Sierra de Aracena, cuyo destino es incierto si revisamos algunas de las amenazas que la asedian, como el calentamiento global y la escasez de lluvias, la despoblación, las enfermedades de la seca de la encina y el chancro del castaño, el descontrolado desarrollo turístico, la inviabilidad de la producción hortofrutícola, etc.

Y para revertir, o al menos reflexionar sobre estas dinámicas, se está desarrollando desde finales del año 2020 el proyecto Inspira Territorio3. Lo hace desde una actitud constructiva y positiva que quiere integrar e implicar a todos. Lo hace con la firme pretensión de que volvamos a poner en valor los productos y riquezas que la Sierra posee. Pretende, desde una transición del sistema alimentario, recorrer la senda de la agroecología para nuestra comarca serrana onubense.

  1. 'El patrimonio como derecho'. http://www.iaph.es/revistaph/index.php/revistaph/article/view/4624
  2. 'Estudio sobre el acceso a la Tierra'.

https://www.mapa.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/jovenes-rurales/grupo-acceso-tierra/

  1. Inspira Territorio.

https://www.facebook.com/InspiraTerritorioSierradeAracena/

Dani López García

Miembro de la asociación Los Pies en la Tierra

Coordinador de Inspira Territorio